No todo lo que reluce es oro, y no todo lo que saca Netflix tiene que ser visto como si se tratase de la serie del año. ‘Insatiable‘ llega en un momento en que no necesitamos este tipo de series, si bien es cierto que su protagonista, Debby Ryan, es totalmente iluminadora en cuanto a temas como trastornos alimentarios e inseguridades a los que millones de adolescentes se enfrenta cada día, su serie está aun muy lejos de llegar de la misma manera. ‘Insatiable‘ tiene ese color que tenían las series antes, unos personajes que son superficiales hasta extremos que no sé describir con palabras y un guion que hace aguas a cada fotograma.
La serie, por si alguien ha escapado a la brutal campaña de marketing que se ha lanzado a su alrededor, va sobre una chica que con problemas de peso y, debido a ello, de autoestima, que se encuentra envuelta en una situación violenta que le lleva a perder una gran cantidad de kilos, convirtiéndose su sueño en realidad, ser una joven con una figura esbelta a la que todos adoren y giren sus cabezas al pasar. Por ahora nada nuevo en la industria de la pequeña pantalla, pero lo grave no es en su falta de imaginación, sino como se encadenan los eventos usando el desarrollo psicológico del personaje principal, Patty Bladell. Se crea así una joven con tendencias violentas, sin escrúpulos o empatía alguna que en su ‘cuerpo’ anterior para nada era así. ¿Es esto posible? La serie desde luego no lo explora, simplemente lo explota, de forma además poco acertada.
Junto a Patty, tendremos a unos cuantos personajes con bastante presencia en pantalla, como son la mejor amiga de Patty, interpretada por Kimmy Shields, que realiza el papel de amiga abnegada cuya vida gira alrededor de la de la protagonista. No hay ética, ni principios morales algunos en ella, es simplemente el minion que sigue a la protagonista a todas partes. Junto a este personaje encontramos al matrimonio interpretado por Alyssa Milano y Dallas Roberts, sin lugar a dudas los pesos pesados de la serie en cuanto a caché se refiere. Ellos dan vida al matrimonio Armstrong. Dallas Roberts tiene quizá el papel con más trasfondo, lo cual, como pasa en este caso no siempre es lo mejor. Querría poder olvidarlo todo de ese personaje. No hay un ápice de bondad o buena voluntad, ni tan siquiera de determinante decisión en sus acciones. Su personaje, Bob Armstrong, es un abogado de poca monta que viene de una familia adinerada cuyo único sueño es ser manager de chicas en competiciones de belleza, mientras que el personaje de Alyssa Milano es uno burdo como pocos a día de hoy. Es superficial y grosero a demasiados niveles, no permite a la actriz presentar ni un mínimo de emoción real, todo es ‘plástico’.
Si algo muestra la serie es vanidad y egoísmo en estado puro. Un mundo que preferimos no imaginar no vaya a ser se haga más realidad de lo que lamentablemente ya es. Si ‘Miss agente especial’ pudiese que todo el trabajo realizado en sus minutos de largometraje ha sido pisoteado de esta forma quizá más de uno estaría entre rejas. Ni siquiera podemos sacar algo positivo al centrarnos en lo que la serie muestra, ya que al no estar bien encajado y enlazado se pierde esa posibilidad. Es demasiado fragmentada, rara y mala para rascar algo de ella.
¿Por qué NO verla?
- No aporta nada a tu vida
- Las actuaciones son muy flojas y el guion patético
- La coherencia y cohesión de los personajes deja mucho que desear
- Nada atrae de ella, salvo quizá que es lo más esperpéntico que podrías ver en televisión