El griego Panos H. Koutras logró estrenar en España su cuarta película, la primera en llegar a España. Se trata de ‘Cuestión de actitud’, una cinta que obtuvo un notable reconocimiento en la 67ª edición del Festival de Cannes y también en la 52ª edición del Festival de Gijón, donde se llevó el Premio Especial del Jurado.
Tras morir su madre después de padecer una larga enfermedad, Dany, un joven de 16 años que se gana la vida vendiendo su cuerpo a hombres maduros, decide ir a Atenas a visita a su hermano Odysseas, de 18 años y que trabaja en un restaurante de comida rápida. El chico consigue convencer a su hermano mayor para ir a Tesalónica y encontrar a su padre, que los abandonó cuando eran muy pequeños.
Realmente no quieren conocer a ese progenitor que se olvidó de ellos cuando eran pequeños. Pero no les quedará otro remedio ya que, para el estado griego, son extranjeros al ser hijos de una mujer albana, pese haber nacido y haberse criado en el país. Si no consiguen la regularización, serán expulsados del país. Durante este viaje ambos volverán a tener el vínculo fraternal que habían perdido y eso le animará a Dany a convencer a Odysseas para que participe en un popular concurso de canciones, algo que su madre siempre quiso.
Koutras intenta crear un relato cercano al realismo mágico con un jovenzuelo lleno de ideas infantiles pero que, en momentos de crisis, demuestra que tampoco es ya un niño. Cierto es que el realizador empieza con buen pie esta particular odisea griega de los dos jóvenes protagonistas. Dos chicos abandonados a su suerte en un país que también lo está. La película aprovecha para mostrar muy sutilmente esa realidad imperante en la sociedad helena. Sin ningún tipo de reparo en mostrar cómo cabezas rapadas golpean violentamente a inmigrantes, prostitutas, transexuales y homosexuales.
Sin embargo, y pese a que ‘Cuestión de actitud’ tiene realmente momentos en los que brilla, su protagonista parece que puede ser un chico que, pese a sus acciones infantiles e incoherentes, pueda tener algún tipo de catarsis que le permita evolucionar: El momento del conejo de peluche parece que conducirá a eso. Sin embargo, el director se atasca envuelto de música de Raffaella Carrà y Patty Pravo para alargar excesivamente una cinta cuya trama empieza a diluirse entre absurdos disparos, golpes y huidas.
El cine griego, al contrario de su economía, demuestra estar en buena forma, incluso en momentos agridulces como el de ‘Cuestión de actitud (Xenia)’. Un filme con una propuesta original, al más puro estilo de los inicios del enfant terrible François Ozon. Petardo y exagerado.
Y eso no está nada mal, le da un toque personal que hace que la cinta llegue al notable. Pero Koutras ha querido ponerse autoral y ha alargado la trama provocando que su protagonista sea simplemente un niño engreído y corrosivamente peligroso que deja una trama inconclusa y hace que todo su mensaje social quede deslumbrado por la música de Patty Bravo y el recuerdo de una madre trágica que fue Dalida en versión albanesa. Ligera decepción, aunque a muchos realizadores con mejores notas desearían tener la personalidad que tiene el cine de Panos H. Koutras.
Valoración crítica de 'Cuestión de actitud'
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6/10
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6/10
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8/10
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7/10
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7/10
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8/10
Resumen
Lo mejor: Sus primeros minutos, su música y su color.
Lo peor: Su excesivo metraje diluye la trama.