Orange Is The New Black fue una de las sorpresas de la temporada televisiva de 2013. La serie de Netflix se estrenó en verano y pocos pensaban que iba a tener el éxito que cosechó en la época estival, pero su trama fresca y su tono de dramedia la convirtieron en la serie revelación de aquel año.
La serie, creada por Jenji Kohan (Weeds) y basada en el libro homónimo de Piper Kerman, narra el día a día de Piper Champman (Taylor Schilling), una joven wasp que debe ingresar en una cárcel de mínima seguridad al ser denunciada por una antigua amante por tráfico de drogas. Entre rejas se encontrará a una serie de peculiares mujeres (incluida a su antigua novia), cada una de ellas con una historia personal que las ha llevado hasta la cárcel. Allí conoceremos a Alex, Red, Nicky, Crazy Eyes, Pennsatucky o Sophia, en un ambiente en el que la rivalidad, pero también la solidaridad, domina las vidas de las reclusas.
La serie utiliza el ambiente carcelario como excusa para hablarnos de diferentes mujeres, tanto en edad, origen, raza como clase social, y los conflictos y amistades que surgen entre ellas. La idea que emana es que cada mujer es única; por eso la cabecera refleja la diversidad de miradas femeninas, tantas como mujeres hay en la serie.
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El estudio Thomas Cobb Group, responsable entre otros de las cabeceras de Weeds o Homeland, fue el encargado de diseñar la de Orange Is The New Black.
Los títulos de crédito muestran primerísimos planos de rostros de mujeres (sus ojos y sus bocas) que se van sucediendo al ritmo de la canción de Regina Spektor "You've Got Time". La idea original del estudio era mostrar una serie de mujeres desde el punto de vista de Piper, pero Jenji Kohan insistió en que hubiera diversidad de rostros, por lo que no sólo aparecen los de las protagonistas de la serie, sino también reclusas reales. Un total de 52 mujeres fueron fotografiadas en la secuencia de los títulos de crédito, incluyendo a la propia Piper Kerman.
Según bustle.com, se les pidió que pensaran en un lugar tranquilo, en una persona que les hiciese reir y en algo que les gustaría poder olvidar. El resultado es un conjunto de miradas que pertenecen a mujeres reales con una historia que les ha llevado a prisión que merece ser contada.
Vía Fast Company
