‘Strangers from hell’, tus ojos son como los míos (2019)

No hay nada peor que tener que buscar piso en la economía de hoy día. Que desesperante y real es ver al protagonista al comienzo de la serie buscar alojamiento sabiendo que los precios abusivos y la falta de recursos le harán terminar en una residencia de mala calidad en algún barrio alejado de todo. Lo enorme de la ciudad y la idea de que a nadie le importe si vives, mueres o existes es uno de los pilares en los que se asienta este K-drama que te pondrá los pelos de punta.

‘Strangers from hell’ juega con la necesidad, la desesperación, la soledad y la vida frenética que nos rodea para aumentar esa sensación de desamparo que para muchos es una constante en su día a día. La vorágine social en la que vivimos en tiempos recientes, rodeados de desconocidos que no tienen tiempo ni para mirarse al espejo crea un vacio vital en cada uno de nosotros que hace que no nos extrañe que cada uno de los eventos traumáticos que vemos y experimentamos en la serie, a través de los protagonistas, pueda ser real. ¿Pueden pasar crímenes y acciones como las que vemos en la serie en una ciudad como Seúl? Por supuesto, y eso es lo verdaderamente terrorífico.

La sensación de inestabilidad e inquietud que consigue transmitir en los primeros episodios es aterradora, pero no hace otra cosa que ir in crescendo hasta el último momento, por lo que deberás prepararte. Lo único en lo que puedes pensar mientras ves este K-drama es en que el protagonista necesita huir, ponerse a salvo, alejarse de todo y todos. Así es como crece la tensión, viendo que no hay escapatoria posible porque Yoon Jong-Woo entra en una dinámica que cada vez le roba más energia y sueño. Con el paso de los episodios una historia de lo más normal se convierte en una pesadilla de la que no se puede despertar.

‘Strangers from hell’ construye la tensión presentando de forma continua personajes descompensados, extraños, incluso diríamos que rozando la psicopatía, haciéndonos dudar de nuestro propio instinto, lanzando a la mezcla de su guion la idea de los prejuicios ligados a la pobreza y lo fuera de lo normativo. Pocas series vas a ver tan inteligentes en ese aspecto. Aquí nada deja descansar al protagonista, pero tampoco al espectador. Somos el protagonista y a un mismo tiempo la agente de policia (Ahn Eun-Jin) a la que todo el mundo ignora, pero también somos cada uno de los residentes a los que tememos, porque la acción y la cámara nos hace ver a través de sus ojos, volviéndose sus acciones las nuestras.

Técnicamente, eso añade a la sensación de que todo escapa a nuestro control. Estamos presentes, incapaces de hacer nada ante lo que ocurre frente a nuestros ojos. A un mismo tiempo quieres actuar y desparecer, y eso es gracias a los geniales encuadres que nos meten en los pasillos, habitaciones y localizaciones de la serie.

Unas localizaciones, por cierto, que nos ponen en alerta desde el primer momento que el protagonista las pisa. La residencia es un lugar inhóspito, de esos en los que prefieres no pisar ni el suelo, y mucho menos respirar. Las habitaciones y las estancias compartidas son claustrofobicas, sucias e inhumanas. No pararás de cuestionarte como alguien puede vivir en esas condiciones, pero luego sales a la calle y respiras aire fresco, la luz del sol baña sus rostros, y todo es normal. ¿Estaremos imaginando esos contrastes?

Este es un thiller psicológico brutal, interpretado por un elenco a la altura de las circunstancias. Las transformaciones de los actores principales para dar vida a sus personajes hace las delicias de toda la que se acerca a la serie. Superan nuestras expectativas porque a pesar de ser actores y actrices de renombre son capaces de sacudirse sus papeles previos y nuestra concepción de ellos, dejándonos ver únicamente el papel que les ha tocado interpretar para este K-drama.

Nunca pensé que Lee Dong-wook bajo una luz de tubo de luz parpadeante sería una de las escenas más terroríficas que Dramaland dejaría en mi retina, pero así ha sido. Creo que tendrán que pasar muchos K-dramas por delante de mis ojos hasta que vuelva a encontrar un personaje que me inquiete y desconcierte de la manera en la que Seo Moon-Zo lo ha hecho.

Lee Jung-Eun da vida a la dueña de la residencia. ¿Una mujer sin escrúpulos o sencillamente una mujer ganándose la vida? La actriz de ‘The frog’ está camaleónica como nunca. Lo mismo ocurre con Park Jong-Hwan o Lee Hyun-Wook, a quienes has visto en ‘Tribunal de menores‘ y ‘The good detective‘, pero nunca así de inquietantes. Por supuesto, una mención especial merece Yim Si-Wan, quien pega un golpe sobre la mesa con una actuación irrepetible e inmejorable. Es capaz de cambiar de la plena lucidez a la locura en un abrir y cerrar de ojos. ¿Conseguirá sobreponerse a la influencia de los residentes?

En ‘Strangers from Hell’ la puesta en escena y la ambientación es sobresaliente y clave para introducirnos en esa vorágine de pensamientos intrusivos y violencia encubierta a la que el protagonsta es sometido. ¡Qué final tiene ‘Strangers from Hell’! De esos abiertos a interpretación pero bien hilados. Sabe terminar en el mismo nivel que está toda la serie y eso es algo que como espectadora agradeces ya que puede que haya margen de maniobra para más o no y es así como este K-drama se merece cerrar. Esperamos tus comentarios un poquito más abajo. ¿Cual es tu final ideal? ¿Cómo crees continua la historia de los habitantes de esta residencia?

¿nos encanta?
Overall
4.2
  • Fotografía
  • Interpretaciones
  • Banda Sonora
  • Edición y montaje
  • Guion
  • Originalidad
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Puntos fuertes

  • La incesante tensión de sus escenas y guion.
  • Un elenco que no podría haberse escogido mejor.
  • La mejor y terrorífica sonrisa de Dramaland.

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Dónde ver Strangers From Hell

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