‘Cada mañana desayuno a 20 metros de mi cadáver putrefacto. Nadie existe a propósito. Nadie pertenece a ningún sitio. Todos van a morir… Ven a ver la tele.’
Tenía mis dudas para acercarme a esta serie porque creo que ahora mismo hay excesiva proliferación de series de dibujos para adultos con extra de surrealismo. Y lo peor es que en general todo el mundo habla bien de todas. No hay una mala y eso me hace temblar. Esta en concreto me la vendían como el ‘Breaking Bad’ de los dibus: la serie que tienes que ver sí o sí, lo cuál me hacía pensar que sería una más, pero jo…er ¡qué equivocado estaba!
Debería que dejar que enfríe, que repose, porque me he tragado sus dos temporadas- 21 episodios- en apenas tres días, pero me lanzaré a la piscina: esto es lo mejor que le ha pasado a la animación televisiva desde ‘Hora de aventuras’. ¿Hay palabrotas? Sip. ¿Humor negro? A cholón. ¿Imaginación, tramas inteligentes,guiños a la ciencia ficción y la cultura pop, finales para la meditación, una animación sencilla pero súper efectiva y una infinita galería de personajes secundarios absurdos*? Mil veces sí.
‘Rick y Morty’, creación de Dan Harmon (Community) y Justin Roiland para la cadena Adult Swim, filial adulta de Cartoon Network que entre otras delicias nos trajo también la burrísima ‘Metalocalypse’, cuenta las aventuras del científico loco -y borracho, guarro, grosero, contrabandista espacial, anarquista, genio, ególatra, misántropo, irresponsable…- Rick Sánchez y su nieto de catorce años Morty Smith a lo largo y ancho del espacio, de otros planetas y de otras realidades alternativas (donde de alguna manera casi siempre hay seres o cosas con forma testicular). Una premisa bien sencilla metida en episodios mayormente autoconclusivos de veinte minutos de duración, pero que a diferencia de otras series de animación respeta las reglas de su propio universo (esto no sabría cómo explicarlo… A ver, no es ‘Padre de familia’. Hay una coherencia universal y si aquí alguien muere, pues muere). Es de agradecer en este tipo de formatos que, por ejemplo, la segunda temporada empiece exactamente donde termina la primera. Las acciones tienen sus consecuencias.
Secundan a la pareja protagonista su propia familia. Son personajes bien definidos, aunque está claro que Rick es el que sobresale por encima del resto, que obedecen a clichés a los que estamos acostumbrados: Jerry, el padre fracasado; Beth, la madre que intenta poner algo de orden, y Summer, la hija de 17 años que quiere ser la más popular del instituto. Pero todo obedece a un plan: ir pasando por la guadaña del bueno de Rick y su verborrea sarcástica e hiriente para no dejar títere. En especial es tronchante el absoluto desprecio que tiene por Jerry, su yerno. Como muestra, la vez que el pobre padre de familia se cuela en una aventura con su hijo y su suegro y este último le deja en una ‘guardería para Jerrys‘ -con parque de bolas incluido- creada por él mismo para que no moleste, y donde hay otras decenas de Jerrys de otras realidades alternativas que han sido dejados por los otros Ricks. No corre mejor suerte el pobre Morty, que a la inseguridad propia de su edad hay que sumarle la falta de cariño recibido por parte de su abuelo. El pobre crío siempre intenta buscar algún resquicio de humanidad en Rick, quien le llega a responder en una ocasión que solo se lo lleva a sus aventuras para equilibrar las ondas que provocan la genialidad del científico con la escasa inteligencia de Morty y así evitar que los malos le pillen. Pero no cabe duda de que su química ya les convierte en esa pareja animada de la que solo quieres ver más y más aventuras. Y esto no lo digo a modo de relleno, es curioso como en las pocas veces que la trama les separa notas que falta algo. Su química y compenetración – a su manera- es una de las bases de esta serie.
Otra serían los guiños. Hay para aburrir, y curiosamente en una serie con esta mala leche casi todo lo que nombran es a modo homenaje y no para hacer burla sobre ello. Solo para hacernos una idea, hay un episodio que es una parodia de ‘Pesadilla en Elm Street’ dentro de una parodia de ‘Origen’ en una serie cuyos protagonistas son una parodia de los de ‘Regreso al Futuro’. Pero hay más, desde ‘Titanic’ a ‘Lovecraft’ o Stephen King (hay otro episodio que homenajea a ‘La Tienda’) pasando por ‘The Purge’, ‘Jurassic Park’ o ‘La Cosa’. Referencias y más referencias metidos en unos guiones de ritmo infernal que esconden sutiles mensajes filosóficos entre tanta mala baba y frases lapidarias, y que cierran sus tramas sin una sola laguna en momentos donde sería fácil perderse o tirar por caminos conocidos, todo en dos temporadas cuyo peor episodio quizá sea el piloto. A partir de ahí no he encontrado apenas ninguno que baje el listón, así que ya espero su tercera temporada con ansia.
Sé que seguramente a muchos os pase como a mi: cuando el hype es altísimo hay que mirar con recelo, pues el castañazo es más grande. Así que pasad de lo que acabáis de leer, haced como si tropezáis con ella de casualidad y vedla porque es tronchante, caótica y absurda. Como nuestro universo.
Bonus track. Crossover Los Simpson – Rick y Morty en el gag del sofá.
* Abradolf Lincler
La mejor serie de toas las dimensiones