‘Maestra: strings of truth’, talento y perfección (2023)

¿Eres amante de la música clásica? Este es tu K-drama, porque aunque hay otros dramas que centran su narración en el mundo de la música, nunca se han acercado, ni siquiera a rozar, la forma en la que ‘Maestra: strings of truth’ podría haber abordado la vida de una orquesta y su directora.

Con un toque de thriller bastante conseguido, sobre todo en la primera parte de los 12 episodios que dan forma a la historia, ‘Maestra: Strings of truth’ consigue cautivar con unas interpretaciones que te dejan sorprendida en su compostura y serenidad, incluso en momentos caóticos, pero que pierde fuelle cuando no consigue trascender hacia un cierre creíble al mezclar demasiadas voluntades, egos y arcos narrativos que en un principio parecen sólidos, pero que se deshacen en una amalgama de quiero, pero no puedo y esto probablemente ocurra por tratarse de un guion novel.

A nivel interpretativo hay que levantarse a aplaudir a un elenco que en su mayor parte nunca antes se había acercado a un instrumento, pero que durante más de 8 meses estuvo estudiando y practicando para poder realizar una actuación lo más veraz posible. Concretamente el caso de Lee Young Ae, que hace las veces de directora de orquesta y violinista, es el más notorio, ya que a las intensas clases de preparación añadió sesiones con la directora Chin-sol quien le enseñó a leer el ambiente de la sala de conciertos, de su orquesta así como a profundizar en las vidas y momentos compositivos de los grandes maestros para poder guiar a la orquesta de forma fehaciente cuando se está interpretando la pieza en cuestión.

Aunque no es la veterana actriz la única que se ha dejado la piel adquiriendo nuevas destrezas. La joven Hwang Bo-reum-byeol, que nunca antes había tocado un violín se mete en el papel de joven prodigio que hará todo lo posible para captar la atención de la directora de orquesta a la que apasionadamente sigue desde joven.

Es en parte por esto que el papel protagónico que nos deja Lee Young-ae mientras da vida a Cha Se-eum es sencillamente magistral. Porque además, nos presenta a una mujer con unas habilidades únicas para la música. Siente cada nota, es consciente de cualquier disonancia en la orquesta y es implacable en su búsqueda de la perfección. Eso hace de ella un personaje inalcanzable, milimétrico e incomprendido. Se disfruta de la actuación, sobre todo los momentos de catarsis total mientras se encuentra sobre el podio con la batuta en la mano.

Esta es la Cha Se-eum que se nos presenta en público, pero en privado, la serie acierta en mostrarnos a una mujer que cuando se quita la máscara de indiferencia y templanza se ve afligida por un futuro incierto y el cansancio de tener que mantener la compostura en todo momento cuando lo único que querría sería salir corriendo dejándolo todo atrás. Es vulnerable frente a nosotras, pero nadie más. Va a encantarte como su personaje decide hacer frente a sus relaciones personales, queriéndose a si misma por encima de todo, siendo honesta con lo que de verdad necesita y espera de los demás.

Los personajes masculinos, son, por desgracia, predecibles y bastante arquetípicos. El guion no les permite quiebros o momentos de sorpresa para con el público y eso hace que no nos los creamos. Lee Moo-saeng interpreta a Yoo Jung-jae, el joven amor de la protagonista que en la actualidad es CEO de una gran empresa. Un hombre con un enorme ego y aún mayor obsesión por la mujer que se le escapó de entre sus dedos en su juventud. Al principio parece haber un choque de voluntades y recuerdos entre ellos, pero con el paso de los episodios la relación parece normalizarse y nos quedamos con la sensación de que donde tenía que haber intensidad solo quedan interacciones demasiado planas para la historia que ambos comparten.

A quien no nos creemos desde que le ponemos nombre es a Kim Pil llevado a la pantalla por Kim Young-jae. Kim Pil es el marido abnegado de la directora de orquesta, y aun viéndolo venir desde lejos nos decepciona. Se entremezcla un guion insulso y una interpretación plana que hace que resoplemos cada vez que lo vemos en pantalla. No ocurre con Park Ho-san, que como siempre, nos arranca una sonrisa, en esta ocasión dando vida al CEO de la filarmónica, el cual lidia con todos los escándalos que se dan a su alrededor de la forma más madura posible, tirando del cable del teléfono para que deje de sonar.

Como puedes comprobar, es un elenco bastante rico en cuanto a edades y también experiencia. Los más jóvenes despuntan, aunque no asombran porque el guion y la dirección no les permite brillar en sus escenas individuales. Bien es cierto que no ayuda que la historia se vuelve farragosa en su parte central y final y eso nos causa un malestar base que nos afea de forma sustancial el resultado final. La mezcla de subtramas y el hecho de que torne más en una serie policiaca que en una que nos permita indagar en el mundo de la música surcoreana no le hace ganar puntos.

Nos hemos quedado, sin duda, con ganas de conocer los entresijos de la industria, de que se nos mostrase cómo de complejo es llegar a obtener un puesto en una orquesta y cómo de arduo es mantenerlo. Si te contentas con una serie en la que salen instrumentos y de vez en cuando se toca en directo, probablemente acabes más conforme que el resto.

Con todo y con eso, obviamente hay que hablar de su banda sonora, escogida con mimo y detalle, para dar al espectador un sentimiento de familiaridad al seleccionar grandes clásicos que van desde Beethoven hasta Händel haciéndonos con ello partícipes de la vida de la orquesta. Sin embargo, no es este detalle el que más se queda con nosotros a lo largo del metraje. Desde el minuto uno la banda sonora de cuerda se incorpora a la ambientación y la impregna de emoción apoyando y magnificando todas las sensaciones que se están viendo en pantalla.

Así, cuando la escena es cálida los instrumentos aportan estabilidad y una bonita sensación de bienestar, mientras que cuando el thriller se presenta los instrumentos de cuerda se agudizan incomodándonos enormemente logrando que nos tensionemos casi tanto como los protagonistas. Sin darte cuenta pasas del borde del asiento a la relajación más absoluta solo dejándote llevar por su banda sonora. Esta es una de esas series en las que podrías cerrar los ojos e imaginar la expresión de los protagonistas, su angustia, felicidad y esfuerzo solo escuchando atentamente la pista de audio.

No nos podemos ir sin hablar de la puesta en escena y del trabajo de vestuario y localizaciones. La ambientación de ‘Maestra: strings of truth’ es clave para dar al conjunto un halo de grandiosidad y a la vez familiaridad. Nos encontramos ante una serie que nos mete de lleno en la vida de una organización a la que muy pocos tienen acceso. Ser parte de una filarmónica destila ya una sensación de estilo y grandeza, y así se encargan las localizaciones de hacernos sentir, pero consiguiendo a un mismo tiempo hacernos creer que paseamos por los pasillos con la normalidad de quien trabaja a diario en ellos gracias a un buen trabajo de cámara.

‘Maestra: strings of Truth’ está basada en la serie francesa de ‘Philharmonia’ del año 2018, de Marine Gacem, por lo que si te ha llamado la atención ésta o quieres ver más con un corte similar, puedes atreverte con ella y contarnos que tienen en común y cómo tratan el cierre. Estamos deseando saber que te ha parecido.

Overall
3.7
  • Fotografía
  • Interpretaciones
  • Banda Sonora
  • Edición y montaje
  • Guion
  • Originalidad
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Lo mejor de la serie

  • Una banda sonora que va de la música clásica hasta el pop más actual sin despeinarse.
  • Una elección de vestuario brillante, que empodera y da enorme fuerza al personaje protagonista.

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Dónde ver Maestra: strings of truth

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