¿Sabes esos K-dramas que te abruman tanto que no sabes por donde cogerlos porque te desbordan? ‘Queenmaker’ es uno de ellos, y eso hace de él una joya que tienes que ver incluso si su temática de corte político no te atrae. Es demasiado bueno para dejarlo pasar, y lo es objetiva y subjetivamente hablando. Sigue leyendo, porque tenemos motivos más que sobrados para convencerte de ello. ¿Estás preparada para una de las series de venganza servidas en frío con mejor trasfondo social de los últimos años?
Tras un trágico accidente, una asesora de imagen interpretada por Kim Hee-ae usa su talento para transformar a una abogada,Moon So-ri, especializada en derechos humanos, en la futura alcaldesa de Seúl… y acabar con sus antiguos jefes.
Comencemos con algo de salseo, que de eso siempre hay mucho en política y nos mete en ambiente. Este K-drama fue ofrecido en un inicio a Uhm Jung-hwa y Kim Sun-a, actrices de renombre a quien has visto en ‘Our Blues‘ y ‘My Lovely Sam Soon‘ respectivamente. Parece que no supieron ver el potencial tremendo del guion, declinando la oferta. Esto ocurrió en 2019 y habría que esperar hasta el 2021 para que los papeles recayesen en las impresionantes Kim Hee-ae y Moon So-ri, quienes no necesitan introducción si has visto ‘The World of the married‘ o ‘Seúl a toda pastilla‘.
Hablemos de cosas importantes
Empoderamiento femenino por bandera. ‘Queenmaker’ es una pirámide bien construida de mujeres torbellino. En la estrecha cúspide, a pesar de solo haber hueco para una, todas ellas se ven representadas aunque sea por una única presencia que atrae todas las miradas y, también recelos. Durante toda la serie van apareciendo paulatinamente figuras femeninas clave para el desarrollo de la historia, y, por supuesto, lo hacen para dar impulso o arrastrar al pozo más profundo a la protagonista, una activista que siempre ha actuado siguiendo unos principios muy claros en los que hay líneas que jamás cruzaría. La sororidad es vital, y no se da por sentada. Las protagonistas femeninas aprenden, conversación tras conversación, a apoyarse las unas en las otras mientras lidian con la avaricia y los golpes bajos que de forma continuada se reciben cuando se intenta romper con el status quo establecido dentro de las esferas de poder.
El trabajo es arduo, la desconfianza transpira a través de algunas miradas y gestos, pero poco a poco, acción tras acción, la lealtad a una misma y a quien se sabe en el camino correcto, acaba ganando terreno. Presentar mujeres empoderadas no es algo que se tome a la ligera ‘Queenmaker’, y ni que decir tiene que queda muy lejos de lo simplista y chabacano. Son tantas las ambiciones, las formas de mujer, sus lugares de procedencia y su fondo social y político que somos espectadoras de una batalla por el poder en el que hasta el lado más oscuro, ese lleno de impensables, sale a relucir en personajes que no creemos podrían jamás llegar tan lejos.
Todo esto que has leído para nada implica que todas y cada una de ellas sean perfectas o bondadosas. Nada más lejos de la realidad. Las mujeres de ‘Queenmaker’ son tan tridimensionales y están tan llenas de aristas e imperfecciones como cada una de nosotras, pero si en algo destacan es en que son luchadoras natas, y nadie ni nada se interpondrá en sus caminos para conseguir sus sueños o metas, aunque haya que ensuciarse las manos.
Pan y circo. No hace falta mucho más para describir un proceso de campaña electoral se esté en el país que se esté. ‘Queenmaker’ mira detrás de bambalinas y nos muestra como se tergiversan palabras, se explotan las debilidades de los oponentes políticos y se usan todo tipo de armas para hacer caer a cualquiera que se atreva a participar en un proceso de cambio que suponga alterar quien verdaderamente manda e influye en la ciudad. Todo vale para esas personas. Desde la mofa por el aspecto físico hasta el escarnio moral, aunque este no tenga fundamento real alguno. Si se tiene dinero se puede, y lo más importante, se puede llevar a cabo sin mancharse las manos.
