Seguramente ha sido en el último año cuando hemos valorado mucho más el hecho de tener cuantas más posibilidades de ocio posible en nuestras casas. Evidentemente, las limitaciones que hemos sufrido, especialmente en el confinamiento, han hecho que las horas en casa pesaran demasiado y la tecnología nos ha ayudado, sin ningún tipo de duda, a sobrellevar esta situación tan complicada.
Y, dentro de todas las opciones tecnológicas que hemos tenido a nuestro alcance, ha habido una que ha destacado por encima del resto: las posibilidades de internet. En estas líneas vamos a hablar de uno de los productos estrella de estos tiempos, un producto que, al haber demostrado sus posibilidades, entra cada vez más en todas las casas: las Smart TV.
Ventajas de las televisiones pequeñas
En la mayoría de los hogares es normal que haya más de un dispositivo de televisión. Digamos que lo habitual es uno más grande, que se dispone en el salón y otros más pequeños en las habitaciones o la cocina, si el espacio lo permite.
Y este es el tema más interesante, que la mayoría de los hogares no tienen espacio como para disponer televisores de gran tamaño y, por este motivo, es recomendable utilizar televisores de 32” como complementarios. En esta guía de compra podemos ver los modelos más interesantes que ahora mismo podemos encontrar en el mercado.
Y, como hemos dicho anteriormente, el tamaño de estos televisores permite, si es necesario, trasladarlos de un lado a otro sin que perdamos la conexión a internet y podamos disfrutar de todas las ventajas que hemos descrito de los Smart TV, frente a los televisores convencionales, que siempre necesitarán de una toma de antena para que podamos ver, simplemente, la televisión.
Qué es una Smart TV
Básicamente, se trata de una TV que está conectada a internet y permite la ejecución de aplicaciones, la navegación por la red o el acceso a diferentes plataformas de todo tipo, en donde destacan, principalmente, las de streaming.
De igual manera que la telefonía móvil ha evolucionado muchísimo en los últimos tiempos, también los aparatos de TV han llevado a cabo una evolución paralela. Los primero televisores inteligentes (que es la traducción de este término) aparecieron en los hogares a lo largo de la primera década del siglo XXI, pero ya no tienen nada que ver con los dispositivos actuales.
Y es que las actuales SmartTV sirven para cada vez más cosas, aunque básicamente deben reunir unos requisitos, como el poder estar conectados a internet (vía wifi o directamente a la red), disponer de navegador de internet, o tener aplicaciones instaladas. Los dispositivos más modernos también permiten conectarse con otros dispositivos en el hogar, de manera que se pueden enviar contenidos a la TV, ofrecer juegos, tener cámara para vídeo llamadas e, incluso pueden ser controlados por la voz.
Ventajas sobre una TV convencional
Como decimos, este tipo de televisores han sido de lo más vendido en las últimas épocas, porque tienen una serie de ventajas respecto a los dispositivos convencionales que no pueden conectarse a la red. La primera de todas es poder navegar por internet con una pantalla más grande que la de nuestro móvil, Tablet u ordenador. Y esta ventaja es mucho más interesante a la hora de ver vídeos, ya sean de YouTube o de cualquiera de las apps de plataformas de vídeo en streaming.
Pero, además de todo esto, con una televisión de pequeño tamaño, podemos ver cualquier contenido en cualquier lugar de casa, trasladándola, si es necesario a cualquier habitación. Así, puede estar en la cocina para cocinar cualquier receta en vídeo, en cualquier estancia de la casa para escuchar música, navegar por internet sin cables, ampliar nuestra pantalla de móvil, jugar, hacer una vídeo llamada a alguna persona o amigo, estar informado, ver nuestras redes sociales o ver películas. El dispositivo siempre estará conectado a internet a través de wifide igual manera que pueden estar nuestros smartphonesy tablets.
Formatos para todos los gustos
Lo cierto es que el mercado ofrece una enorme cantidad de dispositivos, de todos los tamaños, desde tamaños gigantescos, las de 75 pulgadas (1,70 m de anchura); hasta tamaños más pequeños, de 24 y 32 pulgadas (entre 56 y 74 cm de ancho). Es evidente que deberemos pensar en el uso que le vamos a dar para escoger el tamaño que más nos interesa.
Así, para seleccionar el tamaño es aconsejable tener en cuenta aspectos como la distancia de nuestros ojos a la televisión, así como la resolución del dispositivo. A más resolución, más cerca la podemos tener sin pérdida de calidad. Así, la distancia mínima recomendada para ver una televisión de 32” es de aproximadamente un metro y, para los tamaños más grandes, la distancia recomendada puede estar entre los tres y los cuatro metros.