El año 2010 DreamWorks Animation ofreció su mejor producción animada desde su fundación. Se trataba de ‘Cómo entrenar a tu dragón’, que venía firmaba por Chris Sanders y Dean DeBlois, los directores de la aplaudida ‘Lilo & Stitch’. No era de extrañar que el estudio de animación estadounidense creara una secuela.
Han pasado cinco años desde los sucesos de la primera película. La isla de Berk vive en una tranquila paz. Los dragones no son una amenaza y viven en completa armonía con los habitantes de la isla, donde algunos hasta ejercen de mascotas. Pero esa calma se verá pronto amenazada con la aparición de Eret, un cazadragones que trabaja para un malvado tirano llamado Drago, que tiene el poder de poseer a los dragones y que desea hacerse con el dominio de la humanidad.
‘Cómo entrenar a tu dragón 2’ consigue evitar el error común de las secuelas, no repite esquemas. Sin embargo, el éxito arrollador del primer filme provoca cierta presión en esta segunda parte. Como indica la propia sinopsis, esta cinta contiene mayor grado de grandiosidad que su predecesora. En la primera película se trataba la necesaria conexión con la naturaleza, del conflicto familiar, de los prejuicios acerca de lo desconocido. Ahora su sucesora da un paso más allá y muestra un relato más complejo, el conflicto es de escala mayor al tratarse de la civilización entera.
Y es ahí donde reside el encanto de esta película. El protagonista, Hipo, ya no es un adolescente marginado; ahora, es un joven adulto que tiene un conflicto interno entre el deber familiar y la lealtad hacia las ambiciones propias. Y cuando la guerra estalla, esas dudas se resolverán aunque de la manera que hubiera deseado. Esta segunda parte ha concentrado el protagonismo en Hipo porque él representa la cara amable de la humanidad, representa la concordia, la diplomacia, el respeto a la naturaleza y el medio ambiente. Mientras, el antagonista Drago representa la soberbia, la arrogancia, la tiranía de un cacique que pretende convertirse en un opresor dictador. Una pequeña dosis de maniqueísmo, que funciona correctamente al tener un trasfondo de interesante lectura.
Con una trama tan compleja, el filme no es conservador al mostrar escenas que rozan lo oscuro y que traen a la mente las arriesgadas propuestas de los ochenta como ‘NIMH: El mundo secreto de la señora Brisby’ o ‘Taron y el caldero mágico’. DreamWorks saca la mejor cara de la animación por ordenador al mostrar escenas que dejan huella en la retina (la lucha entre los partidarios de Drago y los de Hipo se puede comparar a las batallas de filmes como los de la última película de la saga ‘Harry Potter’).
Aunque el peso de la película resida principalmente en Hipo, los secundarios también son importantes, especialmente los femeninos. Y es que esta película, siguiendo la línea de producciones como ‘Brave (Indomable)’ o ‘Frozen: El reino del hielo’, contiene un sutil mensaje a la hora de mostrar una imagen de los personajes femeninos en cintas de animación. Y como en las obras citadas de Pixar y Disney, DreamWorks se apunta un tanto al ser elegante y nada panfletario.
‘Cómo entrenar a tu dragón 2’, pese a tener mayores ingredientes que su antecesora, no consigue transmitir un mensaje tan profundo pero se le acerca mucho. Además, esta producción tiene el mérito de sostener con inteligencia y certeza varios niveles de lectura y elementos que resultarán atractivos tanto a niños como adultos. Habrá que esperar a los próximos años, se tiene en mente dos producciones más, para saber si esta saga mantiene el nivel. De momento, promete mucho.