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‘Corazones de acero’ (David Ayer, 2015)

Abril de 1945. Al mando del veterano sargento Wardaddy, una brigada de cinco soldados americanos a bordo de un tanque -el Fury– ha de luchar contra un ejército nazi al borde de la desesperación, pues los alemanes saben que su derrota estaba ya cantada por aquel entonces.

La película de David Ayer es un relato clásico, realista y extenuado que no necesita ambigüedades ni aderezos para esconder la miseria de la guerra. En ella no existen héroes, porque adelantarse a las circunstancias, y disparar primero, ya se ha convertido en costumbre, y la inocencia se pierde de un plumazo en cuanto se asimila que nadie tiene asegurada la supervivencia.

Corazones de Acero es cruda y real. No pretende esconder la ferocidad de la guerra o la fragilidad de las vidas inocentes que sucumben bajo las bombas, pero tampoco se olvida de resaltar el compañerismo, la valentía y la disciplina en los tiempos más hostiles.

Tiene un carácter contundente a la vez que razonable, en el uso de la violencia. La película está orientada casi únicamente en los cinco integrantes del grupo que constituyen el tanque Fury (que da nombre a la película en su versión americana), que a pesar de parecer algo caótico, demuestra que mantiene aferrada en sus raíces una disciplina y lealtad que acaba estructurando esta historia.

David Ayer consigue crear ambientación y tensión en una película que transcurre casi en su totalidad, en un carro de combate americano, un Sherman, durante los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial y en los sombríos lugares de la Alemania que perdía el enfrentamiento bajo los escombros. Pero sobre todo, se quiere mostrar la dura historia de supervivencia de cinco militares, muy diferentes entre sí, que solo se tienen a ellos mismos para avanzar entre el caos y la destrucción de la guerra.

David Ayer (Harsh Times (Vidas al límite), Dueños de la calle, Sin tregua) se ayuda de un gran grupo de caras conocidas para dar rienda suelta a su visión de la Segunda Guerra Mundial, vista desde la perspectiva de un Sherman. Brad Pitt (12 años de esclavitud, El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford, El club de la lucha) encabeza esta lista, consigue elevar la película con su carisma, incluyendo líneas de diálogo lapidarias, interpretando a Don ‘Wardaddy’ Collier; Logan Lerman (Las ventajas de ser un marginado, El número 23, El efecto mariposa) es el coprotagonista, otorga una brillante interpretación a un fabuloso personaje: Norman ‘Machine’ Ellison; Shia LaBeouf (Nymphomaniac. Volumen 1 y 2, Trilogía Transformers, Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal) da lo mejor de sí, haciendo creer a todos los integrantes del tanque, que si siguen vivos, es porque Dios les ayuda en cada batalla, y lo hace de manera muy convincente de cara a la pantalla, de ahí que lo llamen Boyd ‘Bible’ Swam; Jon Bernthal (El lobo de Wall Street, El mensajero, La gran revancha) mantiene la línea de tipo duro que tan bien interpreta, metiéndose en la piel de Grady ‘Coon-Ass’ Travis; Michael Peña (La gran estafa americana, Ganster Squad, El inocente), el eterno latino, interpreta al que posiblemente sea el más racional de ese grupo: Trini ‘Gordo’ García. Estos cinco personajes, son los integrantes del tanque Sherman apodado Fury para la guerra.

La película cuenta con el último tanque alemán Tiger I operativo hasta la fecha, conocido como el Tiger 131, que pertenece al Museo de Bovington Tanque. Es la primera vez que un tanque Tiger (y no una versión de apoyo) se ha utilizado durante un rodaje.

Después de ver la película, se llega a la conclusión de que la pelea más interesante de tanques de Fury podría haber sido más heroíca.

Ayer pretende presentar a Collier como un protagonista con un lado sombrío, uno de esos hombres que han convertido la guerra en su medio natural, pero no puede evitar convertirlo en una figura heroica que dispone de su propio código moral.

Los ideales son pacíficos, la Historia es violenta.

Don Collier

Se utiliza la figura de Lafayette G. Pool como inspiración del director para concebir el personaje de Brad Pitt.

Las semejanzas que Ayer persigue destacar entre Don Collier y el impresionante héroe de guerra, son más que vistosas: ambos poseen el mismo rango, tienen el mismo sobrenombre: Wardaddy, y los dos son tipos duros y con poca educación para hablar.

Steven Price hace un gran trabajo realizando la banda sonora a esta espectacular película, en la que utiliza tonos electrizantes en momentos de tensión extrema. Este autor, que ya consiguió el Oscar por su trabajo en Gravity, ha conseguido superarse y llevar sus notas hasta los extremos más bélicos y épicos.

Roman Vasyanov ha conseguido sacar lo mejor de la campiña de Oxfordshire, y nos ha regalado unos escenarios excepcionalmente conseguidos.

Os dejo la Banda Sonora Original:

 

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