Al guionista, productor, director y ‘showrunner’ Ryan Murphy (1965) hay que reconocerle su contribución a la historia de la televisión por series como ‘American Crime Story: The People v. O.J. Simpson’, ‘American Horror Story’, ‘Glee’ y algunos productos petardos como ‘Nick/Tup’ o ‘Scream Queens’. Murphy es un tipo listo que conoce bien los mecanismos que enganchan a la audiencia y es capaz de crear series solventes y de calidad que, como el caso de ‘American Crime Story’, son entretenidas y, al mismo tiempo, reconocidas en los circuitos de premios como los Emmy. Su última creación, ‘Feud’, (FX, 2017) da un paso adelante y no sólo nos regala una de esas historias fascinantes muy bien resueltas sino también, gracias a su elenco interpretativo, memorables.
‘Feud’ es un proyecto que, como ‘American Crime Story’, tiene en cada temporada una historia y actores distintos. La primera tanda de esta serie centrada en grandes enemistades o disputas tiene como protagonistas a dos de las más grandes estrellas del Hollywood dorado: Bette Davis y Joan Crawford, cuyo odio mutuo era bien conocido y que quedó más que patente en la única película que rodaron juntas: ‘¿Qué fue de Baby Jane?’ (‘What Ever Happened to Baby Jane?’, 1962).
Pero ‘Feud: Bette and Joan’ es mucho más que el relato de un rodaje y una enemistad entre dos divas de la pantalla. Ryan Murphy va más allá y propone una reflexión sobre la industria cinematográfica, una mirada acerca de las interioridades de los rodajes y, en especial, del trato de la industria a las mujeres de una cierta edad.
Porque, en esencia, eso es lo que nos muestran los dos episodios emitidos hasta el momento: la lucha de dos mujeres de más de cincuenta años que, pese a sus Oscars, han sido apartadas de la industria por su edad. Y también, para qué negarlo, nos presenta las bambalinas tras las cámaras, las inseguridades, los odios y las manipulaciones de una industria inmisericorde con las mujeres que han perdido su juventud. Diosas y poderosas que, sin embargo, fueron en cierta medida manipuladas para formar parte de un circo en el que todos sacaron tajada. El morbo, en definitiva, y las ansias de cotilleo que con mucho acierto recrea la serie en los personajes de las periodistas más chismosas de Hollywood: Hedda Hopper y Louella Parsons (que también eran rivales).
La serie se articula sobre dos tiempos narrativos: el rodaje de la película en 1962 y una grabación de un programa especial sobre ésta en 1978. Ryan Murphy construye una estética colorista y preciosista que recrea con detalle el Hollywood de los años 50 y 60. Pero si hay algo que destaque sobre todo en la serie es sin duda la interpretación de sus actrices protagonistas: Jessica Lange en el papel de Joan Crawford y Susan Sarandon como Bette Davis, cuya interpretación probablemente le traiga muchas satisfacciones en los premios del próximo año. Les acompañan otros nombres de altura como Catherine Zeta-Jones, Kathy Bates, Alfred Molina, o la diva de Ryan Murphy, Sarah Paulson, entre otras.
En definitiva, la última propuesta de Ryan Murphy está bien dirigida pero, sobre todo, nos regala el lujo que ver en duelo interpretativo a dos grandes actrices interpretando a dos grandes divas. Hay que verla. Es de lo mejorcito que se ha estrenado en esta temporada.