‘Safe’, una decepción (casi) segura
El pasado miércoles, 10 de mayo, se estrenó en Netflix ‘Safe’, la nueva serie protagonizada y producida por Michael C. Hall (‘Six Feet Under’ y ‘Dexter’), su principal reclamo, sin el cual probablemente no hubiese tenido tanto bombo y pasado desapercibida. Cuenta algo que hemos visto muchas veces, la desaparición de alguien joven (por ejemplo en ‘Broadchurch’ o ‘The Killing’). En este caso se trata de una adolescente, que no regresa a casa tras una fiesta, con lo que su padre, un cirujano viudo con dos hijas, se volcará en su búsqueda. La adolescente desaparecida no perdona el hecho de que no estuviera al lado de su madre enferma cuando esta fallece. El padre se siente culpable por la muerte de su mujer, y se dará cuenta de que el pasado siempre vuelve, y que por mucho que se oculte, es inevitable que salga a la luz, que el desastre ha ocurrido por querer enterrar las cosas.
El escenario es un lujoso barrio residencial en el que poco a poco, a medida que la búsqueda se desarrolla, saldrán a la luz los secretos oscuros de sus habitantes de clase alta, todos ellos representan la mentira del sueño americano que, en realidad, es una pesadilla. Por tanto, la desaparición de Jenny será el detonante y la prueba de que la aparente seguridad en el lugar es sólo una ilusión. Todos sus personajes se darán cuenta de que sus respectivas zonas de confort desaparecerán (como el sentido en esta serie).
Da la sensación de que la hayan escrito cogiendo todos los elementos del género, mezclándolos para realizar el guion sin pensar lo que podría salir de tal mezcla. No hay sutileza, la trama se muestra al espectador de forma previsible. Es como si los guionistas se hubieran dedicado a engarzar todo de una manera muy forzada. Su creador, Harlan Coben, es un reconocido autor de novelas de misterio, cuyas tramas se caracterizan por tener muchos giros argumentales, con personajes que guardan muchos secretos y donde nunca puedes estar seguro del culpable de la muerte. Las consignas “Nunca nada es lo que parece” y “Todo el mundo tiene secretos que nadie revela por una verdad oscura” las lleva hasta las últimas consecuencias de una manera, en mi opinión, desastrosa. Se complican las cosas con giros inverosímiles, carentes de sentido, para sorprender al espectador, sin tener muy bien una idea clara (cosa que nunca debería hacerse). El desarrollo de la trama se revela rápido, sin pararse a reflexionar sobre ningún aspecto y cayendo en la obviedad (los flashbacks resultan cansinos).
La gran decepción es el tono de la serie, totalmente fuera de lugar, incluso la actuación de un excelente actor como Hall desentona. Escenas que debieran ser serias producen risa, a veces algunas rozan lo ridículo. Todo se muestra superficial, algunos diálogos no son creíbles, es el tópico llevado al extremo. Parece ser que mantener el misterio es lo único importante, con el fin de aumentar la curiosidad del espectador, y dejando de lado aspectos tan fundamentales como la construcción de personajes, que aquí son absolutamente planos.
Hay un momento en que Sophie (Amanda Abbington, ‘Sherlock’), la policía encargada de investigar la desaparición, vecina que mantiene una relación amorosa con el cirujano (me expreso así porque la serie, por otra parte, tiene momentos de pura telenovela) dice que están haciendo todo lo posible para dar con la chica, y yo me pregunto dónde se ve reflejado esto, pues la investigación policial apenas se muestra, por lo menos la oficial, ya que Tom (así se llama el protagonista) se comporta como un investigador, actuando siempre por delante de los agentes.
Lamento decir que ‘Safe’ no se sostiene por ningún lado, tiene aire de telefilm rancio, que ves por aburrimiento. De ninguna manera os invito a ver la que, desde mi punto de vista, es una de las decepciones del año, un puzle rectangular que no logra encajar ninguna de sus piezas circulares, que dan vueltas y vueltas sin llegar a ningún lugar seguro.
Para compensar esta decepción (es mi opinión, claro está), si os gusta el absurdo de la realidad y el humor negro recomiendo sin lugar a dudas…
‘Barry’, una hábil combinación de comedia y drama
‘Barry’, que ha renovado por una segunda temporada, puede verse en HBO España. Es una serie muy interesante a tener en cuenta para este año. Quizá no tenga tanta repercusión como otras, pero me ha fascinado. Barry es el protagonista, exsoldado en Afganistán, un asesino a sueldo, aburrido de su trabajo, que durante una misión en Los Ángeles acaba en una clase de teatro, de la que queda maravillado. Descubre que su vocación, lo que le hace realmente feliz, es ser actor de teatro (y no liquidar a gente). La víctima a la que tiene que matar es aspirante a actor. Como vemos, la premisa es cómica, pero el dilema que tiene Barry se trata seriamente. Hay secuencias (el final del capítulo 6, por ejemplo) que, descontextualizadas, pueden parecer un drama en toda regla, con una excelente factura a la que HBO nos tienen acostumbrados.
El actor que lo interpreta es Bill Hader, conocido en Estados Unidos por su participación en ‘Saturday Night Live’, que junto a Alec Berg, guionista de ‘Silicon Valley’, ‘Seinfeld’ o ‘Curb Your Enthusiasm’, estas dos últimas obras maestras de la historia de la comedia, ha creado esta serie que mezcla de forma inteligente drama y comedia. Se nota que detrás hay un buen guion (no como en ‘Safe’) que permite, entre otras cosas, que haya contrastes brutales entre escenas que se superponen.
Es digno de mencionar que en apenas media hora, una sátira tan bien escrita, sobre la superficialidad del mundo de los aspirantes a actores, logre que la comedia y el drama se enlacen a la perfección. Lo surrealista aparece en el hecho de que Barry, a raíz de su fascinación por el mundo del teatro, empiece a compaginarlo con su trabajo de asesino a sueldo, donde es requisito indispensable callar y hacer lo que te manden sin rechistar. Por lo tanto, ser actor (un trabajo público nada secreto), entra en conflicto con asesinar a gente anónima. Sin embargo, es curioso cómo el personaje, sin darse cuenta, utiliza su verdad (que parece mentira) para actuar, es decir, con su realidad crea ficción.
El juego interno de los guionistas también es destacable, pues las referencias cinematográficas y televisivas son continuas: ‘Cheers’, ‘Los Soprano’, ‘CSI’, ‘Buenos Muchachos’, e incluso con la presencia de Gene, el profesor de teatro, interpretado por Henry Winkler, que fue Fonzie en ‘Happy Days’, una sitcom de la década de los 70.
En definitiva, a través del absurdo de la realidad, el cinismo y el humor negro, ‘Barry’ hace una crítica sobre el mundo del espectáculo de Hollywood y muestra, bajo lo que puede parecer una chorrada, la complicada situación de muchos soldados que al volver de la guerra intentan insertarse de nuevo en la sociedad.