Desde Polonia llega una interesante oferta, se trata de ‘Amarás al prójimo’ dirigida por Malgorzata Szumowska. Tras ‘Ellas’, la cineasta de Europa Central vuelve a tocar un tema sensible: Homosexualidad y la Iglesia Católica. Dos temas que maridan más bien poco, pero que la sociedad actual desea arrejuntar. Este filme fue exhibido en el último Festival de Cine de Berlín donde se alzó con el Premio Teddy a mejor película LGBT.
El padre Adam es un sacerdote que ejerce su misión en la Polonia rural donde trabaja ayudando a jóvenes inadaptados con problemas de conducta. Es muy querido y respetado por la comunidad, pero Adam guarda un secreto. El religioso cree que allí podrá reprimir sus más íntimos deseos. Todo funciona hasta que entabla amistad con Lukasz y su fortaleza empieza a dar síntomas de debilidad. Es entonces cuando las sospechas de los miembros de la comunidad empiezan a surgir.
Polonia es un país de fuertes creencias católicas. Ello, en parte, es debido a que la Iglesia Católica fue una de las más firmes opositoras al régimen comunista durante la Guerra Fría. El reprimir algo provoca, a largo plazo, que esa represión se juegue en contra de quien ha oprimido y es uno de los motivos por los que la influencia religiosa aún perdura en la sociedad polaca, especialmente en las localidades más rurales del país. Por eso, una película como ‘Amarás al prójimo’ se antoja como necesaria.
Con una trama tan sinuosa, Szumowska inicia a los espectadores en un comienzo que da señales de por donde desea ir la directora. Un ambiente rural, alejado de las grandes urbes; imágenes oscuras, tristes, opresoras; personajes básicos, sencillos y con una homofobia latente, la película promete. Si algo se esboza de esta propuesta con claridad es que desea ser una obra de denuncia social. Sin embargo, y aunque goza de buenos ingredientes, el guion prefiere centrarse en la vida atormentada del protagonista. Con lo cual, se ve a un estupendo Andrzej Chyra. Este actor ha trabajado con importantes cineastas de su país como Krzysztof Kieślowski o Andrzej Wajda. Chyra logra transmitir esa angustia, esa impotencia de ser uno mismo. El sacerdote canaliza sus deseos de formas autodestructivas, es un hombre alcohólico y onanista, una parte de su ser la sacrifica por su vocación. Y esto puede ser el punto más fuerte de esta propuesta.
Porque ‘Amarás al prójimo’ olvida que hay más que la psique de un protagonista. Ya en ‘Ellas’, la realizadora tocó un tema controvertido sin llegar a la profundidad necesaria para tomar al film en serio, quedando como una obra políticamente incorrecta pero vacía, cosa que François Ozon supo hacer mejor con su ‘Joven y bonita’. Con esta película, Szumowska vuelve a cometer los mismos errores que con su predecesora. No llega ahondar en el tema quedando como una obra panfletaria. Su pretendida denuncia social apenas se refleja, su mensaje no llega a calar del todo; o sea, se queda en tierra de nadie al tener demasiados frentes abiertos y no saber enfocarlos. ¿Dónde queda la crítica al sistema eclesiástico? ¿Acaso el público no puede diferenciar entre un religioso homosexual y un pedófilo? ¿Dónde está la crítica a ese ambiente cerrado rural? Ni siquiera el personaje de Lukasz está bien dibujado, sus intenciones no son realmente vistas hasta más de la mitad de la trama, su papel de efebo seductor no se vislumbra.
Ya en 1994 Antonia Bird trajo ‘Priest (Sacerdote)’, una película que tocaba el mismo tema. De acuerdo, ésta viene de Polonia y es necesaria para cierto sector conservador (como lo fue ‘Azul y no tan rosa’ en su momento); pero eso no la convierte en una obra que deje huella en su mensaje. ‘Amarás al prójimo’ se convierte así en una propuesta más políticamente correcta de lo que pretende. Eso sí, buenos propósitos no le faltan.