‘La innegable verdad’, adaptación de la novela homónima de Wally Lamb, es una de las mejores miniseries en lo que llevamos de año. Derek Cianfrance, su director y guionista, es un realizador, sobre todo de documentales, aunque los largometrajes de ficción de su filmografía, en líneas generales, son interesantes.
Con este drama de magnas proporciones, Cianfrance deja bien claro que le encanta abordar el drama humano a través de distintos géneros, ya sean el suspense, el thriller, el melodrama, el romance, desde el prisma del crudo realismo.
Lo destacable es que logra de forma extrema golpear emocionalmente al espectador sin apenas darle tregua. La audiencia más sensible rechazará completamente esta miniserie, ya que es una epopeya del sufrimiento, una tragedia a cuyos personajes se les asfixia (en términos metafóricos) sin descanso.
Es el relato de la problemática relación de Dominick Birdsey con Thomas, su hermano gemelo esquizofrénico. Ya sólo por la titánica interpretación de Mark Ruffalo, que encarna a los dos hermanos, merece la pena verla, tanto el papel que encarna como la miniserie seguro estará entre lo mejor de 2020.
Llega profundamente al alma del espectador no solo por la historia en esencia, sino también por la manera de contarla y su puesta en escena (los primeros planos extremos para remarcar la intensidad del dolor, la estética granulada e impronta propia de las películas independientes, las largas escenas retrospectivas…).
La esquizofrenia es un elemento dramático esencial en la serie, las desgracias se ensañan con casi todos los personajes de una forma cruda y sin tapujos. El protagonista trata de lidiar con la enfermedad mental de su hermano gemelo (ante todo quiere cuidarlo, es un deber a cumplir por los lazos de sangre que les unen).
La crueldad de las circunstancias
La mala suerte se cierne sobre su vida, y es que al ver la miniserie te das cuenta de que estamos ante una epopeya absolutamente dramática en la que la empatía de casi todos los personajes brilla por su ausencia.
La familia a la que pertenecen los hermanos es trágicamente disfuncional, señalada de manera macabra por la fatalidad, la muerte y la tempestad. Pareciera que sobre ella sobrevuela una maldición que trae sin descanso multitud de adversidades y penurias.
Es un drama en toda regla en el que no hay exageración en el llanto ni patetismo alguno. Me explico. Ante un producto de estas características, cada espectador evaluará de forma distinta, dependiendo de su subjetiva sensibilidad, el grado de sufrimiento que esté dispuesto a ver en pantalla.
A mi modo de ver, la miniserie no se regodea en el dolor ni en la crueldad extrema sin motivo, pues aborda esta trama desoladora con inteligencia, pudor y honestidad. La tragedia del relato, aunque pueda parecer exacerbada, no lo es, debido a que no busca la lágrima fácil mediante el subrayado innecesario (tan propio de los malos melodramas), sino que aborda el dolor con elegancia y finura.
En ningún momento creo que el director sobrepase en la miseria humana ese límite que produciría el rechazo, convirtiéndola en patética, mostrando así el pathos exageradamente y un histrionismo ridículo.
‘La innegable verdad’ es un torrente de miseria implacable, una fiesta de los horrores, un descenso a los infiernos, una radiografía de lo peor del ser humano, un desfile de desgracias, un viacrucis permanente, una tragedia de proporciones bíblicas… en definitiva, una epopeya del dolor.
Tráiler
¿Pasa el corte?
Overall
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Fotografía
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Interpretación
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Banda Sonora
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Guion
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Originalidad
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Edición y montaje
Puntos fuertes
- La titánica interpretación de Mark Ruffalo.