¿Quién no ha visto este clásico del cine navideño? ¿Quién se resiste a este guión tan bien hilado y tan poco original? ¿Quién no conoce a los principales protagonistas de la película? ¿Quién deja pasar por desapercibida la banda sonora ? ¿Quién deja de ver ‘Love Actually’ en navidad?
Ya sabemos que esta época navideña es un momento que elige la industria cinematográfica global, antes solo el gran Hollywood, para el estreno de películas familiares y de alto contenido melodramático y sentimental, una época en la que la lagrima fácil y la congoja del llanto reprimido esta totalmente permitido, y más, obligado. Y desde su estreno hace ya mas de 15 años no hay navidad y cadena de TV o plataforma de medios audiovisuales que no proponga este clásico para rellenar con estilo esos huecos de la programación que son tan efectivo para evitar deslindes familiares en estos días que estamos tan cerca y tan reunidos. La música amansa las fieras y hasta los cuñados mal avenidos.
‘Love Actually’ cumple todos estos requisitos, ahora nos pone ante la pantalla en familia y nos hace compartir esos minutos de bonitos detalles solidarios, humanos y sobre todo de las distintas facetas del amor, el amor que no es imposible por la edad, el amor a lo eterno de una viudez prematura pero con salida gloriosa de ojos de Claudia Schiffer, el amor que se sufre en silencio por respeto a la amistad, el amor traicionado en la madurez y el amor huido y perseguido.
Una película altamente recomendable para pasar una de las tardes de resaca hiperglucemica de las navidades sobre todo si llueve, nieva o simplemente se te pegaron los cojines del sofá en las espalda, ya que la cinta cumple con todos los requisitos para la siesta o no.
Richard Curtis, el director, copia los mismos recursos estilísticos que en ‘Notting Hill’ para generar ese clima dulzón tan poco británico pero que tanto éxito le propinó a la referenciada, incluso se apoya en actores como Hugh Grant que nada mas verlos sabes como y que va a pasar en el resto del metraje. No obstante no hay queja de su trabajo porque el resultado es agradable de ver aunque no sea una gran aportación a los que esperamos ver en el cine algo mas, una realidad, una critica o una fantasía algo mas que la emoción simple del cine fácil.
El elenco de actores es espectacular, me gustan todos y todas, son geniales cada uno en su interpretación y su personaje, todos menos Liam Nesson que es un personaje condescendiente y apagado sin carisma ni perfil, estaba en horas bajas o tenia que hacer caja porque el personaje y su interpretación son muy simplones.
¿Pero quien soy yo para criticar a un gran actor como Nesson?, y sobre todo queda desdibujado al lado de apariciones esterales cortas y esperpénticas como la de Billy Bob Thornton (Presidente salido de los Estados Unidos) o la dulce Aurelia, interpretada por la portuguesa Lúcia Moniz. Emma Thompson brilla en sus ojos y meticulosamente maquilladas arrugas de forma excepcional y los cameos de Claudia Schiffer y de Sir Rowan Atkinson dan esas pinceladas tan necesarias para levantar el interés en momentos muy determinados de la cinta en los que la tensión ha decaído y nos ponemos a mirar el móvil.
Aquí os dejo a todos y todas, o casi todos, que son el verdadero valor de la historia, ya que sin ellos el guion y la dirección hubiera tenido un dilema muy serio para completar la historia.
Hugh Grant, Liam Neeson, Colin Firth, Laura Linney, Emma Thompson, Alan Rickman, Keira Knightley, Bill Nighy, Chiwetel Ejiofor, Andrew Lincoln, Thomas Brodie-Sangster, Rodrigo Santoro, Rowan Atkinson, Billy Bob Thornton, Martine McCutcheon, Heike Makatsch, Lucia Moniz, Martin Freeman, Gregor Fisher, Joanna Page, Sienna Guillory, Elisha Cuthbert, Kris Marshall, Claudia Schiffer, Shannon Elizabeth, Denise Richards, January Jones, Ivana Milicevic y Olivia Olson.
No creo que tarden mucho en proponernos una secuela desde el Reino Unido o desde Hollywood, hasta entonces disfrutad el ritmo narrativo y los entresijos argumentales de Love Actually. Y recordad que un suspiro vale mas que 100 lagrimas.
Crítica de Miguel Pedraza Sánchez