Es 1985 en Hawkins, Indiana, y el verano se está calentando. Fuera de la escuela, hay un nuevo centro comercial en la ciudad, y el grupo de Hawkins está en la cúspide de la edad adulta. El romance florece y complica la dinámica del grupo, y tendrán que encontrar la manera de crecer sin separarse. Mientras tanto, el peligro se avecina. Cuando la ciudad está amenazada por enemigos viejos y nuevos. Once y sus amigos recuerdan que el mal nunca termina; evoluciona. Ahora tendrán que unirse para sobrevivir, y recordar que la amistad siempre es más fuerte que el miedo
Netflix ya ha estrenado la tercera temporada de ‘Stranger Things’, una de sus series más relevantes, pensada para ser puro entretenimiento y perfecta para “maratonear”. Por esto, los cliffhangers en este tipo de series son de vital importancia, ya que son un recurso utilizado para no dar respiro al espectador y crearnos inmediata adicción para seguir viéndola.
La fórmula de las anteriores temporadas sigue funcionando, aunque depende del punto de vista con que lo veas. Mis expectativas al ver la (nueva) entrega se han visto saciadas, lo cual quiere decir que para el que suscribe la fórmula sigue funcionando (no por mucho más, por eso). Tal y como pasó con la segunda, esta tanda de capítulos tiene que ver más con una secuela cinematográfica que con un tercera temporada de una serie, ya que a grandes rasgos juega sobre seguro, no presenta ningún nuevo elemento esencial para que evolucione la ficción. Sí, aquellos niños ya son adolescentes, el cambio físico y hormonal y lo que conlleva es inevitable, pero en esencia, como secuela que es, repite aquello que funcionó de maravilla en las anteriores entregas. Los Hermanos Duffer no se esconden, y simplemente cambian el logotipo de la serie, añadiéndole un tres.
Precisamente, esto es lo que han vuelto a hacer, repetir, con pequeñas variantes, lo que gustó al público (un blockbuster hace esto). El gran hándicap es que puede resultar previsible y monótona (algunos personajes han perdido la chispa, no obstante otros nuevos son muy estimulantes), si bien esto se te olvida por la cantidad de referencias que hay, no olvidemos que ‘Stranger Things’, y este es su punto fuerte, se construye como una secuela en la que los referentes inspiradores sostienen su esencia, que no está basada en la innovación, sino en el reciclaje.
La importancia de las referencias radica en que el espectador las capte. Hay diferentes tipos con distintos grados de dificultad: referencia directa, referencia oculta, la réplica (copiar planos exactos) y los llamados tv tropes, recursos habituales que el espectador ha visto muchas veces y por tanto le resultan familiares (los temas recurrentes). Es una serie que juega con el bagaje cultural del espectador, aunque también funciona autónomamente, es decir, la audiencia puede disfrutarla sin conocer las referencias.
Los guiños y homenajes de la serie como sabemos provienen del cine de los 80 y de la cultura pop de esos años como por ejemplo la mención de la New Coke, una fórmula revisionista de Coca-Cola que fracasó en 1985 (asimismo hay algunos a las entregas anteriores de la serie). De forma somera, ni mucho menos abarcaré todo, cabe decir que en esta tercera temporada han tenido protagonismo películas como ‘La invasión de los ultracuerpos’, ‘Invasores de Marte’, ‘La cosa’, ‘Terminator’, ‘Indiana Jones’, ‘Regreso al Futuro’, ‘El día de los muertos’, ‘Re-Animator’, ‘Tiburón’, ‘Un campamento en ninguna parte’, ‘Posesión Infernal’, el mítico tema principal de ‘La historia interminable’, los cómics de ‘X-Men’, ‘Wonder Woman’ o ‘Green Lantern’, ‘Scream’, ‘Pesadilla en Elm Street’, ‘Alien el 8 pasajero’, ‘El Resplandor’, ‘Karate Kid’, ‘La mosca’, ‘Rambo’, ‘Jungla de Cristal’, ‘Cuenta conmigo’, ‘My Little Pony’ o ‘El pájaro loco’. También se homenajea a los filmes adolescentes de aquella época. Si en la primera temporada ‘Los Goonies’ o ‘E.T’ fueron esenciales, en esta temporada ‘El club de los cinco’, ‘Aquel excitante curso’, ‘La revancha de los novatos’ y ‘Amanecer rojo’ son algunas destacables. Esta última es fiel reflejo de una de las grandes tramas de la temporada, la invasión rusa. Se hace mención muchas veces a Phoebe Cates, la actriz neoyorquina que se convirtió en un icono adolescente del cine de los ochenta por películas como ‘Gremlins’ o la mencionada ‘Aquel excitante curso’. Además de referencias a series como ‘Cheers’, ‘El Equipo A’ o ‘Magnum P.I.’. Aparte de las referencias anacrónicas, en las que no entraré.
Estos homenajes están inmersos en la historia. Me gustaría destacar cómo el cine sirve como paralelismo de la trama, simbolizando lo que estamos viendo. En este aspecto, no es fruto del azar que en pantalla se nos muestre ‘Regreso al futuro’, aquella película de 1985 que el tiempo le ha dado la categoría de filme de culto (tal vez en la cuarta temporada veamos viajes en el tiempo, quién sabe). Recordemos que tuvo dos secuelas cimentadas por el mismo esquema básico de su predecesora. Paradigma del funcionamiento de los blockbusters, que seguían la misma fórmula con algunas alteraciones, lo mismo que hace ‘Stranger Things’ que, dependiendo de cómo la tomes, te encantará o decepcionará, pero en cualquier caso es aconsejable llegar al último capítulo, repleto de acción, enérgico, vibrante y emotivo a partes iguales, dejando entrever una tesis que ha estado durante toda la temporada: el tiempo avanza queramos o no, las circunstancias cambian, y una vez superada la infancia (como los protagonistas) no hay vuelta hacia atrás.