'Estos ojos negros', bienvenido a la sinrazón (2022)

Hay pocas veces que una serie no consiga engancharme. Vamos, no suele pasar, porque lo veo todo y me gusta todo, no soy delicada. Siempre hay algo positivo que sacar de las producciones que nos llegan. ‘Estos ojos negros’ puede decir que ha logrado lo que ninguna otra, estar deseando de que acabase el último episodio. No hay por donde cogerla. Ese sería mi resumen si me pidiesen una sola frase sobre esta serie recién sacada en la India.

Perseguido por la hija de un político capaz de cualquier cosa con tal de hacerlo suyo, un hombre debe tomar medidas oscuras y arriesgadas para recuperar su vida.

Puede que no esté hecha la miel para la boca del asno y que yo no haya conseguido ver la gran serie que es, pero a mi favor diré que el guion está lejos de ser sensato, coherente o mínimamente lógico. Si, podrías decirme que es una serie, que no todo tiene que ser real o creíble, pero una cosa es un poquito de imaginación y otra es querer estrangular a TODOS los personajes que aparecen en pantalla porque ninguno de ellos es capaz de hacer dos cosas coherentes en toda la historia.

Hablemos un poco de la trama, por supuesto, sin spoilers por si eres lo suficientemente valiente, o inconsciente, si me preguntas a mi, para atreverte con ella. Los ocho episodios siguen a un joven (Vikrant) que por fin ha terminado sus estudios y piensa tiene el mundo entero ante él. Un buen trabajo le aguarda y, faltaría más, tiene a la mujer de sus sueños esperándole para irse con el. Todo es de color de rosa (chicle) y su vida no podría ser mejor. Esta es la primera parte de la serie, y hasta aquí, todo correcto porque el color, la forma de introducir a los personajes y las exóticas localizaciones te atrapan.

El problema viene cuando entra en juego el personaje más avaricioso, compulsivo y consentido de todos los que has visto en televisión, y, casi saliendo de la nada, se introduce de lleno en la vida del protagonista, haciendo que el color rosa se pase a negro, muy negro. Es entonces cuando se le va de las manos la trama y el guion a quien sea que diese forma a la idea originaria. Esta mujer, hija de un oligarca que se lo ha consentido todo siempre, será el némesis al que Vikrant tendrá que enfrentarse si alguna vez quiere vivir su vida según sus normas. El nivel de obsesión y posesión rayará lo burdo a partir de ahora.

Los personajes no son capaces de seguir ni sus más básicos instintos de supervivencia aunque nos lo intenten vender como que si. Ni siquiera puedes sentir empatía por ellos porque es imposible salvar las ganas de zarandearlos en un vano intento de hacerles entrar en razón. Lo cierto es que probablemente ‘Estos ojos negros’ sea demasiado telenovelesca para mi, y eso que está llena de escenas de acción y un toque de thriller muy serio, pero que no es sabido llevar a buen puerto haciéndolo caer en lo absurdo y casi cómico.

¿Con qué me quedo?

Pues con la belleza de sus paisajes, el exotismo de su colorido y el trasiego continuo de sus calles abarrotadas de miles de olores que imaginar y vidas por descubrir. Aunque si algo me ha fascinado totalmente ha sido lo bien conectada que está la banda sonora al guion. Cada nota que se da es capaz de mostrar y acompañar en los sentimientos que se exponen en pantalla y eso no es tarea fácil. Además, ha sido un gusto total ver mujeres saludables en pantalla. Sus cuerpos son normales, no se ven forzados en horas de gimnasio o dietas estrictas, y eso las hace cercanas e incluso más humanas.

Es una verdadera pena que a día de hoy aun nos sorprendamos por estos detalles, pero la normalización de bellezas distintas y naturales está aún demasiado lejos como para que no nos sorprendamos cuando nos lo encontramos en pantalla.

Podría decirse que mi primera incursión en el mundo de las series indias ha sido fallido, un fracaso, aunque no total. Eso no quita que seguiremos intentándolo y probando con otras que nos lleguen. Quién sabe, quizá la serie de mi vida está aguardándome en aquellos parajes lejanos. Si la has visto o te atreves con ella a pesar de mis palabras, pásate por aquí o las redes sociales y cuéntame, será un placer poder comentarla contigo.

Por cierto, hay una segunda temporada. Supongo que por algo será, aunque yo no estaré ahí viéndola.