Crítica de 'Demà Ho Deixem | Lo Dejamos Mañana' (David Moragas, 2022) (C)

Si retrarar los sentimientos y lo dictado por el corazón y las entrañas es el ejercicio, David Moragas es uno de los maestros. ‘Demà Ho Deixem | Lo Dejamos Mañana’ se muestra ante el público como un cortometraje en el que un chaval espera a su pareja, que llega tras un viaje a la casa, y con el cual comienza una conversación de lo más natural. Algo que a priori y a simple lectura de sinopsis pueda parecer de lo más típico y aburrido se torna en una conversación a pecho descubierto, con el corazon en la mano y, algo que resulta aun más complicado si cabe, una conversación casi sin palabras.

‘Demà Ho Deixem | Lo Dejamos Mañana’ queda en la retina del espectador por diversos factores que hacen consolidar el sello David Moragas como responsable del mismo. Lo cotidiano, sencillo y natural de todo día en una persona se muestra de manera sencilla y prolongada durante el metraje de, en este caso, el cortometraje; pero aun así cada plano parece evocar a una disolución permanente de la tranquilidad para atesorar reflejos de una muestra poderosa de sentimientos que están embotellados esperando salir a flote. Esto, como sensación primaria a la hora de ver algo y siendo sencillamente descubierta sin necesidad de ahondar en el producto que se está visualizando suena, cuanto menos, complicado de llevar a cabo.

Fotograma de 'Demà Ho Deixem | Lo Dejamos Mañana' — Fotograma de ‘Demà Ho Deixem | Lo Dejamos Mañana’

Enmarcado en una fotografía con un estilo cercano y cálido, ‘Demà Ho Deixem | Lo Dejamos Mañana’ converge en un resultado intenso y seductor, pero manejando para ello de manera cuidada y profesional una sucesión de elementos que enriquecen. A saber tenemos un guion serio, poderoso en la palabra y más, si cabe, en el silencio que atesoran entre sus diálogos. Un ejercicio meditado a conciencia en el que cuya pausa es tan importante como cada sílaba que emana de la boca de los protagonistas. Estos, ya que estamos, son Lluís Marquès y David Teixidó, que concentran toda la atención del espectador desde el inicio más puro del cortometraje. Sus interpretaciones acompañan y bailan al son que David Moragas dirige y nos sumerge en esa falsa tranquilidad, tan intensa que no para de darnos motivos para seguir escuchando su conversación y observando sus gestos. David les dirá dónde pintar, pero ellos llenan el lienzo perfectamente.

En definitiva, ‘Demà Ho Deixem | Lo Dejamos Mañana’ es un ejercicio magnífico, lindo, intenso y mentiroso en cuanto a la calma que ofrece. Mentiroso en el buen sentido, que no se malinterprete esto, puesto que David Moragas ha creado en 15 minutos una situación tan intensa, ruidosa y vehemente que funciona a la perfección. Ojito, que pasito a paso quizás estemos ante un retratista de los sentimientos y del interior de lo más plausible.