‘La caída de la casa Usher’. Por la puerta grande

Un narrador anónimo se acerca a la casa de Usher en un «día aburrido, oscuro y silencioso». Esta casa, propiedad de su amigo de la infancia, Roderick Usher, es sombría y misteriosa.

Me alegra poder decir —por fin— que me he reconciliado con Mike Flanagan, tras una racha de soberanas decepciones culminada por la bochornosa ‘El club de la medianoche’ (‘The Midnight Club’, 2022), de cuyo tercer episodio no pude pasar. Y eso que no le auguraba un futuro nada halagüeño a esta ‘La caída de la casa Usher’, toda vez que, apenas empezada, tuve la desalentadora sensación de que Flanagan había aprovechado que el Pisuerga pasa por Valladolid para montarse su propia ‘Succession’ (ídem, 2018-2023).

No obstante, a partir de su segundo capítulo, recreación de ‘La máscara de la muerte roja’ en clave centennial, gore y con sugerentes ecos de ‘Eyes Wide Shut’ (ídem, 1999), se hace evidente que el realizador de Salem ha recuperado el pulso perdido a lo largo de sucesivas producciones de calidad decreciente hasta embarrancar en el bodrio teen antedicho.

Efectivamente, su aproximación al universo de Edgar Allan Poe corrige buena parte de los errores cometidos en ‘La maldición de Bly Manor’ (‘The Haunting of Bly Manor’, 2020), tentativa anterior y, a mi juicio, un tanto fallida de adaptar a otro clásico, Henry James en su caso. En consecuencia, puede afirmarse que ‘La caída de la casa Usher’ (casi) raya a la altura de ‘La maldición de Hill House’ (‘The Haunting of Hill House’, 2018), hasta la fecha —y de largo— la obra maestra de Flanagan

Más discutible encuentro, como siempre, el algorítmico anhelo de que las dramatis personae abarquen todo el espectro étnico y LGTBIQ+, redundando en una diversidad forzada y artificiosa, de tal modo que los Usher, en lugar de a una familia pésimamente avenida, se asemejan a una campaña de Benetton. En cuanto a los encargados de interpretar a tan variopinta —nunca mejor dicho— cáfila de indeseables, Flanagan se rodea de sus habituales (Carla Gugino, Kate Siegel, Henry Thomas, entre otros) y suma a la causa a Mark Hamill, que convierte al aventurero Arthur Gordon Pym en maquiavélico picapleitos, y a una Mary McDonnell más drogada que una mula de Tijuana.

En suma, ‘La caída de la casa de Usher’ es tenebrosa, goticista y violenta. Acreditando de nuevo su corrosiva visión de la institución familiar y un talento innegable para la construcción de atmósferas malsanas, Flanagan sale de Netflix por la puerta grande. Su despedida de la plataforma radicada en Los Gatos constituye un estupendo calentamiento para la inminente noche de Halloween y, aún mejor, muchos vamos a estar tentados de (re) leer a Edgar Allan Poe

Tráiler de ‘La caída de la casa Usher’ | Netflix

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3.7
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  • Originalidad
  • Edición y montaje
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Cosas buenas

  • La recuperación de Mike Flanagan para la causa del buen terror tras una larga serie de decepciones.
  • La aproximación en clave gore y centennial al universo Poe. La inserción de sus más célebres relatos en una cínica trama al estilo de ‘Succession’.

Otras series de Netflix son:

Flower of Evil’, ¿confías en quien duerme a tu lado?

Prison playbookº’, vida en una celda (2017)

Dónde ver La Caída de la casa Usher

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