El Hogwarts de los universitarios
‘The Magicians’ golpea de primeras con una fuerza que se tercia interesante de cara al devenir de la historia. Es decir, estamos ante una escuela de magia y hechicería, pero con fiestas, sexo, alcohol y todas esas cosas que Harry, Ron y Hermione no han olido en seis o siete años de cursos en Hogwarts. Es una serie televisiva que rebosa talento y posibilidades, pero a merced de un guion que no está lo suficientemente hecho para la complejidad de una trama abarrotada de intensos instantes «no mágicos».
Y eso puede ser un problema: la serie necesita magia para conseguir llegar al espectador; necesita aquello que el espectador está deseando ver sin aderezarlo con historias entrelazadas que no nos llevan a ningún fin. Y es que dichos momentos mágicos están lo suficientemente bien conseguidos como para echar hacia delante y tener más de ellos, introduciéndolos en una trama que los necesita. Estos jóvenes magos, a merced de un papel que han de interpretar que puede estar mejor o peor conseguido como personaje, demuestran frialdad y madurez en la interpretación de los mismos, envolviendo a cada uno de ellos en el aire extravagante y diferente que precisa. Dichos papeles encuentran en los aspectos diferenciativos de cada tipo de mago el punto perfecto para evitar que pasen sin pena ni gloria por la pantalla, y nos muestra a personajes muy diferentes pero cuya compenetración frente a la cámara es un gran logro.
Jason Ralph es Quentin Coldwater, el protagonista principal; Olivia Taylor Dudley hace de Alice Quinn, la «Hermione» de nuestro «Harry»; Hale Appleman es Eliot Waugh, la mala influencia; Arjun Gupta es ‘Penny’ William Adiyodi, al que le da bastante igual todo y Verano Bishil es Margo Hanson, una chica que anda por ahí; todos decentes y con una gran compenetración entre si. La única que parece fuera de lugar -quizás debido a la trama- es Stella Maeve, actriz que hace de Julia y que no termina de encajar completamente en la trama. Pero, y contando con los secundarios que le dan cierto grado de madurez y fuerza a la serie, estamos ante un grupo interesante y atractivo de cara a la interpretación de unos personajes complicados y demasiado diferentes como para encontrar un nexo.
La historia puede funcionar; puede hacernos sentir el deseo de encontrar más y más de ‘The Magicians’, pero para eso debe echar el freno y pensar la dirección en la cual quiere seguir; debe sentir que la magia es lo que importa y dejar de lado las tramas secundarias que no van a excitar a un publico deseoso de «Alohomoras» y «Wingardium Leviosas» veinteañeros. Una vez que la narrativa de la serie tome el camino que debe de tener, estaremos ante unos grados de fantasía y de ficción que harán las delicias de todos aquellos amantes al género. Pero para eso hay que esperar; al fin y al cabo es el principio, y un mago jamás revela sus trucos.
