Japanese Film Festival +, como la vida misma

Seguimos con las maratones del Japanese Film Festival +, el proyecto de la Japan Fundation para difundir películas japonesas en el extranjero. Así llevamos cuatro años disfrutando con las diferentes ediciones del festival de cine online; muchas apasionadas feel good movies y que nos traen un Japón cultural, íntimo y del que reflexionar. Pero no todo es alegría y entretenimiento, entre las propuestas se cuelan películas realistas, slide of lifes, documentales hasta temas, ambientes y personajes del día a día, de los más cotidianos. Aquí os contamos cuatro apuntes de ellas:

Coges lo mejor de las películas románticas (en encuentro, las coincidencias, sinergias y las ganas) lo metes en una batidora durante cinco años y te sale una película sobre una relación amorosa época a época. ‘We made a beatiful bouquet fue todo un éxito en Japón. Tenia dos ingredientes que atraen; una historia “100% identificable” y dos coprotagonistas populares; Suda Masaki y Arimura Kasumi.

Doi Nobuhiro tiene una larga experiencia en el género. En su equipo Yuji Sakamoto, guionista de la última película de Hirokazu Koreeda, Monstruo. Así fácil empatizar con el chico (Mugi Yamane) conoce chica (Kinu Hachiya), como coinciden y se construye la relación a modo de diario entre 2015 y 2020. Aún el cariño y la voluntad de mantener el “para siempre” por ambas partes… el trabajo, los cambios de prioridades y el paso del tiempo va acumulando una serie de inercias y gestos. Sin florituras ni exageraciones ni dramatismo, hicimos un bonito ramo y el largometraje guardan los recuerdos.

Basado en el ensayo ‘Tsuchi wo Kurau Hibi’ (1978) de Mizukami Tsutomu basado en sus propias experiencias. Tsutomu (Sawada Kenji) vive aislado en una cabaña de Nagano (al oeste de Tokio). Antes era escritor y ahora vive en la montaña recordando los aprendizajes de cuando fue monge zen; la filosofía y la gastronomía sobretodo. Estación tras estación, de una forma contemplativa vemos su cocina minimalista, utensilios mecánicos, pocos ingredientes y técnicas que requieren paciencia. Recibe visitas de su antigua editora Machiko (Matsu Takako), un vecino y familia con los que comparte los frutos de la naturaleza. Para la recreación de la comida del monasterio zen contaron con el popular cocinero DOI Yoshiharu.

Podría recordar a Little Forest (2018) Im Sun-rye. Escenas sobre la calma y los pequeños disfrutes y sumergirse en cada proceso culinario casi con estética documental. Pero ‘The zen diary es más lento. Poco a poco vas conociendo detalles del personaje principal, su duelo y dificultades. En la segunda parte vira la película hacía una reflexión sobre la inevitable muerte, una “confrontación” interna y externa. Se agradece la sinceridad con la que muestra a Tsutomu, con fisuras y miedos. Las imágenes de flora y fauna del lugar son impresionantes.

Sube el nivel de drama, con un cine humanista y social alrededor de las personas con diversidad funcional, sus familias, vecinos y centros de acogida. ‘The lone ume tree trata de una anciana pitonisa Tamako (Kaga Mariko) y su hijo autista de 50 años Tadao (Tsukaji Muga).  De una forma conmovedora nos invita a conocerlos y ponernos Con un slide of life vemos los retos enfrentan en lo cotidiano. Por un lado las necesidades básicas y una rutina milimetrada de convivencia. Por el otro los prejuicios, la lejanía del trato y egoísmos varios por parte de los vecinos son el caldo de cultivo.

Prueba a prueba vemos como crecen y se relacionan con los demás personajes a la vez que crecen los debates vecinales llenos de convencionalismos, suspicacias y aprensiones. En un debate que balancea hacia la manía y la falta de empatía, donde se agrandan los problemas según intereses.

Wajima Kotaro ha escrito y dirigido una película que nos invita a reflexionar sobre nuestros posicionamientos y las diferencias, con crítica pero también humor. Con una fuerte simbología en el árbol. Madre y hijo tienen un ciruelo solo en el jardín y que sus ramas molestan el paso de los vecinos. JFF+ cuenta que el título original se inspira en el proverbio japonés «Tonto quien corta las flores del cerezo, tonto quien no corta las ramas del ciruelo», sobre importancia de intentar comprender la personalidad y las características de las cosas. El ciruelo (o Ume tree) no está tan aislado, Tadao está en realidad está conectado con su comunidad de múltiples maneras.

JFF+ no solo es ficción, en sus ediciones siempre incluyen documentales que nos acercan de forma directa a diferentes realidades. En esta edición fue ‘I go gaga: welcome, mom’. Naoko Nobutomo, directora de documentales controvertidos y íntimos, grabó de 2009 al 2020 a sus padres nonagenarios y la evolución de la demencia de su madre. A través de las visitas que les realiza, con ritmo desigual y golpes de efecto, comprendemos sobre la vejez, la soledad y las enfermedades y el cuidado de personas mayores al final de su vida hasta el soporte vital.

El documental oscila entre eventos positivos y negativos, buscando conmover a partes iguales. Por un lado el amor duradero entre los padres, el apoyo a la carrera de la hija, la fortaleza del padre para cambiar su rol a cuidador y la atención sanitaria respetuosa. Por otro lado una mirada directa a la vejez; la debilitación vital, el empeoramiento del Alzheimer, la dificultad de la movilidad, operaciones,. La confianza hace pero que a momentos sea innecesariamente cámara invasiva y la a veces música lacrimógena te estampa.

Largo pero igualmente interesante en su claridad. En palabras de la directora «Mi madre realmente me mostró lo que significa vivir, envejecer, debilitarse y morir. No tengo más que gratitud hacia mi padre y mi madre que me permitieron capturarlo en una película […] Y para aquellos que no han estado en contacto con su familia por un tiempo, llámenos por teléfono y extiéndanlas palabras amables como: ‘¿Cómo estás? Ojalá pudiera verte”.

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