‘UnReal’ es la primera serie que me ha hecho cuestionarme de verdad todo lo que veo en TV. Cuando eres aficionado a series policíacas como ‘Rizzoli & Isles’, ‘Castle’ o ‘Chicago P.D.’ no piensas en como se está grabando la serie, solo en el caso que ese día toca resolver y en que la historia de los protagonistas tenga un giro de esos espectaculares que nos dejan sin habla, y nos enganchan aún más si eso es posible.
A día de hoy, aunque no veas programas como ‘The Bachelor’, sabes de lo que van, y todos oímos hablar sobre los reality mas sonados de la televisión. Lo que muy pocos se plantearán es como obtenemos esos productos que sacan lo peor del ser humano, porque seamos realistas, la televisión que vende es la que destruye la autoestima de los demás y pone en peor situación que la nuestra a esos «protagonistas». Aquí en España el ejemplo más cercano que me viene a la mente es el de ‘Master Chef’, donde sus participantes son llevados hasta límites insospechables de presión para luego ser desgarrados sin piedad alguna por eminencias de la cocina, y yo pensaba que el bullying era algo del sistema educativo…
Pero dejando eso de lado, centrémonos en ‘UnReal’, la serie que te muestra la decadencia en su máximo exponente enseñándote lo que ocurre tras las cámaras, si bien quizá un poco exagerado, y como no, esto es televisión, si podemos decir que es lo más parecido a la realidad que vamos a encontrar.
Una de las protagonistas, la que dirige todo el programa utiliza una frase que me ha llamado mucho la atención cada vez que la ha dicho, no solo por el trasfondo que tiene, sino porque mientras ella lo decía yo lo pensaba (tan acostumbrada que estoy ya a esa decadencia que nos produce vergüenza ajena en el 98% de los casos), «This, people, is good TV» que viene a ser en español «Esto, gente, es buena televisión», y de hecho, siendo sinceros y honestos, es buena televisión, porque es la televisión que vende, por mucho que nos pese, y un productor o un director ejecutivo debe saberlo, y debe usarlo.
En ‘Unreal’ nos encontramos con la recreación de un show similar al de ‘The Bachelor’, donde tenemos un protagonista masculino que debe elegir cual de sus pretendientes es la ideal para ser su esposa, y tendrá que elegir entre al menos una docena de mujeres como si de ganado se tratase. La serie por lo tanto nos presenta a un amplio plantel del protagonistas, pero estos quedan en un segundo plano, pues lo que interesa es mostrar que hay tras esas imágenes de perfección y cuento de hadas que se vende al espectador. Entran en juego los cámaras que persiguen sin piedad a las cobayas humanas, las productoras que tergiversan la situación y manipulan como si no hubiese un mañana para conseguir un plus a final de capitulo, gracias a una directora ejecutiva que sabe lo que necesita en pantalla cada momento, y pone a trabajar al resto para conseguirlo.
‘Unreal’ nos hace pensar en sí queda humanidad en los personajes que presenta. Todo es tan irreal a la par que verídico que nos atrapa. Nos hace quedarnos no por la calidad del subproducto que estamos viendo, que en este caso sería el «reality» dentro de la serie. Nos quedamos y volvemos a la semana siguiente semana porque por una vez en nuestras vidas estamos viendo la cruda realidad, vemos que hay tras un minuto de TV, sus verdaderos protagonistas. Desde los creadores artisticos hasta la chica que hace los recados dentro del set de rodaje.
Yo volvería a ver otra temporada, los personajes son seres humanos que muestran todos sus complejos, problemas y personalidades sin pudor alguno, porque son esas características las que les han garantizado estar donde están. No se ayuda al prójimo por mera bondad, se manipula para salir beneficiado, y por una vez en TV sabes lo que estás viendo, desde el primer instante, y eso la hace muy atractiva.
Lo vergonzoso está en que ‘Unreal’ sea una realidad en pleno siglo XXI, pero ya, que cada uno juzgue.