‘Caza de brujas’, la avalancha tras hacer sonar las campanas

Ida Waage es la directora financiera de uno de los bufetes de abogados más importantes de Oslo. Un día encuentra sobre su mesa una extraña factura de una empresa holandesa que le llama la atención. Cuando descubre la verdad que se esconde tras el documento, decide llevar el asunto al sistema. Las consecuencias serán importantes, tanto para ella como para varias personas muy influyentes de las élites noruegas.

Ocho episodios de 45 minutos son los justos para contar una historia no apta para cobardes. ‘Caza de brujas’ pone de manifiesto, como, incluso en una de las naciones más seguras del planeta, nadie está a salvo. Hay muchas formas de violencia en este mundo, y la económica es tan invisible como salvaje.

Esta historia se plantea en un ambiente idílico, donde todos sus personajes disfrutan de una vida acomodada y libre de preocupaciones financieras de esas que asfixian porque no se llega a final de mes. Un estado de bienestar que parece protegerlos a todos y que les lleva a uno de los peores crímenes sobre la tierra, la avaricia.

Porque eso es ‘Caza de Brujas’, avaricia en estado puro. Querer quedar siempre por encima del que está al lado, arrollando, sin importar las consecuencias, porque su armadura de contactos y poder económico casi los hace intocables.

Ida Waage es una mujer con una ética de trabajo intachable. Quiere hacer su trabajo bien, llegar a casa y ser feliz junto a su familia. No necesita de nada más, o eso creía. Siempre ha habido casos de malas praxis y malversación de fondos en grandes empresas, pero solo llaman nuestra atención cuando alguien se atreve a dar el paso de denunciarlo, sabiendo que va a perderlo todo.

‘Caza de Brujas’ es un fiel reflejo y retrato de esa sociedad ambigua y dual en la que vivimos. Porque no tardaremos en ver como los personajes a su alrededor pronto muestran sus verdaderos colores. La protagonista es maltratada y culpada por decir la verdad, por no callarse. Rápidamente pasa a ser la loca de la oficina, a perder los papeles con demasiada facilidad y a no aguantar la presión de su trabajo.

Se la tacha de chivata, que no de valiente por dar la cara, y de débil y mentalmente inestable para así poder deshacerse de ella. No se porque me sigue sorprendiendo esto, será porque me indigna que cuando no se puede ‘meter en vereda’ a una mujer se la vuelve loca y solucionado el problema.

La trama se va desenvolviendo a buen ritmo. Vamos conociendo a los personajes clave a través de interacciones breves pero concisas. Pero lo que verdaderamente enamora es la pulcritud de su metraje. La fotografía representa todos y cada uno de los matices que hacen a un personaje o un lugar lo que son.

El poder se muestra en un vestuario y localizaciones impecables, y no hablemos ya de las interpretaciones, que son asombrosas. Sobre todo destacan dos, la de Ingrid Bolsø Berdal como Ida Waage y la de Fridtjov Såheim interpretando a Eirik Bråthen, el policía encargado de la división de delitos económicos que intentará destapar todo el entramado de corrupción entre el bufete de abogados donde trabaja Ida y parte de la élite económica noruega.

Entra también en juego, y lo hace de forma magistral el fuerte papel que juega el periodismo en un caso de corrupción de este tipo. La prensa independiente intenta hacerse un hueco en la historia gracias al personaje de Aida Salim, interpretada por Sara Khorami.

A través de ella se centra la atención en la importancia que tiene informar y hacerlo de forma fehaciente y honesta. En ese apartado, el guion, aprovecha para lanzar la crítica más certera a los medios de comunicación e información gracias a las acciones y diálogos de la periodista.

Como puedes ver, ‘Caza de Brujas’ no se queda coja a la hora de tratar temas de una importancia claves en el momento social, político y económico que vivimos, y lo hace denunciando, no solo la corrupción de las altas esferas, sino también el trato que las profesionales de los sectores representados en la historia siguen sufriendo.

El machismo inherente en sus personajes es como una lanza que atraviese a cada una de las protagonistas. Ni siquiera aquellos que más deberían comprenderlas y apoyarlas son capaces de reconocer el daño y efecto que generan sus palabras y acciones.

Un diez para las guionistas en este plano, porque muestran de forma directa como cada una de ellas se enfrenta a distintas versiones de ese patriarcado que ahoga y humilla pasando por normalidad cada día.

Para terminar te dejamos la historia que ha inspirado a las guionistas. La serie de Filmin tiene muchas similitudes, por lo que si quieres sorprenderte episodio a episodio, mejor no leas el siguiente párrafo y pásate directamente a disfrutar del tráiler.

El caso real en el que se basa ‘Caza de Brujas’ es el de Kari Breirem, ex directora del bufete de abogados BA-HR. Se hizo popular al ser despedida tras negarse a firmar una factura fraudulenta de 150.000 euros al ex ministro de Salud, Tore Tønne. El caso tuvo un gran impacto mediático, Tønne se suicidó a causa de la enorme presión pública y el bufete tuvo que acabar pagando una multa. Breirem, que posteriormente fue nombrada directora del Tribunal de Apelación noruego, tampoco lo tuvo fácil.

Tráiler

¿Pasa el corte?
Overall
3.8
  • Fotografía
  • Interpretaciones
  • Guion
  • Edición y montaje
  • Banda Sonora
  • Originalidad

Puntos fuertes

  • Interpretaciones de 10
  • Intensidad y diálogos acompasados
  • Fotografía meticulosa y cuidada

Otras series brutales de Filmin, con temáticas totalmente distintas son

‘El colapso’, horror en plano secuencia | Filmin

‘Hipócrates’, las entrañas de la medicina interna (2018) | Filmin

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