Existe un género de comedia televisiva que juega a difuminar los límites entre realidad y ficción. Quizá el más célebre ejemplo es ‘Louis’, cuyo humor bestia e irreverente es uno de los referentes de este género gracias a su protagonista, Louis CK. En esa misma línea se encuentra ‘Episodes’, donde el actor Matt LeBlanc (el recordado Joey de ‘Friends’) se interpreta a sí mismo con cierto éxito o ‘¿Qué fue de Jorge Sanz’?, la hilarante historia de un Jorge Sanz en horas bajas que ha sido una de las creaciones más interesantes de David Trueba.
Movistar+ estrenó hace poco la segunda temporada de ‘El fin de la comedia’ (2015), en la que el cómico Ignatius Farray interpreta su día a día como cómico mientras lidia con sus amigos, con extraños individuos con los que se cruza y situaciones descacharrantes.
Escrita y dirigida por Miguel Esteban y Raúl Navarro, ‘El fin de la comedia’ es una maravilla encapsulada en breves episodios de apenas media hora que nos muestran la esperpéntica vida de Ignatius Farray, obligándonos a preguntar qué hay de real y qué hay de ficción en lo que se cuenta.
La historia de ‘El fin de la comedia’ se centra en momentos y anécdotas de Farray, un cómico cuarentón (“una edad en la que te empiezan a pasar mierdas”) y divorciado admirador de Richard Pryor que debe lidiar con su exmujer para conseguir la custodia compartida de su hija, enfrentarse a una crisis de identidad y lograr el éxito en sus bolos artísticos. Además de Farray, en la serie desfilan algunos personajes que hacen cameos realmente interesantes: Javier Cansado, Verónica Forqué, Natalia de Molina, Andreu Buenafuente o Joaquín Reyes, entre otros.
‘El fin de la comedia’ una comedia muy personal, en cierta medida entrañable, que juega con los códigos de la metaficción televisiva de una manera inteligente y muy divertida. Con momentos surrealistas (y otros realmente incómodos), sus dos temporadas de seis capítulos se hacen cortas, cortísimas. Saben a poco. Ojalá llegue pronto la tercera temporada.