Recordar la historia es necesario. Más aún si se trata de la lucha de activistas que trabajaron para mejorar el reconocimiento social y las condiciones de minorías como el colectivo LGTB, cuyas protestas de manera organizada eclosionaron en los años 70 en los Estados Unidos, especialmente en la ciudad de San Francisco. Pero más importante aún es hacerlo de una manera atractiva, más allá de lo interesante que pueda ser en el fondo. Eso es lo que encontramos en la miniserie ‘When We Rise’ (ABC, 2017), cuya trama es enormemente necesaria y atractiva -la lucha política de un grupo de activistas estadounidense por los derechos LGTB-, pero la ejecución se queda en un cuento un tanto aburrido que invita al espectador a desconectar por su falta de pulso y la desgana en la construcción de sus personajes.
‘When We Rise’ es un docudrama de ocho episodios escrito y dirigido por Dustin Lance Black. Cuenta, además, con la producción de Gus Van Sant y un elenco de actores llamativo: Guy Pearce, Mary- Louis Parker, Rachel Griffiths, Carrie Preston, Whoopi Wholberg, Rosie O’Donnell o Michael K. Williams, entre otros. Además, la banda sonora está compuesta por Danny Elfman y Chris Bacon.
La acción arranca en 1969, tras los Disturbios de Stonewall, y finaliza en 2015, cuando el Tribunal Constitucional declaró ilegales las leyes de los estados que prohibían dichos matrimonios. A lo largo de esos años se muestran los hitos de la historia de luchas y reivindicaciones, mientras que la trama se centra en las vidas personales y políticas de tres personajes, Cleve Jones, un activista gay interpretado por Austin P. McKinzie y Guy Pearce, Roma, una lesbiana que lucha por los derechos de las mujeres (interpretada por Emily Skeggs y una desganada Mary-Louis Parker) y Ken Jones, un ex-marine gay interpretado por Jonathan Majors y un decepcionante Michael K. Williams.
Pese a todo, la serie se queda en una mera historia educativa que, cierto es, nos narra muchas situaciones de injusticia y los avances políticos y sociales de una lucha que todavía continúa, pero la fuerza de lo que nos cuenta se queda diluida en una miniserie a la que le falta fuelle en la construcción de personajes interesantes y que cojea por culpa de las desiguales interpretaciones de sus actores. Porque, en general, los personajes se presentan con lugares comunes, clichés y falta de rasgos que permitan empatizar o, al menos, interesarse por su devenir vital, personal y político.
Es una pena que ‘When We Rise’ haya terminado con un globo pinchado. La historia que nos cuenta es enormemente necesaria en días como los que corren, y de seguro muchos espectadores podrían haber descubierto la lucha dolorosa e incansable del colectivo LGTB. Una pena. Es una historia interesante y necesaria pero mal contada.