‘El amigo’ (Scott McGehee y David Siegel, 2024)

“No se le puede explicar la muerte a un perro.” Esta frase se repite una y otra vez en la última película de Scott McGehee y David Siegel ‘El amigo,’ basada en la novela de mismo título de Sigrid Nunez. Ambas obras exploran el proceso de duelo que sufre una escritora neoyorquina cuando su mejor amigo y mentor se suicida y ella se queda a cargo de su perro, un descomunal gran danés. 

El filme nos descubre que explicarle la muerte a un perro es quizá más sencillo que explicarle la muerte a un ser humano. Ya que el sentimiento de pérdida tiene significados muy distintos para cada uno de los personajes: la protagonista y mejor amiga del fallecido, cualquiera de las ex mujeres, o su hija. 

Otra frase que suena en varios momentos: “¿Qué va a pasar con el perro?” Una preocupación que en realidad enmascara el desconsuelo tras el suicidio de un ser querido que, en lugar de dejar una nota explicativa, ha dejado un perro huérfano. Este es el elefante en la habitación, o el gran danés de la película. El animal sirve de metáfora, demasiado literal en el filme, mucho más sutil y soterrada en el libro, pero es también un artefacto que mueve la historia hacia delante, que plantea problemas, incertidumbres y callejones sin salida a los personajes, además de robarle el corazón a los espectadores.

“Tener a tu perro es como tener una parte de ti aquí conmigo,” leemos en el libro e intuimos en la película. Así es como Iris, el nombre que recibe en el largometraje ya que en la novela permanece en el anonimato, accede a cuidar del gigantesco animal a pesar de vivir en un pequeño apartamento en Manhattan en el que no se permiten mascotas.  “Los perros no se suicidan. Los perros no lloran. Pero sí pueden desmoronarse. Se les puede romper el corazón. Pueden perder la cabeza.” Y aunque al principio les cuesta adaptarse, Iris y Apollo aprenden a lamerse las heridas juntos, a vivir sin su mejor amigo, sin su maestro.

El papel de Iris le sienta como un guante a Naomi Watts, acostumbrada a encarnar personajes arrasados por la pérdida y el dolor como en ‘21 gramos’, ‘Lo imposible’, ‘El libro secreto de Henry’ o ‘La tormenta infinita.’  Es una gran amante de los animales y por eso no dudó en comprometerse a entrenar durante seis semanas con Bing, el nombre real del gran danés, para familiarizarse y ganarse así su confianza. También Bill Murray, que solo accedió a hacer el papel de Walter (el personaje fallecido) cuando Watts le convenció para sumarse al proyecto, hizo muy buenas migas con el animal. Para los directores Scott McGehee y David Siegel, era imprescindible que el gran danés se asemejara lo más posible al Apollo del libro. Y, de hecho, fue el primer contrato que cerraron, antes incluso de saber cuál sería el resto del reparto.

McGehee y Siegel son unos maestros en utilizar el frío del invierno para presentar situaciones dramáticas, sentimientos difíciles e historias complejas. Así lo hicieron con su anterior película ‘Montana Story’ mostrando las majestuosas montañas nevadas, el viento sobre las llanuras y el inmenso cielo azul. En el nuevo filme hay un uso recurrente de los colores oscuros, fríos y tristes en los ambientes y el vestuario que contrastan con la correa roja y vibrante del perro. La luz es fría, a veces grisácea, muy a tono con la estación predominante durante toda la película y con ese estado de ánimo fragil y lúgubre. El largometraje está rodado en la gran manzana, y los directores nos hacen sentir cómodos en ese Nueva York feo y desolador que no les gusta ni a los locales, que nadie se atreve a mostrar en el cine.

Vemos los árboles desnudos en Washington y Union Square (aunque prefieren no mostrar las numerosas personas sin hogar que pueblan esos parques y que el libro sí menciona) el cielo casi siempre cubierto, el Hudson plateado y sin brillo, los transeúntes con abrigo y bufanda. Tan solo vemos caer unos copos de nieve tras una ventana, nada espectacular ni romántico. Es la vestimenta de Iris, sus gorros y jerseys y su acogedor piso en Greenwich Village, los que nos reconfortan. Y después está Apollo, su cuerpo majestuoso recostado en la cama, su mirada esquiva, el que nos ofrece el verdadero abrigo ante tanta tristeza y desesperanza. 

La cámara juega a mostrarnos lo enorme que es el gran danés con contrapicados y primeros planos. Siempre que Apollo sale en escena, el espectador se siente hipnotizado por su belleza e imponente presencia. Esta técnica es algo que McGehee y Siegel ya habían explorado en ‘Montana Story’, donde el caballo es el animal escogido para simbolizar el duelo, la forma que tienen los protagonistas de lidiar con el pasado.

Fotografía de Laura Álvarez

Tras su estreno el 30 de agosto, ‘El amigo’ ha participado en el 62° festival de cine de Nueva York, en el Lincoln Center, donde se ha proyectado los días 3 y 4 de octubre acompañada de un coloquio con McGehee y Siegel, Naomi Watts y Sigrid Nunez. Durante la sesión de preguntas y respuestas, los directores comentaron que tanto ellos, como los actores principales, Naomi Watts y Bill Murray, viven en Nueva York y son unos enamorados de la ciudad, lo cual ha jugado a su favor para que aceptaran formar parte del largometraje. Watts contó cómo rodar en la gran manzana no es solo más costoso, sino también complicado, especialmente en las caóticas escenas del metro. “Pero sobre todo, cuando paseas a un gran danés en mitad de una calle llena de gente, bicis, sirenas y otros perros queriendo olerse el trasero.” McGehee y Siegel mencionaron divertidos que para Murray tanto la novela como el guion podían haber sido más cómicos y aunque puso de su cosecha para que la película tuviera más humor, el actor aún sigue sin estar satisfecho con cómo han quedado algunas de las bromas.

Sigrid Nunez, que no ha participado en el guión pero sí ha estado presente en varios momentos del rodaje, tenía claro que la novela era perfectamente adaptable al cine. Los directores decidieron enfocarse en la historia principal entre Iris y Apollo, descartando otras partes del libro, y usar la voz en off para indagar en los aspectos más íntimos del personaje. A diferencia del filme, el libro es una recolección de pensamientos y recuerdos de Iris. Casi como un diario o una carta a Walter. Es personal y a veces algo desordenado. Pero en ambas obras nos descubrimos intrigados por conocer más de ese hombre que se ha quitado la vida sin mayor explicación, de su relación con su fiel amiga, de su obsesión con el gran danés. Y sobre todo por saber si finalmente alguien será capaz de explicarle la muerte a Apollo.

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  • Banda Sonora
  • Guion
  • Edición y montaje
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