Crítica de ‘Tregua(s)’, (Mario Hernández, 2023), una habitación y un oasis.

Ara y Edu son amantes desde hace una década, cuando eran una actriz y un guionista novatos. Al margen de sus relaciones “oficiales”, siempre encuentran un momento para estar juntos, un oasis en sus vidas. Ahora mismo, los dos mantienen relaciones serias (muy serias, en realidad) con sus respectivas parejas. Tras un año sin verse, aprovechan un festival de cine para encontrarse. Pero ni siquiera esta tregua tan deseada está libre de las mentiras y nostalgias que dominan su vida real.

Cuando una película empieza (y promete ser) tan íntima como ‘Tregua(s)’, si te preparas, la puedes disfrutar muchísimo. Desde el comienzo tenemos claro los dos protagonistas que van a marcar la película y su narración: Ara y Edu. A priori un par de amantes que se encuentran una noche más en un hotel, pero, como digo, es a priori, puesto que enseguida descubrimos como ‘Tregua(s)’ tiene un trasfondo y un peso sentimental inmenso, bárbaro, donde cada leve detalle que la relación entre ambos nos muestra es de capital importancia sobre lo que nos quiere contar, mostrar y enseñar.

En ‘Tregua(s) todo el virtuosismo que la puede encumbrar reside en su guion. Cada palabra que brota de los protagonistas es un pequeño movimiento de la obra final, que va llenando y llenando su saco de sentimientos con cada minuto que los protagonistas están hablando entre sí. Obviamente un guion tiene una importancia inmensa en cualquier historia que se desea contar, pero en esta ocasión es una herramienta muy cuidada y perfectamente engrasada.

Personalmente, dividiría la película en tres partes; tres partes que, cada una en su terreno, crean lo que vemos finalmente y lo que ceden al público. A saber una primera parte, intimísima, más primitiva y menos racional, que entra a saco como si de un cuchillo caliente en mantequilla se tratase para dejarte prendado de los protagonistas y desear conocer más y más de la historia. Una segunda parte divertida, más racional y con una evolución en sus diálogos. Una parte que nos pone de nuevo pies en la tierra y nos descubre los diversos colores que tiene la vida, los matices diferentes que nos podemos encontrar y las diversas facetas de nuestros personajes. También es la parte en la que más conocemos a Ara y Edu. Y finalmente una tercera parte altamente sincera y bellísima, más desorganizada, me atrevo a decir, pero siendo un envoltorio perfecto para lo que hemos estado disfrutando.

Pero claro, ¿cómo poder mantener toda esta película con el mismo ritmo e interés durante todo su metraje? sería la pregunta. Fácil: Bruna Cusí y Salva Reina. Dos interpretaciones sobresalientes, impecables y maravillosas que mantienen ‘Tregua(s)’ ellas solitas. De hecho, y honestamente hablando, me resulta muy difícil recordar una pareja con un nivel de química que supere al de estos dos intérpretes tan talentosos. Su trabajo es una perfecta elaboración en solitario y en conjunto, con unos personajes muy bien creados desde los cimientos y con mucho que contar que mantienen el ritmo y la narración en un punto perfecto en cada instante. No se puede más que alabar el trabajo de ambos.

En definitiva, ‘Tregua(s)’ es interesante, muy ágil y divertida. El número de veces que utiliza el humor dentro de su guion es perfecto; la música es una compañía perfecta dentro de la propia película; y utiliza la ligereza de su ritmo para ser muy profunda en lo que nos comenta. ‘Tregua(s)’ está a caballo entre comedia y drama, donde muchas preguntas se suceden y muchas respuestas se dan; pero sea como fuere, ‘Tregua(s)’ es una película altamente disfrutable y muy, pero que muy bien realizada.

Tráiler de ‘Tregua(s)’.

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