‘Bojack Horseman’ es una antigua estrella del sitcom de los 90 caída al abismo del presente. El tiempo pasa para todos, pero no todo el mundo sabe envejecerlo y aceptarlo por igual. Es lo que sucede a nuestro deslenguado protagonista, el cual no hace feos a todos los vicios habidos y por haber: bebe, fuma y consume todo tipo de sustancias adictivas, amén de una vida sexual de dudosa reputación, ¿les recuerda ya a cierto personaje no tan ficticio que deslumbró con una serie propia hecha a su medida?
No es cierto del todo que estemos ante un “copy-paste” de Charlie Sheen, ya que nuestro protagonista tiene muchos más empaque, y por ende, mucho más jugo. Por fin se presenta ante nosotros una serie para adultos en un sentido bien real. La mayoría de las veces (por no decir todas) el «adulto» de ciertas animaciones, series más que nada, es solamente debido a las llamadas «palabrotas» o a situaciones, chistes, comentarios de cualquier índole respecto al sexo. Como si esto fueran las únicas cosas intrínsecas a la adultez. Sorprende gratamente la estructura de los episodios a lo largo de la temporada, ya que no es común en este tipo de series de animación americanas que opten por un carácter progresivo y desarrollen un argumento a través de sus capítulos, donde el humor y el drama pasten a sus anchas, cosa que sí consigue ‘Bojack Horseman’.
Tendrás tiempo para reír y para reflexionar sobre la vida, gracias sobre todo a un amplísimo elenco de secundarios donde humanos y animales conviven sin distinciones y donde las situaciones cómicas entrelazan el origen de cada uno de ellos. La comedia se presenta en ocasiones con un humor simple o absurdo y en otras con uno más hilado e inteligente. No estamos ante una nueva generación de ‘Padre de Familia’, ‘South Park’ o ‘Los Simpson’, si bien puede guardar ciertas semejanzas en su equilibrio comedia-drama con ‘Futurama’, gracias sobre todo a un guión muy bien perpetrado y una dirección perfecta para el transcurso de toda la temporada. La voz original de nuestro protagonista corre a cargo de Will Arnet ,en español, doblada por el mismo actor que pone la voz a Charlie Sheen en ‘Dos hombres y medio’, ¿casualidad? yo no lo creo…; Aaron Paul (AKA Jessy Pinkman) secundario de lujo poniendo voz al compañero de “fatigas” de nuestro protagonista, cuyo personaje resulta compartir vicios muy similiares que llevaron a este actor a triunfar en la maravillosa ‘Breaking Bad’, otro ejemplo más de cómo la serie puede llegar a autoparodiarse en numerosas ocasiones. En definitiva, no es raro que Netflix haya vuelto a apostar por una serie de calidad y sólida, y es que todo lo que tocan lo convierten en oro. Como decía el coyote, ¡HBO estáte al loro!
