‘The Mandalorian’ aterriza este martes en Disney+. Jon Favreau (nombre clave en esta nueva etapa Disney, director de ‘Iron Man’, ‘El Rey León’ y ‘El libro de la selva’ en acción real, entre otras) ha hecho un trabajo fenomenal dándonos un producto con tintes clásicos pero al mismo tiempo novedoso. La gente que nunca ha visto ‘Star Wars’ no tiene de que preocuparse, ya que la serie, pese a formar parte del universo galáctico y mantener su estética, funciona de manera autónoma. Para los seguidores de la saga, quienes disfrutarán con los easter eggs, cabe decir que la serie sucede cinco años después de la caída del Imperio y veinticinco antes del ascenso del Primer Orden.
Gracias a la sencillez que tiene su sólida trama, los ocho episodios de los que se compone la serie son amenos, efectistas y adictivos (sin caer en sentimentalismos cursis y melodramas baratos). Hay secuencias repletas de acción, la factura visual intachable se agradece, efectos especiales impresionantes, tiroteos alienígenas, la genial banda sonora de Ludwig Göransson, etc. (se nota que Disney como compañía es un verdadero titán). En los créditos finales de los capítulos podemos ver unas magníficas ilustraciones que recapitulan los momentos más impactantes de los episodios.
Es la primera serie de acción real ambientada en el universo de ‘Star Wars’ que se estrena en televisión. Este western espacial (es un buen homenaje al género, a Sergio Leone sobre todo, a la saga original creada por George Lucas, a los viejos seriales, o a films de samuráis, especialmente sobrevuela la sombra de Akira Kurosawa) sigue los pasos de Mando, un cazarrecompensas que pertenece a la legendaria tribu de los Mandalorianos (personajes fríos y letales), un pistolero solitario que trabaja en los confines de la galaxia (Pedro Pascal, aunque no se le vea el rostro, a través de la voz, está francamente bien). La vida de Mando cambia por completo cuando aparece, según ha consensuado la cultura popular, el famoso Baby Yoda (carne de infinitos memes), quien le hace replantearse su modus vivendi. Es un personaje mcguffin (no sabemos apenas nada de él), gracias al cual arranca la historia.
La aventura forma parte de la esencia de la serie (el monomito es evidente). En cada episodio se plantea una nueva andanza sin dejar de lado la trama principal en ningún instante (por el momento tiene un formato más bien episódico). Aparece un carrusel de personajes que, aunque no tengan un desarrollo potente (de los pocos puntos no tan buenos de la serie), sirven al espectador de entretenimiento de calidad.
Recordemos que la plataforma tendrá un contenido eminentemente familiar, con lo cual sus propuestas estarán alejadas de las series pertenecientes a las plataformas de cable. Sin embargo, Disney no necesita de los ingredientes de plataformas como HBO, se contenta con colmar las expectativas del espectador que con ‘The Mandalorian’ ha satisfecho. Es divertida, emocionante, espectacular y tiene los elementos perfectos para enganchar a la audiencia. Esperando con ganas la segunda temporada. Sin duda, este es el camino. He dicho.