Basada en la novela de Markus Zusak: La ladrona de libros, cuenta la historia de Liesel Mamminger, una niña de nueve años adoptada por una familia obrera alemana durante la Segunda Guerra Mundial.
Ayudada por su padre adoptivo, la joven aprende a leer y compartir libros con sus vecinos, como Rudy, y con Max, un hombre judío que vive escondido en su hogar. El partido de Hitler es muy poderoso y cada vez son más los adeptos que se unen a su causa. La niña logra distraerse de los bombardeos con la lectura de las novelas que roba, sin embargo, será la historia que ella misma está escribiendo la que le salve la vida.
La mismísima Muerte es la narradora de la historia de La ladrona de libros y gracias a su humor negro y cinismo descubriremos el destino de Liesel y su familia.
Brian Percival (A Boy Called Dad) dirige la adaptación de esta película, la cual es muy bonita. De hecho, es demasiado bonita. Gustará a cualquiera que la vea, como La vida de Pi, Slumdog Millionaire, La vida es bella, etc. Para muchos, no la habrá logrado adaptar, para otros cuantos, si lo habrá conseguido. Esta es la magia de las adaptaciones, que crean opiniones muy dispares.
La trama resulta para los amantes del libro bastante entretenida desde el principio, con muy buenos diálogos, y unos personajes que dan cierto aire nostálgico a la película. Está muy bien ambientada, tanto en decorados y vestuario, y se acompaña de una excelente banda sonora.
Los actores están bien desde el punto de vista interpretativo, lo que más llama la atención desde este punto es lo expresiva que es su protagonista que hace meterse más en su personaje.
Protagonizada por Sophie Nélisse (Profesor Lazhar) como Liesel, que nos regala una expresividad increíble en su interpretación, Geoffrey Rush (Saga Piratas del Caribe, El discurso del rey, Shine. El resplandor de un genio) que encarna a Hans Hubermann, el padre de la niña y que hace gala de su magistral forma de actuar, cuyo Oscar por Shine le avala, Emily Watson (War Horse, El dragón rojo, Equilibrium), que interpreta de gran forma a la estricta madre, Rosa Hubermann, Nico Liersch, que enternece a toda la sala en su papel del incansable y entrañable Rudy, Ben Schnetzer que encarna a Max Vandenburg, el hombre que está escondido en el sótano y que escribe dos libros para Liesel, el primero se lo regaló en Navidad, titulado ‘El vigilante’, y el segundo se lo dejó antes de irse, ‘El árbol de las palabras’.
Si es verdad que últimamente el cine está abusando sobre historias de los nazis, la persecución de los judíos, y el derrocamiento a Hitler, pero lo que hace diferente a esta historia, a parte de ser una adaptación literaria, es que está contada desde el punto de vista de una niña, que se refugia en la lectura para evadir los problemas que se vivían en la época.
No le falta sensibilidad, ni tampoco algunas dosis de emotividad, y aunque podía haber llegado más lejos en su recreación de un entorno siniestro, la Alemania nazi de la Segunda Guerra Mundial, es una de esas películas con capacidad para llegar al corazón de muchas personas.
La banda sonora, realizada por el grandísimo compositor John Williams, te sumerge en un mundo melancólico y bello. En cada momento se da el ritmo que necesita la historia, se adapta demasiado bien.
En definitiva, esto es un intento de hacer justicia a un gran libro, con una gran historia, que en el cine ha ido un poco de puntillas, y que mejor momento que justo en la semana que se celebra el día del libro. Animo a todos los que tengan un ratito, a que vean la película y también, si está en su mano, que lean el libro.
Aunque hay que tener en cuenta un gran factor:
Cuando te gusta mucho un libro, no te gusta tanto la película.
Os dejo la banda sonora para que podáis disfrutar de ella:
[youtube http://www.youtube.com/watch?v=mSxAPuL0Fug]