En multitud de ocasiones hablas sobre una película centrándote en aquello que te ha llamado la atención; tanto para los puntos positivos como para los negativos. Viendo ‘Valerian y la ciudad de los mil planetas’ recuerdas exactamente lo que pensaste en la butaca del cine: «estos primeros diez minutos de película que llevamos son la razón por la que se inventó el cine.» Sin más, observas fascinado esos primeros instantes en los que disfrutas de cada detalle que ante ti pone la pantalla. Después flojea.
No tiene nada que ver con que sea mala la cinta, por que ni mucho menos nos engaña en ningún momento: vas a ver una aventura espacial con tintes de comedia y romanticismo tan clásicos como el propio cine de aventuras es capaz de contener. Un espectáculo visual en el que las criaturas creadas, los escenarios, la imagen y la manera de ser contada permiten que disfrutes de lo que estás viendo en cada momento. El problema quizás resida en ello, en semejante calidad de dichos aspectos y en olvidar otros detalles: Dane DeHaan no termina de parecer un gran actor en ningún momento; mezcla elementos extraños una y otra vez; la historia no es todo lo sólida que podría ser perdiéndose en detalles que la tornan caótica en ciertos momentos; hay contenido innecesario para su larga duración y el desenlace, a pesar de ser correcto, no deja de sentirse algo «frío» ante todo lo que acabas de ver. Eso sin contar que Clive Owen es de vergüenza ajena.
¡Sin embargo es magnífica! Su contenido gráfico es tan impresionante; tan, tan impresionante que no puedes hacer otra cosa que quedarte fascinado por su mundo mezcla de ‘Avatar’ en ciertos instantes; de ‘Guardianes de la galaxia’ en ciertos otros y de contenido propio en otros –ojo, no hay copia, solo tu cabeza te hace recordar dichos mundos.-. Es bella, extraña y preciosa; un amalgama de color e imaginación que te apabulla y te sumerge en ese viaje por mil planetas. Una cinta tan alocada, tan diferente y extraña que no podrás hacer otra cosa que deleitarte con cada segundo que estás sumergido en su poderoso mundo. Y si a todo esto añadimos que Cara Delevingne está impresionante, que contiene los chistecitos justos y necesarios para hacerte reír y que maneja la tensión de toda aventura de una manera correctísima, no puedo hacer otra cosa que invitarte a subir a la nave que ‘Valerian y la ciudad de los mil planetas’ pone a tu disposición; será un viaje movidito, pero imperdible.