Por fin había llegado el esperado momento, era la hora de cerrar definitivamente la nueva trilogía de la saga galáctica más famosa de todos los tiempos. Por fin íbamos a ser testigos de cómo Anakin Skywalker iba a transformarse en Darth Vader. Y, por fin, descubriríamos si la nueva trilogía había merecido la pena o si hubiese sido mejor que nunca fuera más allá de los sueños húmedos de millones de warsies.
Si ‘El ataque de los Clones’ (George Lucas, 2002) nos dejaba a las puertas del comienzo de las “Guerras Clon”, ‘La Venganza de los Sith’ nos lleva a los últimos compases del enfrentamiento bélico entre los defensores de la República Galáctica y los grupos separatistas comandados, al menos de manera visible, por el Conde Dooku (Christopher Lee).
Tomar la decisión de hacer una elipsis narrativa y obviar el grueso bélico no debió ser fácil pues es muy sencillo atraer a mayor público con acción pura, pero no debemos olvidar que, esencialmente, se trata de contar la historia de la familia Skywalker y el Universo Expandido cumplió muy bien su tarea de rellenar la trama de las Guerras Clon con las series de animación de 2003 y 2008 respectivamente. Además, Lucas muy inteligentemente se guardó el as en la manga de la batalla sobre Coruscant – la última gran batalla del conflicto en la que Dooku sería apresado y ejecutado – para darnos el que, probablemente, sea el inicio más espectacular de toda la saga.
Es evidente que ‘La Venganza de los Sith’ aprende la lección de ‘El Ataque de los Clones’ y, sin olvidar la acción más trepidante, recuerda que lo importante es el desarrollo drámatico, comprender por qué el joven Anakin acabaría convirtiéndose en el siniestro Darth Vader. Las interpretaciones mejoran considerablemente respecto a los episodios previos, Hayden Christensen parece sentirse finalmente cómodo con su personaje y desarrolla bien su rango emocional, aún estando muy cerca de la sobreactuación – algo que achacaremos a Lucas y su máxima de “más rápido, más intenso” –, Ewan McGregor interpreta su mejor versión de Obi-Wan Kenobi y, por su parte, Natalie Portman cumple de sobra como Padme, aunque nos queda la sensación de que su personaje queda muy limitado dramáticamente en este episodio, pasando a ser algo casi testimonial. Cabe mencionar también la solvencia con la que el británico Ian McDiarmid construye su interpretación del siniestro Emperador Palpatine/Darth Sidious.
Sin olvidar que los personajes van primero, ‘La Venganza de los Sith’ mantiene una tensión y un dinamismo trepidante durante toda la cinta, lo cual se traduce en una riqueza visual importante y en algunas de las mejores escenas de acción de toda la saga, destacando ese duelo de sables final entre Anakin y Obi-Wan, intenso y dramático hasta límites wagnerianos.
Ahora bien, tenemos claro que el Episodio III mejora considerablemente a sus predecesoras y salva, en el último momento eso sí, los muebles de la trilogía de las precuelas. Pero esto no quiere decir que esté libre de pecado. Por un lado hay una constante sensación de que los personajes requieren un desarrollo dramático mayor y más elaborado, algo que le perdonaremos a Lucas sabiendo que no es su gran fuerte y que tiene que equilibrar drama con acción en dos horas y media, lo que le ata las manos bastante. Es decir, tiene mucho que contar en poco tiempo, algo que quizá se hubiera podido solucionar si hubiera trabajado mejor estos aspectos en los dos episodios previos.
El otro gran fallo que le encuentro puede resultar vacuo para la mayoría de los espectadores pero, sin embargo, a mi – quizá por defecto de mi formación visual – me chirría bastante. Se trata del diseño estético y de su transición visual que busca conectar con la trilogía original. Las tres precuelas buscaban tan desesperadamente ser hijas de los nuevos tiempos de la era digital que aportaron una riqueza visual y conceptual en sus diseños muy innovadora y llamativa, algo que es loable, pero, sin embargo se alejan tanto del aire simple y básico de los tres primeros films que cuando intenta conectar con ellos se vuelve una transición brusca e incómoda que no encaja muy bien, algo a lo que no ayuda nada el hecho de que Lucas se espere al tercer acto del Episodio III para comenzar a dar muestras de transición estilística, cuando debería haberse hecho de forma mucho más paulatina desde el Episodio I y II. No obstante, no debemos olvidar que Lucas al menos trata de buscar una conexión estilística ya que otros directores podría haber obviado esto y dejar la conexión a cargo del Universo Expandido y la imaginación de los fans.
En definitiva, nos encontramos ante la mejor de las precuelas, donde el desarrollo dramático importa y la acción es espectacular. Su tarea no era fácil pero consiguió sacar a delante el capítulo más complejo de la saga y sobre todo, algo muy difícil, contentar a los fans más acérrimos.
https://www.youtube.com/watch?v=iC2pgTCmSZA
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Resumen
Lo mejor: La acción trepidante y la mejora sustancial de los personajes. La lucha entre Anakin y Obi-Wan
Lo peor: Lo apresurado que queda todo, algunos conceptos deberían haberse desarrollado más en los episodios previos