Carolina (Laia Manzanares) es una joven ingenua y encantadora que conoce a Leo (Manolo Solo) a través de un chat. Él es un hombre adulto que se ha hecho pasar por un chico de 16 años y, engañándola, ha conseguido quedar con ella en un apartado parque de la ciudad. Pero a medida que Leo conoce a Carolina empieza a sospechar que quizá ella no es tan inocente e inofensiva como aparenta.
Cuando empiezas a ver ‘La desconocida’ tardas escasos segundos en darte cuenta de que cómoda, lo que se dice cómoda, no va a ser de ver. Este thriller que parece poseer tranquilidad se esconde con esa piel de cordero para ser un revuelto intenso cargado de giros y vueltas de tuerca a esa principal trama que bien pronto se ofrece ante nosotros; una trama donde las parafilias en general y la pedofilia en particular aparecen para hacernos tragar un incómodo relato en el que en ningún instante estamos libres para descansar. La tensión entre los dos grandes protagonistas de la película es la columna que va sustentando todo lo que se nos cuenta, y no hay momento en el que se disipe o reduzca; incluso cuando la utilidad de los flashbacks o recuerdos aparece y debieran de ser más relajados, la tensión acumulada por la situación entre ambos personajes hace que no pueda olvidarse de ninguna manera.
Para contarnos esta historia que es ‘La desconocida’ dos son los personajes que tenemos ante nosotros; estas dos inmensos figuras que se asientan en la obra haciéndonos miembros a todas y todos los que estamos viéndola de como conseguir que la tensión en el aire sea capaz de cortarse. Con diálogos y conversaciones que recuerdan en dureza a cierto bar en ‘As Bestas’ pero con una burda muestra de vocabulario en determinados momentos, Laia Manzanares y Manolo Solo muestran un ejercicio interpretativo de aúpa que difícilmente pase desapercibido en nominaciones y muestras del buen hacer actoral. Laia Manzanares da vida a Carolina, y su manera de hacerlo es colosal. Empatizas con ella, pero cuando te quieres dar cuenta no sabes las vueltas que te ha dado que acabas lleno de dudas y desagrado, para volverte a hacer empatizar, para asustarte… un trabajo impresionante. Manolo Solo es el segundo de esta dupla que posee toda la fuerza de ‘La desconocida’, y ojo a lo que ha hecho Manolo. Su personaje te repugna y asusta, te hace vacilar, te hace agobiarte, te hace querer romperle la mandíbula de un puñetazo… y hacer todo eso es muy complicado, eso seguro.
Una cosa importante de ‘La desconocida’ a tener en cuenta’: no es un trabajo de estudio moral. No va a contarte desde el punto de vista moralmente correcto esta historia; en ‘La desconocida’ solo hay malos momentos entre los protagonistas y de los protagonistas por separado, nada del bien y del mal, de lo correcto y lo no correcto… en absoluto. En ‘La desconocida’ no debes dejarte llevar por los huecos enormes en los que tus ideales y comportamientos saldrían huyendo de la mayor parte de las situaciones, tienes que dejarte llevar por el turbio y agobiante instante en el que los personajes encargados de contarnos la historia se encuentran e intentar ver como público la magnitud de la narración que tenemos ante nosotros. Dicha narración sustentada por un pilar maestro como es el guion, que en esta ocasión nos deleita con muchas frases y diálogos dignos de analizar.
Toda esta menestra de letras e instantes interpretativos que utilizan para contarnos el mensaje asegura que la relación entre la película y el espectador se mantenga en el punto de intranquilidad constante; a pesar incluso de determinado momentos en los que la película parece decaer, pero que no son más que muestra de que dejando un buen sabor de boca durante un prolongado momento de tiempo, te puedes permitir tropezar con esa pequeña piedra, siempre y cuando te levantes y sigas por el camino de una manera tan correcta como lo hace ‘La desconocida’.
Así pues y ante el aturdidor ambiente que Pablo Maqueda prepara en ‘La desconocida’ para deleite del público y, casi seguro estoy, de sí mismo, podemos afirmar que otro punto destacable de la cinta es como se muestra segura de sí misma y de como está contando su mensaje. Ese punto provocativo que tantas veces hemos visto perderse en el cine pero que en ocasiones, como esta, se alza como una poderosísima arma cinematográfica. La provocación como emblema. Con todos estos detalles, ya tenemos ese estilo que le queda como anillo al dedo a su narración.
En definitiva, ‘La desconocida’ es una película intensa pero sin agobiarnos con su ritmo; es una película que se disfrutar con ella misma y que hace que el espectador se abrume y pierda por su aura misteriosa que baila entre el thriller, el misterio y pequeños coqueteos con lo psicológico. Sin duda, para tenerla muy en cuenta cuando se quiera hablar del buen cine.
Tráiler de ‘La desconocida’.
¿Nos encanta?
Overall
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Originalidad
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Fotografía
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Montaje y edición
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Música
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Guion
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Interpretaciones
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Fotografía de portada: Daniel Mayrit