Casi con un año de retraso llega ‘El hombre más enfadado de Brooklyn’, última cinta de Robin Williams en la que él es el protagonista. Dirigida por Phil Alden Robinson, esta tragicomedia también cuenta en su reparto con interesantes intérpretes como Peter Dinklage, Melissa Leo o Mila Kunis. Se trata del remake del filme israelí ‘Mar Baum’ que ganó la Palma de Oro en el Festival de Cine de Valencia en 1997.
La doctora Sharon Gill, por equivocación, realiza un falso diagnóstico a Henry Altmann, un insufrible abogado que está todo el día de mal humor. Tras comunicarle que tan solo le quedan 90 minutos de vida debido a que tiene un aneurisma cerebral, Henry decide a hacer un disparatado viaje por la ciudad de Nueva York para intentar resolver todos los errores que cometió durante toda su vida. La doctora no se detendrá hasta encontrar al hombre y explicarle su confusión.
Robin Williams era un maestro de la tragicomedia. Tenía la virtud de poder interpretar papeles cómicos con un toque melancólico y dramático que transmitía un trasfondo mayor que el papel cómico al uso gracias al lenguaje no verbal.
Cierto que resulta difícil calificar esta película después de su trágica muerte en agosto de 2014, puesto que llega a España en forma de despedida, cosa que en su propio país no ocurrió debido a que se estrenó de forma limitada en mayo del año pasado. ‘El hombre más enfadado de Brookyn’ es realmente una de esas producciones con grandes elencos pero con un guion predecible que realmente no sabe explotar a sus intérpretes.
Sin embargo, y esto es lo paradójico de la vida, Williams ofrece un tipo de despedida al cine en un papel dentro de una película que nadie recordaría de no ser su último protagónico. Aquí el malogrado actor representa a un hombre que canaliza todas sus frustraciones a través del enfado, que soñó con una familia ideal, que la tuvo y que vio que el tener una estupenda familia conlleva a tener también conflictos. Un suceso trágico convertirá la tranquilidad familiar en un infierno y es, justamente, cuando se le anuncia que le quedan 90 minutos de vida, el momento en que debe luchar a contrarreloj y zanjar los temas que se ha dejado pendientes.
Increíble que parezca, sus muecas y forma de actuar no es precisamente excepcional en esta ocasión, este Williams no es el de ‘El club de los poetas muertos’, ‘El indomable Hill Hunting’ o, incluso, ‘Señora Doubtfire’. Pero también es cierto que se está ante una improvisada y emotiva despedida. Duele ver que, incluso en predecibles o tópicos giros argumentales, Williams roce justamente con su propio destino en la vida real.
Restando el elemento emotivo y la afabilidad del desaparecido actor, ‘El hombres más enfadado de Brooklyn’ enfada por tener a un plantel tan jugoso y a la vez tan desaprovechado. Una Mila Kunis que está solvente pero que apenas brilla, un Peter Dinklage y una Melissa Leo que no llegan a tener el papel que merecen y unos momentos cómicos muy contados, con estrella invitada incluida (¡qué grande es James Earl Jones!) que provoca una media sonrisa.
Por lo demás, este refrito resulte pasable, una producción que gracias a sus actores destaca pero nada más. Sus lecciones de moral y su invitación a ser feliz en la vida puesto que es lo único que se tiene, es algo que otros filmes feel-good han sabido gestionar mejor. Bien por ser la despedida del gran Robin Williams, merece al menos un visionado.