Cuando el cine funciona como lenguaje universal, no importan los idiomas, localizaciones o personajes que se presenten en pantalla: La gramática de la imagen es suficiente para contar las historias. Con gran maestría, Matthew Rankin dirige y escribe este delicioso relato cinematográfico, de título ‘Lenguaje Universal,’ que se ha estrenado recientemente en salas.
Como ha advertido el director en diversas ocasiones, lo menos importante de esta película es el argumento en el que se entrelazan tres historias situadas en Winnipeg (Canadá). En uno de los relatos, dos niñas encuentran dinero atrapado en el hielo y buscan con ahínco la forma de extraerlo. En otro, un guía enseña a un grupo de turistas los lugares emblemáticos de la ciudad. Y en un tercero, un funcionario taciturno (interpretado por el propio Rankin) deja su empleo en Montreal y emprende un viaje de vuelta a su lugar de origen para reconectar con su familia.
Los distintos personajes se encontrarán en varios momentos, pero es el lenguaje audiovisual el que dará coherencia al filme. ¿Cómo? Todos los personajes hablan farsi, el idioma propio de Irán. Y los escenarios se asemejan a los comercios y calles de Teherán, una ciudad de tonos grises y beige, con un estilo tan brutalista como Winnipeg. El color y la arquitectura acercarán dos mundos que a primera vista parecen tan distantes. El surrealismo y el humor absurdo, espolvoreados por toda la película, caerán ligeros sobre las escenas, con gracia y belleza funcionando también como elemento de cohesión.
Influencias: La nueva ola de cine iraní, el cine de humor francés y Wes Anderson
Matthew Rankin es un enamorado del cine iraní, del que ha bebido desde su juventud, en especial de directores de la Nueva Ola como Abbas Kiarostami, pero también de autores posteriores como Mohsen Makhmalbaf y Jafar Panahi. A sus veinte años, viajó a Teherán donde estudió cine y conoció a otros artistas y amigos que le influyeron en la realización de la película.
‘Lenguaje Universal’ respira influencias iraníes desde el inicio, en el que hace un guiño al conocido filme de Kiarostami ‘¿Dónde está la casa de mi amigo?’ Ambas comienzan con una escena en la que un profesor llega tarde a clase donde sus alumnos están armando un gran alboroto. Tras su llegada, el docente se dedica a regañar a los estudiantes, primero de forma colectiva y luego individualmente. Aquí, Rankin introduce su característico humor absurdo para diferenciarse de su propio maestro Kiarostami y marcar el tono de la película. Sin embargo, durante el resto del largometraje, seguiremos con ese regusto a fábula infantil de la famosa ‘Trilogía de Koker,’ acompañada de esas enseñanzas soterradas que se desprenden de las historias más sencillas.
Los elementos absurdos incluso surrealistas de la película, así como el uso del humor, se lo debe a maestros del cine clásico francés como Jacques Tatí (internacionalmente reconocido por ‘Mí tío’). Igual que en los largometrajes de Tatí, la cámara sigue a los personajes de ‘Lenguaje Universal’ mientras recorren el plano de un extremo al otro cruzando calles, puentes, mientras suben escaleras infinitas y se introducen en viviendas y tiendas. Vemos el trajín de la vida cotidiana de esa ciudad en la que Winnipeg y Teherán se fusionan y crean una localización nueva.
No podemos dejar de mencionar el homenaje a Adam Stockhausen, (famoso diseñador de producción de Wes Anderson y ganador de un Óscar por ‘El gran hotel Budapest’) en la escena en la que todas las etiquetas de los productos de la farmacia llevan su nombre impreso. Observamos su influencia también cuando los personajes llevan gorros y orejeras de colores fosforitos contrastando con el blanco de la nieve, o el gris y beige de los edificios brutalistas.
Pero no es necesario conocer las referencias iraníes, francesas o canadienses (ciertas bromas están especialmente dedicadas a los ciudadanos de Winnipeg). A lo largo de la película, el lenguaje audiovisual nos ayuda a fijar la atención en los detalles, en lo absurdo y en lo bello. No podemos quitarle los ojos de encima a los pavos que corretean sobre la nieve, a la ropa tendida y congelada por las temperaturas bajo cero, a los reflejos del rostro de Rankin en el espejo de la casa de su madre, a esa cafetería Tim Hortons igualita a una tetería en Teherán, al número de patinaje sobre hielo. Nuestros oídos mecidos por la música iraní, especialmente cuando uno de los personajes le dedica una balada a los pavos que luego matará y venderá en su tienda. El título en farsi del filme es ‘Canción de amor para un pavo.’
‘Lenguaje Universal’ fue seleccionada como la candidata canadiense al Oscar al mejor largometraje internacional en la 97ª edición de los premios de la Academia aunque no ha llegado a la selección final. También ha participado en el Tercer Festival de Cine Iraní de Nueva York, donde ha ganado el galardón al Mejor Logro Artístico / Técnico 2025 y se presentó en el 62º Festival de Cine de Nueva York en el Lincoln Center.
Tráiler de ‘Lenguaje Universal’
¿nos encanta?
Overall
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Fotografía
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Interpretaciones
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Banda Sonora
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Edición y montaje
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Guion
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Originalidad