'Origen' (Christopher Nolan, 2010) | A buenas horas

‘Origen’. Dom Cobb (DiCaprio) es un experto en el arte de apropiarse, durante el sueño, de los secretos del subconsciente ajeno. La extraña habilidad de Cobb le ha convertido en un hombre muy cotizado en el mundo del espionaje, pero también lo ha condenado a ser un fugitivo y, por consiguiente, a renunciar a llevar una vida normal. Su única oportunidad para cambiar de vida será hacer exactamente lo contrario de lo que ha hecho siempre: la incepción, que consiste en implantar una idea en el subconsciente en lugar de sustraerla. Sin embargo, su plan se complica debido a la intervención de alguien que parece predecir cada uno de sus movimientos, alguien a quien sólo Cobb podrá descubrir.

Desde que tengo un uso de razón medianamente decente y mi gusto cinematográfico fue madurando con el paso del tiempo, he pensado que el cine como tal, está inventado para ciertas cosas. Las historias reales que se deben contar para que lleguen a todo el mundo y las cosas que a uno se le ocurren pero no se pueden realizar en la vida real son quizás los principales objetivos que todo cineasta debe plantearse. ‘Origen’ es, obviamente, el segundo de estos. Chritopher Nolan es un maestro en el noble arte del entretenimiento sin medidas en una sala de cine.

El origen de Nolan.

Venía de dejarnos boquiabiertos con títulos como ‘Memento’, ‘El caballero oscuro’ o ‘El truco final’, dejando ya más que demostrado que estábamos ante una mente cinematográficamente diferente. Entonces se nos presenta con ‘Origen’, con una desenfadada y madura idea sobre la cual crear el tejido de una producción con mayúsculas que deje ojiplático al público de cualquier sala de cine.

Por varias razones que luego iré detallando, queda perfectamente retratado con esta obra de Nolan que es un proyecto ambicioso, potente y arriesgado; puesto que ante la virtud de la creación sin reglas ni cánones está la posible malinterpretación o incomprensión del objetivo.

Ambiciosa por que no tiene ningún tipo de problemas en gastarse cuanto haga falta por demostrar que es capaz de hacerlo. La mera idea de ‘Origen’ ya demuestra anhelo de mostrar y deslumbrar.

Potente porque visualmente es un espectáculo al alcance de muy pocos, una vasta obra al servicio del entretenimiento en el que ciertas escenas son una manera de hacer cine que puede llegar incluso a ser pedante por la superioridad ante otras obras; y por supuesto arriesgada: si la entiendes, como medianamente se puede entender el cine de Nolan, te va a encantar; pero corres el riesgo de no entender nada de ‘Origen’ si no pones atención.

Siéntate y disfruta.

‘Origen’ es pues, gracias a estos detalles, a la falta de miedo y a unas interpretaciones sobresalientes, una película para la cual el cine fue inventado. Leonardo DiCaprio demuestra una vez más que ya debería tener una estatuilla en su poder; Ellen Page demuestra las capacidades interpretrativas que posee y de las cuales Hollywood parece haber pasado, puesto que calidad posee.

Tom Hardy es un monstruo frente a la cámara; Joseph Gordon-Levitt está muy pero que muy bien, sobre todo en la parte de película de su sueño; y mención especial para el papel de Ken Watanabe, divertido y con una interpretación sobresaliente durante todo el film.

A esto añadimos una pizca del poder para dejarnos boquiabiertos, un poquito más de trabajo de cámara magnífico, la música que acompaña y el perfecto equilibrio entre tranquilidad y acción sin frenos durante todo el metraje.

El resultado es una obra maravillosa que no pasa desapercibida y que dejará en tu mente una idea mucho más allá de que es una película al uso. Al fin y al cabo, a todos nos gusta quedarnos pensando en una película tras su visionado, ¿no?.