En la serie, con el paso de los episodios, vemos las tácticas que se utilizan. Desde las más sutiles, que van en engañar al público con una puesta ante las cámaras lacrimógena y bien orquestada hasta la más burda forma de coacción e intimidación utilizando los golpes y las amenazas a seres queridos. No falta detalle en este aspecto, y una no sabe que es peor, si que no nos sorprenda o que haya tanta variedad de técnicas para inferir miedo en el repertorio de un guionista al cual podríamos añadirle un par más sin tener que pensar mucho.
Una construcción magistral
No se pueden construir mejores personajes. Nada se le puede reprochar a este K-drama en ese aspecto. Todas y cada una de las mujeres que aparece es tridimensional, imperfecta y llena de demonios y miedos contra los que luchar, y exactamente eso mismo ocurre con los masculinos. ‘Queenmaker’ es excelsa porque no se olvida de nadie, y eso la hace redonda en sus arcos narrativos. Nadie queda sin pasado, presente o futuro. A pesar de la cantidad de personajes que se ponen en escena, todos y cada uno de ellos encuentra su lugar y avanza hacia un futuro incierto, pero lo suficientemente creado en nuestras mentes como para poder darle alas a nuestra imaginación mientras creamos sus futuros en nuestras cabezas sin nada ni nadie que le ponga trabas a nuestra línea de pensamiento.
El drama se toma muy en serio de donde vienen los personajes y hacia donde van, pero deja tanto margen de maniobra que verdaderamente tenemos la sensación de que se trata de humanos que podríamos encontrarnos a la vuelta de la esquina.
Hwang Do Hee, hacedora de reinas
Kim Hee Ae como Hwang Do-Hee es sencillamente una fuerza de la naturaleza. Este es uno de esos personajes que con la motivación adecuada es capaz de todo. Con unas habilidades para conseguir lo que se propone, innatas, cuenta, además con una estructura mental pragmática que le hace indispensable dentro de un equipo de resolución de problemas dentro de una gran empresa.
Lo suyo es cambiar la percepción del público si eso es lo que se espera de ella. Si para ello debe mancharse las manos, lo hará sin titubear. Es la persona que todos querrían en su equipo, pero pronto se dará cuenta de que ha estado siendo utilizada para acciones que incluso para ella van demasiado lejos. Será entonces cuando decida que es el momento de pagar con la misma moneda a quienes la han manipulado y vapuleado. A través de su personaje se desarrolla una trama de redención y sacrificio como pocas veces vemos en pantalla. La suya es la partida de ajedrez más larga y ardua de todas. No vas a ser capaz de adelantar sus movimientos y eso la hace enigmática y sorprendente.
Oh Seung Sook, el rinoceronte que todo lo puede
Esta es la transformación de transformaciones. No hay nada como saber donde está la buena materia prima y sacarle todo el provecho. A través de este personaje se pone de relieve que la lucha activista está repleta de grandes almas con enormes ideales y convicciones, pero a un mismo tiempo nos dice, alto y claro, que ese ruido necesita traducirse en un lenguaje de masas. Para ganar hay que jugar al juego establecido, con las normas ya asentadas, aunque estas puedan malearse y ‘Queenmaker’ sabe hacer eco de ello.
Moon So-Ri dando vida a Oh Seung Sook es el dinamismo personificado, no sabes por donde va a salir, y eso es lo que hace que nos enamoremos de ella desde el primer momento. La vitalidad y caos que aporta a una estructura social encorsetada y clasista hace que caigamos rendidas a sus pies desde que se la presenta dando voces desde una azotea luchando contra viento y marea.
Nos engancha a su forma de ser por su frescura, pero nos mantenemos fiel a ella por los principios que representa y por las adversidades a las que hace frente en su día a día. Una mujer que es conocedora de la importancia de su asistencia y presencia laboral para cambiar las cosas a mejor, pero que a un mismo tiempo lucha contra sus propios demonios por dejar a su familia en un segundo plano. ¿Es posible estar presente en casa y en el trabajo? ¿Es la conciliación familiar factible? Con ella seguimos a una mujer de valores profundos y un gran sentido de la responsabilidad social que se ve nadando entre tiburones muy lejos de sui hábitat natural.
Si a ninguna de estas mujeres le cae un premio, o dos, por sus interpretaciones fuera de lo común dentro de esta serie, bien podremos pensar que los premios se encuentran amañados. Hay momentos en los que se rompen y vienen abajo, otros en los que la amabilidad inunda la escena, otros en los que su determinación incluso se imbuye en nuestros cuerpos… querrás abrazarlas, zarandearlas, animarlas y chillarles a partes iguales. En todo momento sorprenden y te dejan con la boca abierta. ¡A ver donde encontramos algo así en los próximos meses!
