Sin paños calientes, salvo para quien albergue cierto interés por la arqueología, el hallazgo del tesoro de Sutton Hoo constituye un tema de escaso, por no decir ningún atractivo. Comoquiera que aproximadamente el 99% de los espectadores de Netflix no forma parte de aquel nicho de mercado, sus responsables se han visto obligados a cebar la trama con un florilegio de añadidos melodramáticos que no hacen sino aguar la experiencia de ese 1% a quienes sí nos gusta andar huroneando en el pasado.
En principio, las licencias cinematográficas no tienen por qué ser necesariamente negativas. Al contrario, pueden servir para hacer avanzar una historia que, como en este caso, dejada al moroso albur de una excavación real habría resultado un tanto difícil de digerir. No obstante, a las que se recurre en esta ‘La excavación’—quizá heredadas del material literario que adapta; pero al guionista siempre le queda la opción de mejorar el original, si éste se le antoja infumable— son de un trillado y de un rancio (pseudo) romanticismo francamente asombrosos.
Asimismo, la incorporación escalonada de media docena de personajes, con sus filias, fobias, tejemanejes, piquis y salseo, no hace sino desviar la atención de lo que de verdad importa: el desenterramiento del barco funerario anglosajón y la relación —no sé si más paterno-filial que adúltero-escabrosa, o viceversa— que se establece entre los protagonistas. La dispersión que acarrea consigue precisamente el efecto contrario al buscado; o sea, que el espectador, aburrido como una oveja, desconecte e incluso dé alguna que otra cabezada.
Lo que salva a ‘La excavación’ —tiene insípido hasta el título— de un juicio mucho más severo es el trabajo de Ralph Fiennes y Carey Mulligan. Tras una carrera tan intensa como irregular, parece él haber abrazado aquí una senectud reposada y honorable. Por su parte, merced a tres o cuatro pinceladas de maquillaje y a un talento sobradamente acreditado, ella se ha despojado definitivamente del aire colegial que arrastrara desde su irrupción en ‘An Education’ (ídem, 2009). Lástima que apenas si se nos deje atisbar una parte ínfima del duelo que dos intérpretes de su talla habrían podido regalarnos.
Sumémosle la proverbial pericia de la industria británica para las reconstrucciones históricas, especialmente las ambientadas en los años de entreguerras. El aseadísimo diseño de producción y la impoluta puesta en escena dotan a ‘La excavación’ de un empaque visual que permite sobrellevar la tediosa colección de tópicos con que —insisto— se ha emborronado a conciencia una historia que, o bien no daba para un largometraje, o bien hubiera merecido un tratamiento bastante más respetuoso, para con ella y, sobre todo, para con la inteligencia del espectador, también el de Netflix.
Tráiler
¿Pasa el corte?
Overall
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Fotografía
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Interpretaciones
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Originalidad
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Guion
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Edición y montaje
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Banda Sonora
User Review
( vote)Resumen
- Lo mejor: el trabajo de Ralph Fiennes y Carey Mulligan, nos quedamos con ganas de mucho más. El savoir faire del audiovisual británico para los melodramas de época
- Lo peor: las groseras licencias que sus responsables se toman a fin de gustar a todo el mundo a riesgo de no gustar a nadie.