Si a inicios de este año llegaba ‘12 años de esclavitud’, de la mano del británico Steve McQueen, como denuncia sobre la esclavitud de los negros en los Estados Unidos previos a su guerra civil. Ahora llega ‘Belle’, producción dirigida también por la británica Amma Asante en la que las diferencias raciales son un elemento importante en la trama.
Sin embargo, mientras que ‘12 años de esclavitud’ resultaba extremadamente dura y real, en ‘Belle’ se aleja al espectador de esa mirada y lo lleva al mundo de la aristocracia británica de finales del siglo XIX. En este filme se narra la vida de Dido Elizabeth Belle Lindsay, hija ilegítima del Capitán John Lindsay y de Maria Belle, una esclava africana. El capitán, imposibilitado de hacerse cargo de la pequeña, decide que su tío, el juez William Murray, sea el que deba cuidarla. Fue así como Belle se crió como una aristócrata, libre de la esclavitud. El relato que presenta Asante parte de una pintura en la que Dido Lindsay y su prima, Elizabeth Murray, aparecen cerca de un estanque. La historia de esta dama sirvió históricamente como precedente para abolir la esclavitud en el Reino Unido. Se trata del segundo largometraje de la realizadora tras ‘A Way of Life’.
La directora realiza una estupenda adaptación cinematográfica acerca de la vida de una mujer que vivió en una época difícil para ella debido a su condición de mulata, una situación ambigua en ese tiempo. La película cuenta con una ambientación magistral; como también de un guion que equilibra bien las intenciones del largometraje. ‘Belle’, tiene una factura propia de una producción británica, tiene las dosis correctas de drama histórico (la muestra de la situación de los esclavos negros), denuncia social (por la situación de la protagonista, así como de sus allegados), romance y un amor imposible (que recuerda a obras clásicas como ‘Orgullo y Prejuicio’ o a series de televisión actuales como ‘Downton Abbey’).
El plantel de actores garantiza un mínimo de calidad, que cubre con creces. Con una casi debutante Gugu Mbatha-Raw, que interpreta magníficamente a Belle mostrando con cierta inocencia esas incoherencias de la situación en la que vivía. Mbatha-Raw desprende calidez, dignidad y ganas de justicia. Su personaje recuerda a las clásicas producciones británicas de adaptaciones de libros de Jane Austen o Emily Brontë. Habrá que recordar el nombre de esta actriz británica, que ha sido un descubrimiento para el público internacional. Junto a Mbatha-Raw se encuentran reconocido actores como Tom Wilkinson, Miranda Richardson, Sam Reid, Matthew Goode o James Norton.
Con todos esos ingredientes tan acertados, se echa en falta mayor atrevimiento por parte de su directora. Asante no se arriesga en una producción que hubiera podido haber dado más de sí. Con lo cual, se está ante una película correctamente hecha, de aspecto académico, elegante e impoluto. Una obra digna de medirse ante cualquier producción de la BBC. Un filme que conseguirá su objetivo: atraer tanto al espectador muy comprometido socialmente como a aquél que desee pasar un buen rato pero que, además, busque algo más de profundidad en la trama. No es la gran película del momento, pero nadie diría que no a una estupenda taza de té a las cinco de la tarde.