Durante un partido de básquet, Maya, una adolescente con problemas en casa, se da un golpe en la cabeza y deja de oír el sonido. En ese momento se da cuenta que el silencio le da la oportunidad de cambiar su realidad.
Meritxell A. Valls crea algo intensamente bello y emotivo con ‘Eco’. El cortometraje nos presenta una mezcla de sensaciones que nos hacen ir navegando perfectamente por el océano que es su historia, para ir poquito a poco entrando en el aura con tintes mágicos que contiene. ‘Eco’ nos presenta a Maya, quien está practicando su deporte favorito, el baloncesto, mientras ve como en la grada sus padres no paran de chillar y discutir. Tras un golpe de una compañera y caer al suelo, encuentra en el absoluto silencio una forma inmensa para poder modificar su realidad a lo que ella desea.
Es justo en ese ambiente donde la magia de ‘Eco’ empieza. Ese estilo narrativo con el que nos cuenta la historia es un protagonista más que nos hace entrever como se va desarrollando el nudo de la historia tan perfectamente creada e hilada, con una originalidad bárbara y un manejo del tempo y los aspectos no terrenales maravillosos. El tema del uso del silencio es algo más que llamativo desde fuera: es complicado crear sin un absoluto ruido, pero esas escenas en las que ese silencio se convierte en el principal protagonista y punto cumbre de ‘Eco’ encontramos una razón más para aplaudir y disfrutar de lo que estamos obteniendo en la sucesión de escenas que estamos teniendo en la pantalla. Y no es un cortometraje sencillo de entender a priori, pero el trabajo de montaje hace que todo vaya teniendo sentido y se nos vaya mostrando frente a nosotros desgranándose poquito a poco, otorgando al público respuestas sibilinas a la preguntas tan poderosas que va ofertando desde el comienzo.
En el plano terrenal volvemos a obtener una inmensa fuerza dentro de sus escenas, otorgando el condimento emotivo a ‘Eco’ y llevando al público a transitar por instantes que te erizan la piel y otros que llegan a enfadarte o hacerte incluso sonrojar. Inmenso y difícil trabajo, eso es así, pero llevado a cabo de una manera magnífica que satisface hasta un punto altamente plausible. Nicole Wallace es clave en lo que transmite ‘Eco’ como tal. Clave porque desde el mismo inicio donde ves su mirada, la cual atraviesa la pantalla y llega a lo más interno de ti, quedas prendado por la personalidad de su personaje y por lo que va otorgando a la historia; convirtiendo a Maya en un papel de una calidad amplísima y cuya trabajo parece haber sido sencillo, pero seguramente esto no sea así, lo que da aun más elogios al resultado del mismo. La elección de papel principal es un acierto, así como el resto de intérpretes que aparecen junto a ella cuyo papel, a pesar de ser de menor intensidad o importancia, resultan realizados de una manera más que notable.
En definitiva, ‘Eco’ es precioso, lo cual quizás sea algo importantísimo a la que muchas veces no se le da el valor que realmente tiene. Lo que nos cuenta y sus enseñanzas añaden más y más motivos para que el ejercicio final sea un resultado lleno de detalles a desgranar que, como si de una obra pictórica se tratase, va utilizando pincelada a pincelada para que el cuadro final resulte de una calidad bellísima. Uno de los cortometrajes más impactantes que puedas imaginar.
Tráiler de ‘Eco’.
Entrevista a Meritxell A. Valls por ‘Eco’.
¿Nos encanta?
Overall
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Originalidad
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Fotografía
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Montaje y edición
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Música
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Guion
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Interpretaciones