Un día después de su estreno en EE. UU, llega a Canal + el primero de los últimos siete capítulos que componen el final de ‘Mad Men‘. Tras siete temporadas, la prestigiosa serie (15 emmys y 4 globos de oro) dice adiós definitivamente. Aprovechamos el principio del fin para repasar los puntos fuertes de una serie cuya estética ha creado escuela y ha pasado a formar parte de la cultura popular contemporánea.
EL DISEÑO DE PRODUCCIÓN
Nadie duda de que Mad Men tiene una estética muy particular y fácilmente reconocible para todo aquél que esté medianamente interesado en el mundillo de las series de televisión. Pero, ¿De donde viene toda esta estética?. Sí hay algo que Mad Men cuida es la puesta en escena, con todos los detalles que presenta en un diseño de producción muy cuidado, y es que es este gusto por cuidar cada aspecto de la serie es lo que la ha convertido en un referente. Mad Men es una serie para ser vista, en todos los aspectos de la definición, con un fuerte énfasis en la narrativa visual. Es decir, se trata de una serie en la que las imágenes cuentan tanto, o más, que las palabras*.
Desde el principio Matthew Weiner y el resto de los responsables de la serie han mostrado una excelente labor de documentación visual y de amor por la estética de los años cincuenta y sesenta. Es fantástico observar como durante la serie los cambios estéticos se producen tan de fondo y sutilmente que requieren una observación prolongada y profunda para observarlos. El contexto cultural siempre está presente, a veces como un mero ruido de fondo, que constantemente enriquece la narrativa.
LA ILUMINACIÓN Y LA FOTOGRAFÍA
Desde sus comienzos, Mad Men ha sido fuertemente vinculada a la estética de artistas como Edward Hopper y no se trata de una vinculación en vano, se nota que por parte de la serie hay un interés en crear estos puentes con la obra de Hopper, situando a sus personajes constantemente en un estado de aislamiento y soledad en espacios muy plásticos visualmente.
La creación de estos espacios, más allá de las conexiones artísticas, nace de un exquisito gusto en la construcción de escenarios y su iluminación, unido a una labor excelente en la dirección de fotografía (Chris Manley es quien más veces ha sido acreditado como director de fotografía con un total de 65 episodios). Cada plano está medido al detalle y con una composición elegante donde cada pieza, cada luz y cada sombra encaja como un traje hecho a medida.
EL VESTUARIO
Incluso aquellos profanos que no esperan cada semana un nuevo capítulo saben reconocer el “estilo Mad Men”, esa serie en la que todos salen muy guapos y la ropa queda muy bien. Dentro de esta broma no deja de haber una verdad. Más allá de lo bien que le quedan los trajes a Don Draper, el vestuario de Mad Men ha sabido atrapar perfectamente la personalidad de cada uno de sus personajes y crear un estilo propio para cada uno de ellos inmediatamente reconocible.
En el caso de los protagonistas masculinos este ejemplo queda más limitado a un desfile de trajes perfectamente medidos y entallados. Es en el caso de las protagonistas femeninas donde este estudio de personalidad a través del vestuario. Por ejemplo, Betty Draper siempre busca unos conjuntos impolutos para recalcar esa persistente imagen tradicional de la esposa perfecta e intachable, más cercana a una muñeca Barbie que a una mujer real. Joan por su parte siempre utiliza la ropa como instrumento de poder, es una mujer cuya lucha constante se centra en demostrar que es más que una cara bonita y que es tan inteligente y poderosa como sus colegas masculinos. Por su parte, Peggy siempre ha presentado un aspecto más práctico que femenino, si bien es cierto que su personaje ha evolucionado de una estética mojigata a algo más moderno, nunca ha dejado de demostrar que lo suyo es ser la mejor profesional en su trabajo y que la moda y el glamour viene después. No hay que olvidar tampoco a Megan Draper como reflejo del cambio de los tiempos y sus estéticas.
LOS PROTAGONISTAS
Por último, pero no menos importante como suele decirse, no hay que olvidar la importancia que tiene los actores y sus interpretaciones en la creación de un estilo visual concreto. Más allá de lo excelente de las interpretaciones de todos (todos) los personajes, principales y secundarios, cada uno de ellos posee una personalidad individualizada muy bien delimitada y con mucho carácter, y eso también es estética. Como cada uno de los personajes llena y utiliza el espacio visual – las posturas, los gestos, etc. – forman una parte tan importante del estilo de la serie como los decorados o la iluminación.
El capítulo final de Mad Men se estrenará el próximo 17 de mayo en EE. UU (un día después en España de la mano de Canal +) y como todas las grandes series dejará un hueco emocional de esos que sólo se puede llenar con otra gran serie pero, igualmente, dejará un estilo y una estética que quedarán para siempre en la cultura pop actual.
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(*Ejercicio: Buscar cuantos planos cenitales hay de Don durmiendo en posición fetal)