Tras la elección de su madre como presidente, el joven Alex Claremont-Diaz (Taylor Zakhar Pérez) es rápidamente elegido como el equivalente estadounidense de un joven miembro de la realeza llamado Henry (Nicholas Galitzine).
Irrumpiendo con fuerza en plena temporada estival, ‘Rojo, blanco y sangre azul’ era una de las producciones más esperadas del verano y no ha defraudado. Para quienes han leído la novela en la que está basada la película, hay matices y paralelismos suficientes para disfrutarla, mientras que para quienes nunca antes habían escuchado hablar de Alex y Henry, ha sido un descubrimiento fascinante, atrevido y mágico.
Puede que esta película pueda parecer una más del montón que rellena los catálogos de las grandes plataformas, pero una vez la comienzas te das cuenta de que estás enganchada a su ritmo, a sus personajes, a su banda sonora y a sus alegatos, por poco probables que puedan ser en la triste realidad que vivimos aún, en pleno siglo XXI, repleta de irrespetuosos y homofóbicos que no saben qué hacer con sus aburridas vidas.
¿Quien no quiere a Uma Thurman de presidenta de los Estados Unidos o a Sarah Shahi trabajando en la Casa Blanca? El reparto secundario de la película es lo suficientemente sólido para darle entereza a las historias que soportan a los personajes principales, y aunque las limitaciones de la puesta en escena y del guion son obvias, al menos no son estridentes, y nos dejamos llevar con soltura y gusto por una historia de amor improbable que nos encantaría ver.
‘Rojo, blanco y sangre azul’ habla y dedica líneas concretas a hablar de sexo entre dos hombres. Lo hace de forma directa y con una frescura que agradecemos. Se trasvasa la felicidad y diversión de una relación nueva, y esa alegría llega a través de la pantalla mientras Henry y Alex se envían cientos de mensajes a miles de kilómetros de distancia o se encuentran furtivamente en los lugares más posh posibles no aguantándose las ganas que tienen el uno del otro.
A nivel de guion se disfruta la madurez de ambos protagonistas, que, pese a sus miedos, son capaces de verbalizar y exponer sus dudas el uno frente al otro. Te encantará también la reacción de quienes les rodean cuando su relación se da a conocer al mundo y, si la ves en versión original, sonreirás cada vez que el variado vocabulario inglés y americano se encuentren.
Ambos protagonistas ofrecen una interpretación solvente, hay una química tremenda que crece minuto a minuto. Alex, llevado a la vida por Taylor Zakhar Perez, es un joven idealista, con una personalidad fuerte, decidida y algo alocado, y el actor, pese a sus pocos trabajos previos, es capaz de ofrecernos a un personaje cercano, con el que conectamos y que nos hace sonreír con su presencia en pantalla. Es Nicholas Galitzine quien interpreta a Henry. El suyo es un papel más serio y encasillado. Dar vida a alguien dentro de la cerrada estructura monárquica no es fácil, pero el actor de ‘Purple Hearts’ ofrece un buen repertorio de emociones que van desde la sonrisa más picaresca a la tristeza más profunda de quien vive entre barrotes que nadie alcanza a ver.
Por supuesto, es necesario mencionar la banda sonora, una de esas muy internacionales, conocida y a la vez no tanto. Sorprende con sus temas llenos de ritmo perfectamente encajados en el ambiente del momento en el que suenan. Vas a encontrarte bailando al ritmo de Rigoberta Bandini sobre tu sofá sin darte cuenta.
‘Rojo, blanco y sangre azul’ son dos horas de puro entretenimiento que pasan volando. Una película que seguramente volverás a ver cuando tengas ganas de una producción bonita, de sentimientos sinceros, dinámica, divertida y llena de atracción.
Tráiler de ‘Rojo, blanco y sangre azul’
¿Nos encanta?
Overall
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Guion
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Originalidad
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Intepretaciones
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Banda Sonora
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Fotografía
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Edición y montaje