Vaya por delante que cuando se estrenó el pasado marzo la serie ‘Big Little Lies’ en HBO, muchos, incluida yo misma, no dábamos un duro por esta ficción protagonizada por Nicole Kidman y Reese Witherspoon. Mucho reparto de relumbrón pero, a priori, la historia parecía una mezcla de ‘Mujeres desesperadas’ y la típica trama de asesinato «¿quién lo hizo?». Nada más lejos de la realidad. Tras un primer episodio tibio, ‘Big Little Lies’ ha demostrado ser una miniserie de enorme clase e inteligencia capaz de tratar temas complejos sin simplificarlos y de ofrecer interpretaciones de altura donde Nicole Kidman seguramente recibirá todo tipo de reconocimientos por su papel. Con permiso de Susan Sarandon que está impresionante de ‘Feud: Bette and Joan‘.
HBO ha estrenado un excelente relato femenino en el que, por fin, la mujer se muestra en diversas dimensiones y con sentimientos y vivencias complejos. Creada por David E. Kelly (responsable de la popular serie de los noventa ‘Ally McBeal’) y basada en un relato de Liane Moriarty, ‘Big Little Lies’, cuenta con la dirección de Jean-Marc Vallée (‘Dallas Buyers Club’, ‘Alma Salvaje’) y un reparto espectacular: Reese Witherspoon (‘Alma Salvaje’), Nicole Kidman (‘Eyes Wide Shut’), Shailene Woodley (‘Bajo la misma estrella’) y Laura Dern (‘Corazón salvaje’).
‘Big Little Lies’ está concebido como un drama con tintes de comedia negra en el que tres madres acomodadas que viven en la ciudad de Monterrey (California), entablarán amistad. Madeline (Reese Witherspoon), Celeste (Nicole Kidman) y Jane (Shailene Woodley), verán interrumpidas sus (aparentemente) idílicas existencias por un suceso que sacará a la luz problemas de violencia machista, infidelidades y abusos.
Se trata de una historia, en cierta medida, trivial, pero que suple esta falta de novedad con algunos elementos que la convierten en la miniserie del año. En primer lugar, su fantástico reparto, que da vida a unos personajes femeninos que por fin no son planos y que contribuyen a transmitir la importancia de la sororidad y el empoderamiento de la mujer. Mención especial para Nicole Kidman, que interpreta a una mujer víctima de violencia machista con tanta sutileza y verdad que será una injusticia que en los Emmy no se reconozca su trabajo. En segundo lugar, su interesante montaje narrativo, que juega con los flasbacks y las imágenes sugerentes. Y, por último, por ser una serie cerrada y muy coherente con lo que ha narrado durante los siete capítulos que dura la temporada. Una serie, en definitiva, adulta, que trata con respeto al espectador.
Tanto la crítica como la audiencia ha respaldado la apuesta de HBO (en torno a los 7 millones de espectadores entre televisión y plataformas ha tenido ‘Big Little Lies’ de media), y ya hay quien sugiere que pudiera estrenarse una segunda temporada. Sea como fuere, merece la pena acercarse a ‘Big Litte Lies’, aunque sólo sea por ver en acción a una Nicole Kidman en estado de gracias.