Crítica de 'Pisanka' (2022) | Cortometraje

Erica y Anna llevan años sin verse. Quedan en una cafetería para ponerse al día. Pero antes Erica tiene que advertir a Anna de una cosa… Hay algo amenazador que solo Erica es capaz de ver. Y ese “algo” está justo detrás de Anna.

La idea de un cortometraje de terror es atractiva hasta decir basta. Pero la idea de un cortometraje de terror a su vez es peligrosa, puesto que condensar en un espacio temporal de cortometraje una buena historia que nos genere sensaciones y nos haga disfrutar puede resultar de una dificultad inmensa. Trabajos como ‘El umbral’ o ‘La nueva’, entre otros, ya consiguieron crear una genial historia con una narración condensada pero eficiente, y ahora es el turno de ‘Pisanka’, que es como el perfume (o el veneno); viene en tarrito pequeño pero es muy efectivo.

El cortometraje de Jorge Yúdice nos presenta una conversación entre dos amigas que se reencuentran; a priori inofensiva, hasta que una de ellas comienza a hablar de más y a comentar ciertos detalles. Una historia clásica, sí, ya utilizada, pero que en ‘Pisanka’ se reorganiza y da un giro para que su resultado sea atractivo desde el comienzo mismo.

Con planos personales, cortos y directos a las expresiones de ambas protagonistas, la potencia que completa cualitativamente este cortometraje se mueve entre una fotografía más que cuidada y la narración tan ágil y continuada, donde el «in crescendo» de lo que nos está contando es una realidad, dejando los leves detalles para explicar o para dejar que el público descubra en los momentos perfectos de la misma. Así pues, y volviendo al apartado del terror, se recurre al mismo de una manera casi invisible, donde solo las palabras y el sonido, magníficamente editado, van creado el aura que hace que la piel empiece a ponerse de gallina. Culmen que llega en un leve instante de cortometraje que no tiene desperdicio.

Así pues, dos actrices, Betsy Túrnez y Marta Bayarri, ambas con una carga emocional intensa durante ‘Pisanka’ y con mucho trabajo interpretativo directo, sosteniendo en todo momento lo que Jorge Yúdice dirige; casi sin tener un respiro sin cámara… y el trabajo está más que correcto. Ambas se muestran asustadas, frías pero a la vez cariñosas entre ellas, complejas con sus recuerdos y pensamientos; un buen trabajo interpretativo que lo permiten la creación de estos dos ricos personajes que son Erica y Anna.

En definitiva, ‘Pisanka’ es un cortometraje magnífico, de una calidad inmensa y con ese toque de terror perfecto para que el resultado nos deje más que satisfechos. Desde el comienzo vas sintiendo que no todo es normal y que alguna sorpresa va a caer, y ya simplemente tienes que dejarte llevar por su ambiente, coger una silla en ese bar en el que se encuentran las protagonistas, y disfrutar.