'Scandinavian Star', una tragedia que busca aún respuestas (Mikala Krogh, 2021)

“La noche de Pascua del 6 de abril de 1990, el crucero Scandinavian Star partió del Oslo hacia Frederikshavn, transportando a 383 pasajeros y 99 miembros de la tripulación. Durante la noche, se produjo un incendio inexplicable, y más de 150 personas perdieron la vida. Un caso para el que ninguna autoridad estuvo preparado y que, más de 30 años después continúa siendo un misterio”.

Así reza la sinopsis del docuthriller ‘Scandinavian Star’ que podéis ver en Filmin. Cuenta con 6 capítulos de una hora de duración cada uno en los que nos explican de una forma muy pormenorizada la tragedia del crucero Scandinavian Star. En esta crítica nos centraremos solo en el primero y primeras impresiones.

Durante dos décadas, Erik Mørk Andersen, un camionero danés previamente encarcelado por otros incendios provocados, cargó con la culpa... todo encajaba. Sin embargo, en 2009 las investigaciones arrojaron nuevas sombras sobre el caso: se habían ocasionado varios fuegos con hasta nueve horas de diferencia y Andersen había fallecido durante el primero. Por lo tanto, el informe constató que el supuesto culpable era víctima y no verdugo, y empezaron a salir hipótesis que desplegaban una oscura trama financiera. En 2014 se reabrieron el caso y las heridas. La reputada documentalista Mikala Krogh ("The Newsroom") y el guionista Nikolaj Scherfi ("The Bridge") están detrás de esta magnífica producción, formada por 6 episodios de 60 minutos, en la que a través de 120 entrevistas y 4 años de grabaciones se disponen a cambiar la historia escrita acerca del Scandinavian Star.

En la primera entrega del documental, nos encontramos cara a cara con la tragedia que se vivió a bordo del crucero de lujo Scandinavian Star. Tragedia desconocida para muchos de nosotros. En el primer episodio conocemos a varios de los tripulantes supervivientes y a algunas de las víctimas gracias a los testimonios de sus familiares. Aunque es una técnica muy manida ya en el género true crime, es todo un acierto entremezclar relatos personales y de gran angustia con detalles técnicos. Desde el primer momento empatizamos con las víctimas sin dejar de sentirnos un investigador más.

La cantidad de datos e información que se nos presenta es abrumadora, aunque fácil de seguir. Nos podemos hacer una idea muy clara del estado del barco sin haber puesto un pie en él; y nos escandalizamos al conocer el gran número de irregularidades que se cometieron, como que gran parte de la tripulación no se podía comunicar entre sí por hablar distintos idiomas, o ver que se había aceptado más gente a bordo de la que se podía alojar y que sistemas de seguridad tan imprescindibles, como las puertas antiincendios, no funcionaban.

Al intercalar datos y relatos, es fácil que el nivel de angustia e intriga aumente. Y uno acaba el capítulo con ganas de saber más. No obstante, no estoy segura de si la tragedia o, mejor dicho, el cómo se está contando da de sí como para rellenar cinco horas más. El gran problema de este tipo de programas es que crea tanta expectación que al final uno acaba decepcionado.

En resumen, la primera sensación es buena. La investigación engancha y es fácil empatizar con las víctimas, pero la amenaza de un final decepcionante está muy presente.

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