La segunda temporada de ‘True Detective’ ha llegado con fuerza, si bien no es lo que esperábamos, es igualmente buena, solo que diferente. Las comparaciones son odiosas, eso es algo que todos sabemos, aunque también somos conscientes,son inevitables, y no podía pasar de otra forma con la serie más recomendada de toda la TV el pasado año.
La realidad es que Matthew McConaughey, Woody Harrelson y Michelle Monaghan dejaron el pabellón muy alto, las actuaciones eran lo más cercano a la perfección que hemos visto en televisión, y eso nos hizo querer mucho más cuando la primera temporada acabó. Si lo pensamos bien, no fueron únicamente esas geniales interpretaciones las que nos engancharon, aunque si fue el reconocimiento de sus protagonistas lo que hizo que más de uno se acercase a la serie por primera vez. Los principales culpables del éxito fueron Nic Pizzolatto (Creador) y Cary Joji Fukunaga. Esta segunda temporada solo cuenta con el primero, y se nota muchísimo, la serie es tremendamente buena, pero no es nuestro ‘True Detective’, y eso es algo con lo que tendremos que aprender a vivir.
Si realmente se quiere disfrutar esta segunda temporada de forma plena tendremos que hacer las paces con ella, y no pedirle sea la continuidad de algo ya cerrado y acabado, y ahí está lo difícil para aquellos que nos enamoramos de la estética y la trama de la primera.
El primer capitulo de esta segunda parte nos presenta un mundo mucho más corrupto y decadente que la primera temporada, y pensábamos que era complicado superarse en este punto. La especulación urbanística, los casinos, el alcohol y las drogas toman fuerza ahora, abandonados ya esos parajes tenebrosos mezclados con la religión y el ocultismo que tanto nos atraparon. Tenemos ante nosotros en esta nueva versión de ‘True Detective’, nueva versión, porque es un borrón y cuenta nueva, a unos personajes y a un hilo argumental a los que estamos mucho más acostumbrados, es muy similar a muchas de las cosas que hemos visto en la gran pantalla en algún momento, pero tiene una calidad impresionante.
La presentación de los personajes, un abanico bastante más amplio en esta ocasión, es limpia y fácil de seguir, nos deja sabiendo que aun nos queda mucho por aprender de los protagonistas, y lo que es mejor, queriendo saber más sobre ese pasado que como poco es muy turbulento. Se presentan personajes muy definidos en la actualidad por su pasado, personajes de una moralidad dudosa en todo momento, con los que intentamos empatizar a cada segundo.
Aún es pronto para saber como se desarrollará el vinculo entre personajes, como las piezas han llegado a esa posición que vemos en estos primeros minutos lo iremos aprendiendo poco a poco. Es una mezcla muy extraña con unas líneas argumentativas mucho mas complejas y abiertas que en la primera temporada, donde contábamos con dos compañeros y las reminiscencias de un viejo caso. Ahora todo es diferente, no hay saltos, no hay nostalgia, únicamente la cruda realidad del día a día y la pura supervivencia de seres humanos que no saben como superar o mejor dicho sobrevivir a cada día.
Colin Farrell es la viva imagen de lo que la desesperación y la impotencia puede hacerle a alguien con autoridad, un personaje que solo a través de las drogas y el alcohol es capaz de hacer frente al mundo que lo rodea, todo resuelto con fuerza bruta. Vince Vaughn es la calma antes de la tempestad, su personaje romperá cuando menos nos lo esperemos, el componente mafioso mostrado en todo su esplendor. Rachel McAdams es el eslabón más débil, y no por su interpretación, sino por el personaje en sí, mucho más lleno de clichés que el de Farrell, lo cual es ya decir mucho. Finamente Taylor Kitsch, quien entra en esta serie de forma algo atropellada y forzada, pero con la posibilidad de tener una buena acogida entre los espectadores, todo dependerá de lo que está por llegar, que esperamos sea espectacular, sorprendente y diferente.
Esto último es complicado de conseguir, lo diferente en televisión en los tiempos que corren es algo casi imposible, pero puede que ‘True Detective’ vuelva a hacerlo a través de unos ritmos y una estética cuidada, junto a algún giro en el guión que no esperemos y haga que despunte por encima de todo lo demás, pero para eso tendremos que esperar meses aún.
Por ahora nos conformaremos con la curiosidad de seguir conociendo y descubriendo sobre ella, porque algo es claro, no es la primera temporada, pero no necesita serlo, es buena por sí sola, y que nadie se engañe, todos volveremos a por el segundo capítulo, incluso si nos ha decepcionado a cada instante no ver a Rust Cohle y Martin Hart siendo interrogados o teniendo increíbles conversaciones en el coche.