Hacía mucho tiempo que una novela no era tan bien adaptada a la gran pantalla y tampoco estaría exagerando si dijera que la traslación al cine de 'Bajo la misma estrella', puede llegar a ser incluso mejor que el libro homónimo escrito por John Green. Sí, señores. 'Bajo la misma estrella' es una de esas cintas que hay que ver si se quiere o no, pero eso no quita que se deje de lado la novela, pues leerla es también una verdadera delicia.
Libros aparte, 'Bajo la misma estrella' puede parecer a simple vista la típica historia de amor adolescente repleta de frases cursis, personajes sumamente superficiales y canciones de moda escogidas a propósito para hacer saltar las lágrimas. Puede parecerlo, pero no lo es. Para nada. El filme que dirige con una maestría sobrecogedora el joven director Josh Boone es un retrato bastante real del verdadero tema sobre el que gira la historia: el cáncer. Tanto es así, que en algunos momentos puntuales y gracias a una narrativa rápida pero al mismo tiempo impactante, da la sensación de que estamos ante un documental protagonizado por verdaderos pacientes de cáncer.
'Bajo la misma estrella' cuenta la historia de Hazel Grace Lancaster, una joven aquejada de cáncer que vive su día a día unida a una bombona de oxígeno. Su existencia es más o menos normal: se dedica a ver programas de televisión junto a sus padres, a leer libros y a ver pasar la vida desde su habitación, pero todo cambia cuando su madre le ofrece la posibilidad de acudir a un grupo de apoyo para hacer amigos. Es entonces cuando conoce a Augustus, un joven superviviente de cáncer que vive la vida con una filosofía y positivismo que acabarán contagiando a Hazel.
Hazel y Gus, como él prefiere que lo llamen. Gus y Hazel. Dos personajes que tardarán mucho tiempo en desaparecer de la memoria colectiva. Y es en ellos donde reside el encanto de 'Bajo la misma estrella'. No estamos ante dos personajes simples y vacíos, más bien todo lo contrario. Hazel y Gus logran transmitir al público una oleada de sentimientos que van desde la ternura, el miedo y la impotencia gracias a unas líneas de diálogo cargadas de ironía y humor negro, por no hablar del hecho de que hablan del cáncer sin tapujos, como lo que es, una de las más preocupantes lacras de la época en la que vivimos.
Shailene Woodley es simplemente la actriz perfecta para encarnar a Hazel. Resulta impresionante que a su temprana edad se haya enfrentando a un papel tan complicado como el que desempeña en el filme y que lo haya hecho de una forma tan brillante, conmoviendo al espectador en algunos momentos puntuales del metraje con solo su mirada.
Y qué decir de Gus. El recién llegado Ansel Elgort consigue que a todas las chicas se nos caiga la baba cuando aparece en pantalla. Su encanto logra traspasarla y eso solo sucede cuando la interpretación es buena. En este caso podría decirse que es sobresaliente.
El resto del reparto, en el que destacan nombres como Laura Dern y Williem Dafoe también está que se sale, por no hablar de los preciosos planos que Josh Boone ha conseguido tomar de la ciudad de Ámsterdam, en la que se desarrolla una buena parte de la trama.
Otro de los puntos a favor de 'Bajo la misma estrella' es que el metraje se hace bastante ameno, siendo una película rápida y a la vez muy disfrutable. Sobre todas las escenas que componen la cinta destacan en concreto dos, de las que no voy a hablar con la intención de que llegéis lo menos preparados al cine, pero en cuanto las veáis, os aseguro que sabréis a qué dos escenas me estoy refiriendo.
En resumidas cuentas, no podéis perderos 'Bajo la misma estrella'. Eso sí, no olvidéis llevaros una caja de pañuelos, porque lo más probable es que los necesitéis.
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