‘Selftape’, reencontrarse con el pasado (2023)

Filmin nos regala otra joya, su tercera serie original protagonizada y guionizada por las hermanas Joana y Mireia Vilapuig, quienes se dieron a conocer hace doce años en ‘Polseres vermelles’, convirtiéndose entonces en estrellas infantiles y entrando de forma prematura por el umbral de la fama y del éxito.

6 episodios. Las hermanas Joana y Mireia son dos jóvenes actrices que conocieron la fama y el éxito a muy temprana edad. Años después, Mireia vuelve a Barcelona tras triunfar como actriz en Oslo. El frío recibimiento de su hermana Joana no es el que se esperaba. Incapaces de comunicarse y arreglar las cosas, todo da un vuelco cuando le ofrecen a Mireia un papel que tenía que hacer Joana. A partir de este momento saldrán a la luz secretos, mentiras y traumas del pasado que obligarán a las dos hermanas a replantear muchos aspectos personales de sus vidas, como el trabajo, el amor, la amistad o su propia relación.

Andando el tiempo, toda esa fama fue disminuyendo paulatinamente. ‘Selftape’, en clave autobiográfica y desde la ficción, aborda las consecuencias de todo lo vivido en el pasado por ambas actrices que, ahora, deben enfrentarse a la perpetua incertidumbre en un momento vital de sus existencias y la relación que tienen entre ellas, una búsqueda identitaria frustrante. Es un continuo enfrentamiento entre el yo personal y profesional bajo el paraguas de la posible impiedad que puede darse en la industria audiovisual. Un muestrario de lo humano: miedo, inseguridades, celos, confusión, orfandad, sinsabor, angustia, desengaño, rencor, vergüenza, comparaciones, incomunicación, etc.

Esta formidable serie autoral se sustenta sobre todo por las excelentes interpretaciones de Joana y Mireia Vilapuig, en quienes recae todo el peso de la fuerza dramática. Poco a poco veremos el motivo del enfrentamiento y tensión entre las hermanas, superadas por las circunstancias y engullidas por la propia realidad, que, como he mencionado antes, son dos de las guionistas de la serie (secundadas por el equipo de guion, su parte técnica, y la solvente dirección de Bàrbara Farré) y se nota por el naturalismo en los diálogos, punteados por silencios que hablan por sí solos y explican a través de sus comportamientos las causas de esta guerra fraternal. Está claro que todo el material ficcional que vemos nace de vivencias reales, esto es, desde la representación de la ficción han hallado la esencia de la verdad. Así, han expuesto su pasado para superarlo.

Lo menos importante es desentrañar lo que es realidad de lo que es ficción, ya que uno de los puntos interesantes es la unión indivisible entre estos dos conceptos, que conforman una amalgama indisoluble, a la que se une la metaficción (manifestada por ejemplo en los diferentes vídeos domésticos de archivo), otro elemento esencial de ‘selftape’.

En definitiva, con ‘selftape’, las hermanas Vilapuig se reencuentran con los miedos abisales del pasado, enfrentándolos, procurando dominarlos y exorcizarlos a través de la ficción para, tal vez, lograr anestesiar el alma doliente que vive anclada en un tiempo inexistente, que fue y ya no es, y avanzar por fin hacia delante.