El escritor y aviador estadounidense, Richard Bach, dijo: “El vínculo que une a tu auténtica familia no es de sangre, sino de respeto y alegría mutua”. Pasito a pasito y casi sin ruido, la cinta australiana ‘52 martes’ va abriéndose paso en salas de todo el mundo. Tras llevarse el premio a Mejor Dirección en el Festival de Sundance y el Oso de Cristal en la Berlinale, la ópera prima de Sophie Hyde llega a cines españoles.
Los 16 años son una etapa difícil para una adolescente pero para Billie, los problemas normales de esa edad se juntan con los de tener que afrontar que su madre le ha confesado que realmente se siente un hombre y que empezará su proceso de reasignación de sexo. Aceptar la transexualidad de su progenitora no será tarea fácil para la joven, que decidirá organizar su vida lejos de su familia. Decidida a aceptar poco a poco este cambio en la familia, decide ver a su madre sólo los martes durante un año mientras, la chica vivirá con su padre, Tom.
La cinta guarda un sentimiento y alma muy propios, hecha con dedicación y esmero. Rodada realmente durante un martes de cada año, la autenticidad que le da al paso del tiempo, el ver esa evolución hace que se esté ante una de las películas que mejor representa el proceso transexualizador de una persona. Una cinta que, en la forma que está rodada, es realmente precursora de la aclamada ‘Boyhood’, aunque claro, el tiempo de rodaje sólo se ha limitado a los 52 martes de un año.
Los problemas familiares han evolucionado, las realidades también, en esta propuesta la directora consigue mostrar fehacientemente estas nuevas situaciones. Lo hace de manera espontánea, enseñando las limitaciones del principio de los actos. No es fácil aceptar un cambio radical, y menos en la adolescencia. Sin embargo, la realizadora se esfuerza en que hay que enfrentarse a lo nuevo, hay que aceptar que los padres no son perfectos, hay que apoyarlos. Valores tan importantes como esos son los que se pueden sacar de ‘52 martes’, una producción valiente y honesta.
La transexualidad masculina es una realidad casi invisible y se ha visto desde una perspectiva juvenil (‘Romeos’) y desafortunadamente dramática (‘Boys don’t cry’). Ahora, con ‘52 martes’, se muestra esta realidad con un enfoque adulto aunque relativamente menor. El protagonista es el familiar, aquél que también debe aceptar la nueva situación. Una cinta que enseña que el apoyo de los seres queridos es fundamental para el proceso transexualizador de una persona. No es sencillo, cierto, pero esta propuesta invita a la esperanza, a la reconciliación, a la aceptación plena.
Esta película desprende autenticidad, el elenco es excesivamente real, hasta el punto que se duda si realmente es ficción o veracidad hecha ficción como ‘Recursos humanos’, ‘La profesora de historia’ y ‘Mil noches, una boda’. Pero no, esa maestría para que la ficción parezca realidad sigue en la línea de la estupenda ‘Regreso a Ítaca’.
Sophie Hyde y Matthew Cormack, el coguionista junto con Hyde, prometen crear una filmografía interesante. El dúo se ha manejado bien en su ópera prima. Cierto es que no es una producción perfecta. Sin embargo, este inicio es arriesgado, innovador y potente. Una cinta interesante, disfrutable y llena de dedicación.