En Estambul, al borde de una subida de tensión en todo el país, cuatro personajes se cruzan en un barrio en proceso de gentrificación para la «Nueva Turquía»: una madre cuyo hijo está en prisión, una joven bailarina, una artista feminista y un astuto intermediario. Sus historias se entrelazan durante un negocio de drogas, ofreciendo un relato estremecedor de la Turquía contemporánea.
Una película que huele a documental de una manera honesta y profunda. Las historias que presenta ‘Ghosts’ bien podrían ser retratos de vidas reales, cotidianas de personas que sobreviven en un lugar del planeta que presenta dos caras muy distintas dependiendo de quien lo mire o presencie. Azra Deniz, su directora, se ha atrevido con ella, primero a grabar en un ambiente totalmente hostil, complejo y peligroso, y segundo a contar historias que merecen ser escuchadas y conocidas, porque son realidades disfrazas de ficción gracias a las cuales conocemos verdades ocultas.
Con poco tiempo para el rodaje, y teniendo que prever miles de cosas que podrían ir mal, o trucar, una grabación, no notamos en ningún momento esa enorme preparación que hay tras las cámaras, porque todo es fluido, natural y para nada parece maquetado. Esta es una de las cosas que más nos da la sensación de inmersión. Nos movemos con la cámara, de hecho, solemos ser ella, y eso supone que nos sintamos partícipes y cercanos a los personajes y las historias. La mezcla de sonido es fascinante. Hay momentos en los que la música lo inunda todo, y casi bailamos con sus protagonistas, hasta que de golpe, el sonido de un helicóptero, o una voz que nos increpa y juzga desde una ventana nos saca de ese ensueño y nos devuelve de un plumazo a la realidad en la que se enmarca la historia.
Hay muchísimo movimiento en la cotidianidad de personajes que luchan continuamente contra el sistema y ellos mismos. Personajes entrelazados que nada parecen compartir, salvo una vida en una ciudad que intenta reinventarse en manos de oligarcas. Una ‘Nueva Turquía’ de especulación inmobiliaria, pocos derechos humanos y menos oportunidades aún para quienes son las verdaderas raíces de esa tierra. En ‘Ghosts’, la luz del mediterráneo lo baña todo y aporta una sensación de calidez que no podría ser mas engañosa si se lo plantease.
Una de las cosas que más asombra es lo bien hiladas que están las historias que se presentan. Lo honesto de sus personajes, lo reales, crudas y horribles que son sus situaciones personales. Personajes en los que aun así vemos resilencia a manos llenas. Algo que podría parecer tan fácil como tener luz, un parque en el que jugar o una escuela segura es toda una utopía, y no hablemos ya de perseguir tus sueños, querer bailar, crear o expresar ideales de libertad e igualdad. Lo que damos por sentado desde la comodidad de nuestra posición privilegiada en suelo europeo, se muestra en ‘Ghosts‘ y por ende en Estambul, como inexistente, y ese golpe de realidad, nos ayuda a valorar un poco más lo que tenemos y a aplaudir a una directora que pone el dedo en la llaga, que habla de gentrificación, de usura, de abandono sistemático de la población más vulnerable y de la falta de libertades más esenciales.
Y todo ello llega en una cinta fluida, que te engancha y te mantiene pendiente de que será lo siguiente que ocurrirá en el pasar de las horas de sus protagonistas. ¿Conseguirán salir del profundo agujero en el que viven? Un debut que sorprende por su ejecución y mensaje.
Su directora dice de ella
Empecé a escribir GHOSTS hace 5 años sobre 4 personajes en diferentes partes de Estambul. En 4 años, mis personajes han cambiado como ha cambiado Turquía. En 2019, con mi productora Dilek Aydın, decidimos que era el momento de convertir esta historia en una película pase lo que pase. Tuve que adaptarme a los constantes cambios que ocurrían en mi país, tanto en la escritura del guión como durante la producción, lo que creo que ayudó a crear el dinamismo de esta película, y se convirtió en mi propia rebelión. Quería hacer una película para hablar de los principales problemas de mi generación, de la gente que se empobrece y es expulsada de sus barrios y de las personas que luchan por expresarse libremente. Quería contar una historia metafórica de un país que se hunde en la oscuridad y utilicé un corte de energía a nivel nacional para contarlo. He hecho esta película curvilínea, multifuncional y dinámica que, en mi opinión, se parece a una mujer.
La ópera prima de Azra Deniz Okyay podrás verla desde el 14 de mayo en tu sala de cine gracias a #ConUnPack Distribución, quienes se encargan de traerla a nuestro país. Si quieres ver algo diferente este fin de semana, sin lugar a dudas debes comprar una entrada.
Tráiler
¿Pasa el corte?
Overall
-
Guion
-
Fotografía
-
Edición y montaje
-
Edición de Sonido
-
Interpretaciones
-
Originalidad
User Review
( votes)Puntos fuertes
- Lo que ves es lo que hay, sin artificios.
- Dinámica, apabullante y muy bella