Jin Kyung como Seo Min Jung es otra de esas mujeres imparables que ha sabido sobrevivir en un mundo de hombres siendo la cara visible de un partido político durante más de una década. A través de ella se personifica la compostura, el saber estar y la inteligencia política necesaria para saber navegar aguas muy turbias llenas de favores y conversaciones a puerta cerrada. Su interpretación tras la máscara es apabullante y sus escenas se quedan en la retina tal y como ocurre con las de Seo Yi Sook como Son Young Sim. Ella es la dama de hielo, la reina oscura en lo alto de un trono alejado de la inmunda normalidad. Quedar atrapada por su elegancia y gesto impasible es algo por lo que pasar aunque no se quiera. El suyo es un personaje pensado para ser odiado y admirado a un mismo tiempo, y la interpretación de Yi Sook como ya nos pasase en ‘Under The Queen’s Umbrella’ es imperdible e imposible de pasar por alto mientras en esta ocasión da vida a la CEO que reina por encima del bien, usando el mal.
Baek Jae Min, el demonio con piel de cordero
Ryu Soo Young interpreta a Baek Jae Min, un hombre en busca de venganza capaz de todo, sin límites. El suyo es el personaje a odiar por excelencia. Aunque nada es lo que parece mientras lo ves en pantalla. Cuando una cree que se va a redimir consigue subir un escalón más en el podio del mal y eso nunca es fácil de mantener en pantalla. Lo suyo son las máscaras y con una interpretación de 10 nos permite odiarlo a tantos niveles como papeles es capaz de interpretar.
También hay que decir que no es difícil ser malo malísimo si se vive rodeado del nido de arpías con el que convive. Lo suyo es una trama de venganza que le hace perderse a sí mismo y la poca humanidad que alguna vez hubo en sus huesos. A través de su presencia vemos como una serie claramente centrada en los papeles femeninos no denosta la importancia de la presencia de personajes masculinos con mucho que aportar a la trama en cuanto a matices y situaciones límite se refiere.
Completan el reparto Ki Do-Hoon, Kim Ho-Jung, Ok Ja-Yeon y otros tantos nombres relevantes en la industria que es imposible mencionarlos a todos. No importa donde mires ‘Queenmaker’ es un acierto tras otro en la elección de su reparto. Serás incapaz de quedarte con uno solo.
Visualmente, un mastodonte
Todos y cada uno de los encuadres hablan por si solos. Cómo los personajes se asientan en el espacio absorbiendo toda la energía existente a su alrededor es una obra de arte. Esa presencia no solo se consigue gracias al tremendo plantel de actores y actrices de las que ya hemos hablado. Es una cuestión de ópticas. Una presencia impecable de cada personaje que aparece, unas localizaciones que derrochan detalle, lujo o mundanalidad dependiendo de lo que la escena necesite.
Vas a quedar impactada por su potencia visual, por el vestuario elegante y exquisito en el que es imposible no recrearse. Habrá ocasiones en que tu atención se centre tanto en el detalle que probablemente te pierdas alguna línea de guion, pero estate tranquila, nos pasa a todas.‘Queenmaker’ hace las delicias de todas aquellas que se acercan a su historia porque es capaz de atrapar hasta a quienes se sienten incómodas o a disgusto con las tramas políticas.
Esta historia de venganza tiene tanto que decirnos que con solo acercarnos a escuchar ya tendremos conversación para una buena temporada. En ella hay espacio para la reinvención, la búsqueda de la verdad, la avaricia, el rencor, el poder sin escrúpulos y con ellos, pero sobre todo hay en ella una serie para darnos cuenta de las barbaridades de las que somos capaces los humanos cuando nos encontramos cegados por el poder y el sentimiento de superioridad que nos hace pensar somos indestructibles y nos encontramos por encima del bien y del mal.
Este drama acaba más que cerrado. Su narración tiene un comienzo y fin claros, pero aún así quedan esperanzas de que una segunda temporada pueda tomar forma en un futuro cercano. Estarás deseando llegue ese momento una vez termines de ver ‘Queenmaker’.
Tráiler de ‘Queenmaker’
¿Nos encanta?
Overall
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Fotografía
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Interpretaciones
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Guion
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Banda Sonora
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Edición y montaje
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Originalidad