Tengo que confesar una cosa, me aburre enormemente ‘El Ataque de los Clones’. O eso creía. Quizás sea el episodio que menos veces he visto de toda la saga, básicamente porque cada vez que he intentado revisarla me acordaba de lo largas y pesadas que se me hacían algunas escenas y de lo irritante que me resultaba Hayden Christensen. Debido a la obligación de tener que volver a recordarla para escribir estas líneas me propuse hacer el esfuerzo de verla sin prejuicios, simplemente analizarla estoica y disciplinadamente con el fin de ser lo más objetivo y profesional posible. Y la he disfrutado, quizás más que la primera vez que la vi.
No nos confundamos, el ‘Episodio II’ es el más errático de la saga nueva (¿sigue siendo la nueva?), un título que se ha ganado a pulso, pero quizás sea el momento de romper una lanza a su favor e intentar obviar sus grandes defectos y disfrutar sus virtudes.
Nos situamos diez años después de los hechos acontecidos en ‘La Amenaza Fantasma’, Padme Amidala ya no es la reina de Naboo, sino una senadora que se encuentra en la encrucijada de tomar decisiones muy difíciles en tiempos convulsos, lo que supondrá un peligro constante para su vida. Para proteger la seguridad de Amidala, el Consejo Jedi decide encargar su protección a un viejo amigo, el Caballero Jedi Obi-Wan Kenobi y su, ya adulto, aprendiz Anakin Skywalker. Al haber pasado diez años nos encontramos con un Anakin completamente distinto, maduro pero visceral, por lo que cuesta entender un poco la evolución del personaje. Mientras que Obi-Wan investiga la misteriosa creación de un ejército supuestamente para protección la república, Anakin quedará al cuidado de Amidala. Y de la protección surge el cariño, y del cariño el amor. Asistimos pues al inicio del amor entre Padme y Anakin, amor que se convertirá en la gran tragedia de sus vidas, el que convertirá al joven Anakin en el poderoso y oscuro Darth Vader.
El propio George Lucas describió ‘El Ataque de los Clones’ como “una gran historia de amor”. Hasta aquí todo bien, un personaje como Darth Vader necesita un trasfondo a la altura y una gran tragedia wagneriana basada en el amor de una mujer cumple todos los requisitos necesarios para entender el tumultuoso descenso a los infiernos de este gran villano, hasta aquí todo lógico. El problema es que a Lucas le da miedo sacar a lucir todo el potencial dramático de la historia para que no nos olvidemos de que ‘Star Wars’ es básicamente una historia de aventuras y se equivoca equilibrando los momentos narrativos. Esto provoca que el metraje se alargue demasiado por miedo a perder acción frente al desarrollo dramático, lo que se traduce en la presencia de algunas escenas de acción excesivamente largas o pesadas, como esa persecución por un Coruscant más cercano a ‘Blade Runner’ que nunca o esa escena de lucha en la suerte de Coliseo alienígena.
Los actores más consagrados de la trilogía, como Ewan McGregor, Natalie Portman o Samuel L. Jackson, no solo cumplen sino que mejoran al retomar sus roles. En cambio, ‘Star Wars’ no deja de ser la historia de Anakin Skywalker y para la parte central de su historia se necesita un actor a la altura. Si bien, personalmente, Hayden Christensen ha sabido estar a la altura de lo que ‘Star Wars’ pedía de él, su interpretación es muy limitada para la riqueza emocional que su papel necesita y cuando quiere hacer buen chico no convence y cuando sale su lado violento a relucir, sobreactúa. Por último, hay que mencionar que uno de los pilares fundamentales de la saga es el carisma de sus villanos y por mucho que el gran Christopher Lee ponga todo su talento a trabajar, su Conde Dooku es un personaje plano que no está a la altura de otros villanos de la saga.
Dicho esto recupero el concepto del principio e intento recordar que ‘El Ataque de los Clones’ no es el desastre que recordamos (o nos han hecho recordar) ya que tiene algunos aciertos interesantes que evitan el desastre y ayudan a que la película mejore considerablemente desde la perspectiva adecuada.
Por un lado hay una importante mejora tecnológica respecto a ‘La Amenaza Fantasma’ lo cual ayuda a crear una narrativa más rica. Aunque no se moje todo lo que debería, ‘El Ataque de los Clones’ crea una perspectiva interesante respecto al origen de Darth Vader que genera en el espectador el deseo de saber qué pasará en el siguiente episodio y finalmente, (y quizás se trate por visionarla de nuevo años más tarde y con otro prisma) crea una historia romántica interesante y unas escenas de acción realmente llamativas para aquellos que busquen entretenimiento más puro, aunque yo no me encuentre este último grupo. Como de costumbre, cabe destacar la presencia de John Williams en la banda sonora quien, a diferencia del resto de partes, se encuentra especialmente entonado y crea una de las composiciones más bellas de toda la saga.
En conclusión, se trata de una cinta llena de errores conceptuales y narrativos que junto a las dudas que generó ‘La Amenaza Fantasma’ hizo que muchos cuestionaran la necesidad de una nueva trilogía. Pero, sin embargo, no es el desastre que hemos querido recordar y como todo buen episodio dentro de un serial, genera las suficientes expectativas para el prometedor siguiente capítulo.
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Resumen
Lo mejor: El despliegue técnico de algunas de las escenas de acción y la Banda Sonora.
Lo peor: La historia flojea frente a la acción y Lucas es incapaz de dirigir correctamente a sus actores.